La vacunación: el mejor “regalo de amor”
El presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos, doctor Víctor Ramos Otero, comparte información sobre el estatus de la vacunación en la isla
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La aparición de la pandemia del COVID-19 cambió la vida de todas las personas en el mundo. Muchos adultos salieron de sus espacios de trabajo para laborar desde sus hogares. Los niños abandonaron las escuelas para estudiar a distancia. El encierro obligó a todos a estar alejados de sus familiares y amistades. Sin embargo, lo peor de todo han sido las miles de vidas que se han perdido a causa del novel coronavirus. Afortunadamente, se desarrollaron vacunas que han demostrado ser efectivas contra el COVID-19.
¿Qué lecciones dejó la pandemia del COVID-19? ¿Cómo está la isla en la meta de vacunación? A casi dos años de la llegada de los primeros casos de COVID-19 a Puerto Rico, el doctor Víctor Ramos Otero, presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos de Puerto Rico, contestó estas y otras preguntas.
¿Cuál fue la labor que realizó el Colegio de Médicos y Cirujanos de Puerto Rico durante toda la pandemia?
Desde el principio de la pandemia, establecimos un call center porque las personas tenían muchas dudas sobre el virus y no tenían con quién comunicarse. Ahí recibimos más de 100 mil llamadas que pudimos atender. Después empezamos a repartir equipo de protección personal para los médicos que tenían oficinas. Esto lo hicimos porque se les estaba repartiendo equipo de protección a los médicos que estaban en hospitales, pero los que trabajaban desde sus oficinas estaban desprotegidos. Luego establecimos el servicarro de pruebas, que aún está disponible de lunes a viernes desde las 9:00 a.m. hasta las 2:00 p.m. Para este servicarro, logramos un acuerdo con un laboratorio y comenzamos a hacer pruebas desde abril del año pasado, junto con la Asociación de Ley HIPAA. Asimismo, nuestro primer evento de vacunación fue el 24 de diciembre. Durante esa Nochebuena, vacunamos a varios profesionales de la salud como fue la recomendación inicial. También fuimos los primeros que llegamos a muchos lugares de la isla para vacunar a profesionales de la salud. Además, nos hemos mantenido cooperando con el Departamento de Salud, trabajando en varios centros de vacunación. La clínica principal está en The Mall of San Juan, donde vacunamos a los niños de 5 a 11 años y también vacunamos a los mayores de 12 con las dosis que necesiten. Los otros centros de vacunación están en el Colegio de Médicos y Cirujanos, en Las Piedras, San Lorenzo, Guayama, Peñuelas, Maunabo, Loíza, Aguas Buenas, Utuado, Cataño y Barceloneta. También debo mencionar que nosotros fuimos los que más encamados visitamos. Fueron más de 10 mil encamados. Esa vacunación se hace casa por casa y es un reto, pero lo hicimos. Otra iniciativa que tuvimos fue de educación continua con el curso obligatorio de COVID-19 que más de 8 mil médicos cogieron con el Colegio. Ese curso lo preparó la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Puerto Rico, y los médicos salieron muy satisfechos con todo lo que aprendieron.
¿Qué lecciones usted entiende que se aprendieron de la pandemia?
Una de las lecciones que aprendimos es que hay que trabajar en grupo; junto con el Departamento de Salud y las organizaciones privadas. Yo creo que la unión de voluntarios, tanto del sector público como del privado, ha sido beneficioso. Otra lección aprendida es que se siguieron las recomendaciones de la ciencia a pesar de que había mucha presión del sector económico. Puedo decir que hubo reuniones que fueron difíciles, pero nuestra posición siempre fue que si se afectaba la salud, más se iba a tardar en recuperar la economía. Definitivamente, el tiempo nos dio la razón. Ahora vemos cómo ha aumentado el turismo y la venta de autos, entre otros sectores. Si no se hubiese sido tan estricto al principio, no tendríamos esa recuperación económica.
En Puerto Rico se han perdido más de tres mil vidas, ¿cree que algunas de estas muertes se pudieron haber evitado?
