Todos los días atravesamos situaciones estresantes, donde suelen aparecer sentimientos de miedo, frustración o agobio. Los profesionales de la salud mental aconsejan que consumamos una alimentación balanceada y saludable, mantenernos activos, descansar al menos de 7 a 8 horas diarias, tomar el sol con moderación, meditar y practicar el mindfulness , así como estar en contacto con nuestros seres queridos para ayudarnos a sentirnos mejor.

Sin embargo, ¿podrían determinadas bacterias de la microbiota intestinal ayudarnos en la gestión del estrés?

¡Sí, investigaciones científicas recientes han trabajado con la relación del cerebro y el sistema digestivo! Los resultados han revelado cómo el estrés causa una liberación de cortisol, provocando la predisposición al síndrome del intestino irritable, al reflujo gastroesofágico, a las úlceras pépticas y a la enfermedad inflamatoria intestinal.

Al mismo tiempo, los problemas de digestión y de tránsito intestinal culminan en una pobre asimilación de nutrientes y en un desequilibrio bacteriano, afectando negativamente el estado emocional, lo que podría derivar en indicadores de depresión como ansiedad. Por ello, es de suma importancia cuidar nuestros dos cerebros: el superior y el digestivo, y, en el cerebro digestivo, deberemos darle un trato preferencial a la microbiota.

Si definimos la microbiota intestinal de forma sencilla, es la comunidad de microorganismos vivos residentes en el tubo digestivo. Cada vez que nos alimentamos, estas miles de millones de bacterias que habitan en nosotros también se alimentan. Por eso, al hablar de microbiota intestinal podemos confirmar que “somos lo que comemos”.

Una microbiota alterada deja de producir suficiente serotonina (que se fabrica en un 90 % justo ahí). La serotonina es un antidepresivo natural. Es la sustancia que se ocupa de que tengas un pensamiento positivo, de mantener alejados los sentimientos negativos y que tengas energía suficiente.

¿Qué podemos hacer?

Aquí unos consejos fáciles y accesibles para que empieces:

Llena de color tu plato, come comida real. Comer alimentos reales, ricos en fibras y nutrientes, garantizan el buen funcionamiento de la microbiota intestinal. Más que una dieta, debemos promover aumentar en nuestros platos los alimentos de origen vegetal como las frutas y los vegetales. Estos aportan polifenoles cuya función antioxidante sirve para mejorar la composición de la microbiota y su función intestinal. Además, las frutas y los vegetales nos aportan fibra dietaria, la cual promueve el crecimiento y la actividad de bacterias beneficiosas, por su efecto prebiótico.

Aumentar el consumo de alimentos fermentados como yogur, kombucha y kéfir, promoverá tu salud intestinal. Frutos secos y nueces, productos integrales como el arroz, el pan o la pasta también son una excelente alternativa.

Ríete, ¡pero de verdad! Una “pavera”, como dicen los adolescentes, no está demás de vez en cuando. La risa tiene múltiples beneficios: contribuye a la relajación muscular y alivia el dolor debido a la secreción de endorfinas, que no solo aumentan tu sensación de bienestar, sino que amortiguan las molestias musculares causadas por el estrés. También estimula la circulación sanguínea al aumentar la frecuencia cardíaca y oxigena tu sangre. Además, si te ríes, cualquier situación se hace más llevadera.

Aprende a abrazarte y hazlo con frecuencia. Diversos estudios han demostrado el poder de los abrazos para reducir el nivel de estrés. La pandemia del COVID-19 ha hecho que estemos escasos de abrazos, por lo que debemos aplicarnos el autoabrazo. Al igual que aquellos abrazos que recibimos de otros, los autoabrazos disminuyen la presión arterial, elevan el estado de ánimo, contribuyen a nuestro bienestar y aumentan la autoestima al sentirnos queridos y cuidados.

Usa las pausas mentales. Desconéctate voluntariamente del ajoro del día; respira. Solo con unos minutos, dos o tres veces al día, ayudarás a tu flora intestinal. Hacerlo es más simple de lo que crees, solo debes mirar al cielo por unos minutos, apreciar a unos niños reírse sin preocupaciones, admirar la simpleza de una flor o tu foto favorita que tengas guardada en tu celular. Esto hará que tu cerebro realice un reset, reduciendo automáticamente el estrés acumulado por el exceso de tareas en el día.

Recuerda: es necesario desconectarse para darle un descanso al cerebro digestivo. Proponte que una de tus metas diarias sea reducir el estrés, lo cual provocará que tu microbiota esté más cuidada y serás más feliz y sano.

La autora es nutricionista dietista, miembro del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Puerto Rico, con práctica privada en el Edificio Médico Hermanas Dávila 101-A, en Bayamón. Para información, escribe a doctorasolmarymarrero@gmail.com o llama al 939-218-1844.