PUBLICIDAD
De diciembre a enero, Puerto Rico se destaca por su alegría, festividades y celebraciones familiares, las cuales han sido opacadas los pasados dos años debido a las medidas de precaución que adoptamos para protegernos del contagio del virus del COVID-19. Este año, la ciencia nos brinda la oportunidad de añadir la vacunación contra el COVID-19 como otra herramienta para proteger a nuestros seres queridos, permitiendo el reencuentro entre los familiares y retomar algunas de nuestras tradiciones.
En el 2021 se aprobó la vacunación contra el COVID-19 para la población de 12 años y mayores, y, finalmente en el mes de noviembre, se aprobó la vacunación para nuestros niños de 5 a 11 años. Muchas familias recibieron esta noticia con gran alegría y esperanza de que, este año, podrán celebrar las festividades familiares con mayor protección.
Al tomar la decisión de vacunar a sus niños, la familia necesita conocer cómo se diferencia la vacuna para niños de la vacuna para los mayores y los beneficios de la vacuna versus los riesgos de la enfermedad. Es importante que obtengan información de fuentes basadas en datos y evidencia, y que reconozcan información incorrecta de fuentes basadas en malinterpretaciones u opiniones sin ninguna evidencia. Distinguir entre estas fuentes, a veces, puede ser difícil, por lo que es aconsejable buscar orientación del médico del niño.
La vacuna aprobada para niños de 5 a 11 años, la Pfizer-BioNTech COVID-19, para prevenir la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19), contiene una concentración y se administra intramuscularmente en un volumen menor que la vacuna para mayores. Cada vacuna es de 0.2 ml de volumen y contiene 10 ug. de ARNm. Esta es la dosis mínima que provoca una respuesta efectiva de anticuerpos por el sistema inmunológico, apoyando una respuesta inmediata para detener la propagación del virus en caso de contagio. Similar a los adultos, requiere dos dosis con un intervalo mínimo de 21 días para adquirir una respuesta adecuada. La mayoría de los niños toleran muy bien la vacuna. Los efectos secundarios más comunes son similares a otras vacunas y se observan con mayor frecuencia luego de la segunda dosis. Incluyen: dolor en el lugar de la inyección, cansancio, dolor de cabeza, dolor muscular y escalofríos. Estos síntomas desaparecen en 24 a 48 horas.
Al comparar la ayuda que provee la vacuna a nuestro sistema inmunológico para combatir el COVID-19, disminuyendo el riesgo de hospitalizaciones y muerte versus el riesgo de los no vacunados podemos tomar una decisión informada de cuál es la mejor decisión para nuestra familia. Además, los vacunados protegen a los que aún no se pueden vacunar, disminuyendo la prevalencia de infección y la probabilidad de que surjan nuevas variantes. Debemos considerar los beneficios de proteger a los miembros de la familia, vacunando a todos los que son elegibles.
La autora es pediatra general, directora de la Clínica Programa Vacunación contra el COVID-19 del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico y pasada presidenta de la Academia Americana de Pediatría Capítulo de Puerto Rico.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.