Siempre es posible evitar muertes, sobre todo después de la vacuna. Muchos de los fallecimientos que se dieron por personas que podían vacunarse, pero no lo hicieron, se podían evitar. Las personas que no se vacunan tienen menos posibilidades de pelear contra el virus. A veces, la gente piensa que 3 mil vidas es poco y piensa que Puerto Rico lo hizo mejor, en comparación con otras jurisdicciones, y es verdad, pero cada persona que muere, duele; cada uno tiene su historia y hay historias bien tristes. Hay que ponerles rostros a los fallecidos, tanto de las personas como de los médicos. Yo tuve amigos cercanos que murieron, como cinco fueron compañeros pediatras, y cada uno nos afecta. Pero, la mortalidad del virus es de [aproximadamente] un 2%, y si tomas 3.2 millones de personas, serían unas 64 mil vidas que se podían perder si no se hubiesen tomado las medidas que se implementaron cuando inició la pandemia. Las medidas, como el toque de queda y los cierres de negocios, funcionaron y nos ayudaron a minimizar las muertes.
Al inicio de la pandemia, muchas personas comentaban en las redes sociales que no se querían vacunar, ¿entiende que ha cambiado el escepticismo que había hacia las vacunas?
En Puerto Rico, a diferencia de Estados Unidos, los movimientos antivacunas nunca han sido grandes. Afortunadamente, nosotros siempre hemos tenido una alta tasa de vacunación pediátrica, la más grande de Estados Unidos. A pesar de estos movimientos antivacunas, hemos notado que la gente ha escuchado a la ciencia. Mi intención es convencer al que se puede vacunar. Yo no pierdo mi foco ni entro en discusiones con estos grupos. Ellos tienen una postura firme y clara, no voy a entrar en polémica, solo quiero convencer a los que podemos vacunar y aclarar las dudas que las personas puedan tener.
¿Cómo vamos con los porcientos de vacunación en Puerto Rico?
Vamos muy bien. De la población elegible, más del 90% tiene una dosis y más del 80% la serie completa. El porcentaje baja a 70 cuando tomamos toda la población, incluyendo los no elegibles, pero entendemos que eso va a aumentar según se vayan vacunando los niños. Actualmente, hay unos mandatos de vacunación que a mucha gente no le gustan, pero han sido muy efectivos. Se han utilizado desde el 1905 para la viruela, que se logró erradicar del mundo. Hay personas que piensan que es onerosa la obligación de vacunarse, pero si pensamos en el caso de Jacobson vs. Massachusetts, en 1905, que el demandante se negó a cumplir con el requisito de vacunación y el tribunal ordenó que estuviera detenido hasta que pagara la multa, eso sí es oneroso. Ahora eso no lo hacemos. Así que esperamos que reine la sensatez y que dejen a los científicos hacer su trabajo.
¿Cuál es la meta de vacunación?
La meta es vacunar a todo el que podamos. Nunca va a haber un 100%, porque hay personas que no se pueden vacunar por condiciones de salud o que por alguna razón ideológica no se vacunan, pero la meta es vacunar a todo el que podamos.
¿Cuál es la exhortación que hace durante esta temporada festiva?
Yo, como pediatra, pienso que la vacuna es el mejor regalo de amor que los padres les pueden dar a sus hijos para tener una Navidad y un regreso a clases seguro. No se ha detectado ningún efecto secundario serio en niños, solo dolor en el brazo y un poco de malestar. Mi exhortación a todos –adultos y niños– es que se vacunen tanto con la primera, como con la segunda dosis y los refuerzos, que es la parte donde más atrás estamos. Para aclarar dudas de las dosis de refuerzo, la fórmula de la vacuna de Pfizer y de Janssen es igual. En el caso de la de Moderna, es la mitad de la dosis, porque esa cantidad demostró que tiene el efecto protector de refuerzo. Así que, además de seguir vacunando a nuestros niños, exhortamos a todos a estar pendientes a las variantes nuevas, como ómicron, que, al cierre de esta edición, ya se han detectado casos en varios estados de Estados Unidos, así como en unos 24 países, como: Bélgica, Alemania, Reino Unido y Brasil, entre otros.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.