Habla de los síntomas incómodos de la menopausia, ¡atrévete!
Lo más importante es sincerarte para buscar alternativas que te den una mejor calidad de vida
PUBLICIDAD
Para algunas mujeres, hablar sobre la menopausia no es sencillo. Son muchos los cambios que impactan sus vidas en esta etapa y, algunos, son un poco incómodos conversarlos con el médico.
Sin embargo, es importante dejar a un lado los temores y entender que todos estos procesos son parte de la vida, y que se pueden buscar alternativas para lidiar con muchos de los problemas que les aquejan.
La mujer entra a la menopausia cuando se da “un cese permanente de la menstruación por un año, y para llegar a ese diagnóstico, la paciente tiene que tener un año sin regla y el laboratorio del FSH (prueba de niveles de la hormona foliculoestimulante) por encima de 20 o 23; es una combinación de ambas cosas”, explicó la doctora Sheila Ashby, ginecóloga.
Esta etapa no tiene fecha de arribo a la vida de la mujer, sino que cada una experimenta los síntomas a diferentes edades, pero se ha establecido que la edad promedio son los 51 años, y desde tres a cinco años antes, las pacientes comienza a sentir lo que se conoce como perimenopausia.
“Si a la paciente se le va la regla a los 45 años, puede experimentar los síntomas años antes. O sea, que después de los 40, pueden experimentar distintos síntomas”, mencionó.
Se han identificado alrededor de 34 síntomas de la menopausia y, entre los más comunes están los llamados hot flashes o sofocos, dolores de cabeza, dolores musculares, escalofríos y problemas de sueño, entre muchos más . No obstante, hay síntomas que también aparecen con la entrada de la menopausia y que son más delicados a la hora de afrontarlos.
“Creo que entre los síntomas más difíciles están los que tienen que ver con la parte de la sexualidad, entiéndase la resequedad vaginal y la falta de deseo sexual. Hay pacientes que también empiezan a desarrollar incontinencia y eso es un tabú porque muchas veces no se atreven a hablar con el médico”, dijo.
“Los demás síntomas son fáciles de comentar, por ejemplo, los dolores de cabeza, dolores de articulaciones, pero la parte sexual, que no duermen bien o que están con los cambios de humor no se les hace fácil. Muchas veces, piensan que es por miedo a que vayan a pensar que la tienen que mandar un psiquiatra para que le den antidepresivos, cuando, en realidad, muchos ginecólogos pueden identificar esos síntomas y los asocian a la menopausia”, expresó.
Es fundamental que la paciente sienta la libertad de poder explicarle a su médico todo lo que está afrontando para que se puedan tratar aquellos síntomas con las herramientas apropiadas.
Pero ¿qué sucede cuando omitimos esa conversación? ¿Qué consecuencias puede traer no hablar sobre lo que están sintiendo?
“La calidad de vida puede verse afectada porque no le estás explicando por completo al médico los síntomas que tienes para que te pueda dar la solución. Cuando vamos al psiquiatra le decimos que estamos deprimidos, vamos al cardiólogo porque tenemos la presión alta, así debemos hacer con el ginecólogo. En realidad, puede ser cuestión de hacer un buen reemplazo hormonal desde un principio y podemos minimizar esos síntomas o postergar el desarrollo de distintas condiciones de salud”, indicó la doctora Aubry.
Otra de las consecuencias de no hablar con el médico acerca de estos síntomas incómodos es que podemos quedar susceptibles al desarrollo de otras condiciones peligrosas como consecuencia de la falta de tratamiento.
“La realidad es que la falta de hormonas también se asocia con el aumento de la presión, colesterol alto, diabetes y osteoporosis. Muchas veces, tienes pacientes tomando medicamentos para la presión, para la depresión y para los huesos, cuando, en realidad, si hubiesen empezado un reemplazo de hormonas temprano, pues no necesariamente es que no los fueran a tomar eventualmente, pero, quizás se hubiese podía postergar usar esos medicamentos”, advirtió.
A tales efectos, la doctora exhortó a las mujeres a armarse de valor y confiar en su equipo médico para manejar esos síntomas más complicados y un poco más íntimos, entendiendo que son procesos normales de vida.
“Lo más importante es que sean sinceras con el médico y le digan todos los síntomas que están sintiendo para buscar alternativas, aun cuando la paciente no está en menopausia, ya que hay otras cosas que se pueden hacer para ayudar a esta paciente a aliviar esa cifra [de hormonas] baja, en lo que, entonces, se puede entrar en un reemplazo hormonal de lleno por decirlo así”, explicó.
Según señaló, a las pacientes que tienen períodos que les viene un mes y después están tres meses sin regla, a veces sienten muchos síntomas y usar un reemplazo hormonal en dosis bajas les puede ayudar, sin provocarles ningún problema, si lo usan adecuadamente. “Así que lo más importante es sincerarse. Hay que decir lo que están sintiendo para buscar alternativas y que puedan tener calidad de vida”, recomendó la ginecóloga.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.