CAR-T ofrece una mejor calidad de vida a los pacientes con linfoma no Hodgkin
La terapia celular no solo mejora su sobrevida, sino que también los puede llevar a la remisión completa de la enfermedad
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Los avances de la ciencia siguen mejorando la sobrevida de los pacientes diagnosticados con diversos tipos de cáncer y hoy, más allá de los tratamientos más tradicionales, como la quimioterapia, hay nuevas terapias especializadas que son altamente personalizadas y efectivas. Una de estas es la terapia celular CAR-T (Chimeric Antigen Receptor T-cell), la cual ha venido a cambiar el panorama para los pacientes con ciertos tipos de leucemias, linfomas y mielomas.
Según explicó el doctor Cristian Rodríguez-Arocho, hematólogo oncólogo con subespecialidad en trasplante de médula ósea y terapia celular en el Hospital Auxilio Mutuo, al colectar las células T del paciente, que son parte de los glóbulos blancos y las encargadas de detectar las células enfermas y eliminarlas, estas se modifican genéticamente para que puedan atacar las células tumorales, y luego se reintroducen en el cuerpo para que realicen su trabajo.
¿Cómo funciona?
“Digamos que tenemos a un paciente que tiene la indicación de CAR-T, pues, colectamos sus células T. ¿Cómo? Imagínate que le ponemos un catéter al paciente y lo conectamos a una máquina que se va a parecer a una máquina de diálisis o de donar plaquetas. La sangre va a ir a la máquina y esta tiene la capacidad de identificar los distintos tipos de productos sanguíneos y va a dejar en una bolsa las células T. Esas células T las vamos a enviar a donde quiera que esté la fábrica, dependiendo de la compañía [que fabrique la terapia], donde, a través de ingeniería genética, utilizan un virus para entrar el material genético a la célula T y hacer que la célula T exprese una proteína o un antígeno” que ataca a las células cancerosas, abundó el especialista.
De esta manera, la individualización del tratamiento surge porque, a diferencia de otras terapias, la terapia celular CAR-T es creada con las propias células del paciente y ataca de manera específica a las células cancerosas, lo que redunda en remisiones más duraderas o completas y una mayor sobrevida.
Como regla general, la indicación “es para pacientes que han fallado múltiples líneas de terapia, o que tienen una enfermedad sumamente agresiva, que no está respondiendo a las líneas de terapia”, explicó el galeno, quien fue el primer médico en regresar a Puerto Rico con este entrenamiento y uno de los tres especialistas que realiza en la isla este procedimiento, el cual está disponible en Auxilio Trasplante de Médula Ósea y Terapia Celular, en el Hospital Auxilio Mutuo.
En el caso de los pacientes con linfomas del tipo no Hodgkin, la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) incluye el linfoma de células B grandes, el linfoma de manto, el linfoma folicular, así como la leucemia aguda linfoblástica de células B y leucemia crónica linfocítica, sostuvo el médico.
Actualmente, Lisocabtagene maraleucel, mercadeado bajo el nombre comercial Breyanzi, es la única terapia celular CAR-T aprobada por la FDA para cuatro subtipos distintos de linfoma no Hodgkin, lo que pone a esta terapia personalizada al alcance de más pacientes en la isla.
CART-T brinda esperanza a los pacientes con linfoma no Hodgkin
Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer, el linfoma no Hodgkin es un cáncer que comienza en los glóbulos blancos (linfocitos), que forman parte del sistema inmunitario del cuerpo. El doctor Rodríguez-Arocho añadió que hay más de 50 subtipos de linfomas no Hodgkin que se dividen por la célula de origen, y por cuán agresivos son versus los que son de crecimiento lento o indolentes.
“Dentro de los más agresivos, los más comunes son el linfoma difuso de células grandes y el linfoma de manto”, mientras que el linfoma folicular es más indolente, sostuvo el médico.
Sin embargo, antes de llegar a la terapia celular como opción de tratamiento, entre un 40 y un 50 % de los pacientes con linfoma difuso de células grandes eran resistentes a la primera línea de tratamiento o les volvía la enfermedad, por lo que se recomendaba una segunda línea de tratamiento de quimioterapia e inmunoterapia y, si respondían favorablemente, se hacía un trasplante de médula ósea autólogo.
No obstante, “se hicieron estudios comparando la segunda línea de terapia de quimioterapia con trasplante versus CAR-T, y CAR-T resultó ser más efectivo que el trasplante, y eso llevó a una indicación para este tipo de enfermedad en segunda línea”, enfatizó el galeno, quien agregó que la sobrevida de estos pacientes se mide en meses. Sin embargo, con CAR-T, potencialmente, se puede curar a la mitad de los pacientes. “Es decir, que van a estar viviendo sin que la enfermedad les vuelva”, afirmó Rodríguez-Arocho.
Los beneficios de esta terapia no pueden ser más evidentes, de acuerdo con el médico, quien señaló que la terapia celular CAR-T puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
Como todo tratamiento contra el cáncer, la terapia celular tiene efectos secundarios producto de la activación de las células T y que pueden incluir desde fiebre, un aumento del pulso cardíaco, disminución de la presión arterial y falta de aire, hasta convulsiones o inflamación del cerebro, entre otros. Por ello, esta terapia se administra mientras el paciente está hospitalizado para poder monitorearlo y tratar cualquier problema.
“Hospitalizamos a los pacientes para detectar [los posibles efectos secundarios] de manera temprana y dar tratamientos como pueden ser esteroides, por ejemplo. A largo plazo, la mayoría de estos efectos secundarios resuelven en 9 de cada 10 pacientes”, indicó el doctor Rodríguez-Arocho, quien alertó que la mortalidad a causa de esta terapia “es relativamente baja, en comparación con sus posibles beneficios”.
Para finalizar, el médico hizo un llamado a los pacientes a que estén atentos a síntomas como agrandamientos de ganglios linfáticos, o masas en el cuello, la ingle o las axilas, que presenten fiebre, pierdan peso sin razón aparente, o tengan afectaciones de otros órganos a que se evalúen. Asimismo, destacó que, más allá de contar con los criterios médicos para recibir esta terapia celular, los pacientes deben contar con apoyo familiar y mantenerse cerca al hospital donde se realizó el procedimiento por, al menos 28 días, en caso de que surjan complicaciones relacionadas, pues estas deben ser tratadas en la misma instalación hospitalaria.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.