Llevar una buena alimentación ayuda a tener una vida saludable, pues, todo lo que ingerimos tiene repercusiones a nivel interno y, sobre todo, a nivel cerebral. Por ello, es importante conocer que existen alimentos que benefician al sistema neurológico y ayudan a reducir el riesgo de padecer enfermedades cognitivas, como el alzhéimer.

Según el psiquiatra Víctor A. Toraño, asesor de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), el alzhéimer es una enfermedad progresiva “donde la persona empieza a tener problemas de memoria de corto plazo y problemas en la ejecución de funciones del día a día. La memoria a largo plazo todavía está bastante intacta y las personas recuerdan vívidamente su niñez y eventos que ocurrieron hace muchos años. Sin embargo, comienzan a tener problemas recordando lo reciente”, explicó el especialista.

Para esta condición, los tratamientos aprobados por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, en inglés), “son medicamentos que lo que pretenden es enlentecer la progresión de la enfermedad, pero, al momento, no se detienen o se revierten los cambios que han ocurrido”, afirmó el psiquiatra. Por tal razón, la única herramienta para tratar de prevenir las enfermedades de todo tipo, es la buena alimentación.

“Definitivamente, la nutrición es algo que puede ayudarnos o nos puede afectar, no tan solo con los problemas de memoria, sino también con otra serie de condiciones de salud. Lo ideal sería que este estilo de alimentarse adecuadamente fuera algo que la persona tuviera a través de su vida”, comentó Toraño.

Por su parte, la licenciada Cinthia Santiago, nutricionista y dietista del Programa para la Prevención y Control de la Diabetes de la División de Enfermedades Crónicas del Departamento de Salud (DS), coincidió en que la nutrición es vital para el buen funcionamiento cerebral.

“La forma en la que nosotros nutrimos nuestro cuerpo es como se determina el mejor funcionamiento del cerebro. Este controla prácticamente todo: desde nuestros pensamientos, movimientos, respiración y latidos del corazón, hasta los sentidos y las funciones de nuestros sistemas neurológico y gastrointestinal. El cerebro no descansa, así que todo lo que comemos afecta directamente su estructura y su función”, explicó la licenciada.

Según la experta, hay estudios de la Universidad de Harvard, en la Clínica de Mayo y en universidades en Chicago y California donde “se ha probado convincentemente que la forma en la que nos alimentamos puede influir en el riesgo de padecer deterioro cognitivo y demencia, incluyendo alzhéimer”.

Entonces, ¿qué comer?

La licenciada en nutrición y dietética recomendó los alimentos altos en contenido de vitaminas, minerales y antioxidantes para ayudar a mantener una buena salud mental.

Si hablamos de los vegetales, todos los que provienen de las hojas verde oscuro como: la col rizada, el repollo, la espinaca, la lechuga romana reducen el riesgo de padecer demencia y el deterioro cognitivo. Esto por la cantidad de folato, vitamina E, entre otros componentes como los carotenoides, que están naturalmente en esos vegetales que pueden retrasar el envejecimiento cerebral”, explicó Santiago, quien aconsejó que, preferiblemente, se consuman frescos, y en segunda y tercera instancia, congelados o enlatados.

“Se ha demostrado que consumir, al menos, una porción por día tiene unos beneficios mayores. En términos de las porciones, se trata de incluir, al menos, seis veces a la semana”, dijo.

El segundo grupo recomendado para ayudar a la salud cognitiva es el de las frutas.

“Todas las frutas son excelentes para la salud. Sin embargo, las moras o berries (strawberries, raspberries, blueberries y cranberries) ayudan a mantener un funcionamiento cerebral óptimo. Esto se debe a su contenido de flavonoides. Se recomienda que consumas dos o más porciones de esas moras a la semana”, recomendó la licenciada del DS.

Otro grupo que no debe faltar en la alimentación es el de las nueces porque, a pesar de que son grasas, proveen vitamina E y tienen cualidades protectoras para el cerebro.

“Se recomienda consumir un servicio de nueces, al menos, cinco días a la semana, ya sea como parte de una merienda o de una ensalada. La porción recomendada es lo que puedes agarrar cuando cierras tu puño o lo que es considerado un servicio que es como una onza”, enfatizó la nutricionista y dietista, al comentar que no se debe exagerar su consumo, pues podría provocar aumento de peso.

Santiago también mencionó el uso del aceite de oliva extra virgen para cocinar porque es el que ofrece más beneficios antiinflamatorios.

A su vez, las legumbres, los frijoles, las lentejas y la soya deben incluirse como parte de la alimentación.

“Estos contienen fibra y proteína, por lo que son un buen sustituto de las carnes y dan mucho valor de saciedad. Son ricos en vitamina B, que es importante para el funcionamiento del cerebro. Se recomienda consumirlos cuatro veces a la semana”, dijo.

En el renglón de las proteínas, se destaca el pescado como una fuente importante de omega-3.

“Los omega-3 son nutrientes que ayudan a mantener un corazón sano y eso tiene que ver porque nuestro cerebro controla los latidos del corazón. Debemos aumentar el consumo de pescado a la semana para que se vean mejores beneficios a la salud cardiovascular”.

Qué debes limitar o evitar

1. Carnes rojas

  • Tienen un alto contenido de grasas saturadas
  • No consumas más de 4 veces por semana y en porciones moderadas.
  • Sustituye por pescado, legumbres, lentejas y soya.

2. Alimentos procesados

  • No ofrecen vitaminas, minerales y antioxidantes como los alimentos frescos y congelados.
  • Tienen un alto contenido de sodio.

3. Harinas refinadas

  • Altas en azúcar
  • Limita la cantidad y frecuencia en el consumo porque deterioran el cerebro con su uso excesivo.