Importante completar las dosis de la vacuna contra el VPH
De no hacerlo, no se puede garantizar una protección óptima y de larga duración
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Varias cepas del virus del papiloma humano, conocido como el VPH, pueden causar enfermedades muy serias como los cánceres de cérvix, vagina, vulva, pene, ano, y cabeza y cuello, además de verrugas genitales. Afortunadamente, existe la posibilidad de vacunarse y prevenir las complicaciones que produce esta infección cuando el cuerpo no es capaz de eliminarla.
La vacuna contra el virus del papiloma humano incluye protección específica contra las cepas del virus asociadas a estas condiciones. Se recomienda que se vacune a todas las niñas y los niños a los once años, aunque se puede comenzar desde los 9 años. Es importante recalcar que es preferible vacunar antes de que comience la actividad sexual, ya que esta infección se adquiere por contacto con piel infectada y en relaciones sexuales que involucren área genital/genital o genital/oral. El virus del papiloma humano es muy común y por eso el riesgo es real.
Entonces, es importante saber que las vacunas estimulan al sistema inmunológico a crear defensas específicas contra los agentes infecciosos para los cuales existen vacunas. Existen varios tipos de vacunas. Es posible utilizar el germen, pero en su estado muerto. A este tipo de vacuna se le conoce como vacuna inactivada. También hay vacunas que utilizan el germen completo, pero debilitado cosa de que produzca inmunidad, pero no cause la enfermedad. A estas vacunas se les conoce como vivas atenuadas. Otras vacunas utilizan una parte del germen como una proteína o parte de la cápsula y, en ocasiones, se pega una parte del germen a un adyuvante para lograr la inmunidad. Hay vacunas que utilizan las toxinas que produce el germen como método de inducir inmunidad.
Las vacunas pueden administrarse de manera oral, nasal o inyectable. Al administrar una vacuna, el cuerpo —y específicamente el sistema inmunológico—, reconoce ese agente como extraño y crea defensas o anticuerpos específicos contra el agente infeccioso. Estas defensas tienen el potencial de atacar la infección real, si, en algún momento, tiene contacto con la persona. Las células blancas del torrente sanguíneo son esa línea de defensa.
Existen recomendaciones específicas en cuanto a la cantidad de dosis de cada vacuna. Estas recomendaciones se basan en estudios científicos donde se busca saber cuántas dosis son necesarias para asegurar una respuesta inmune robusta y duradera. En ciertas vacunas, también se sugieren refuerzos para mantener la inmunidad a largo plazo.
En el caso del VPH, se recomienda poner dos dosis separadas por seis meses en pacientes menores de 15 años. Luego de los 15 años, la recomendación es de administrar tres dosis. En este caso, la segunda dosis se administra dos meses luego de la primera y la tercera dosis a los seis meses de la primera. Con estos esquemas, los pacientes deben de estar protegidos contra las cepas causantes de verrugas genitales o los cánceres causados por el VPH. Actualmente, esta vacuna tiene indicación para personas de hasta 45 años de edad.
Es importante recalcar que, si no se completan las dosis, no se puede garantizar una protección óptima y de larga duración. Es por este motivo que debemos estar bien pendientes de no olvidar la segunda o la tercera dosis, según sea el caso. Esta vacuna es muy bien tolerada. Los efectos adversos tienden a ser dolor en el área de la inyección y en algunos jóvenes se reportan desmayos. De ocurrir un desmayo, se espera una recuperación rápida. Por esta razón, recomendamos que el paciente esté sentado y se observe.
Esta vacuna ha demostrado una reducción significativa en los cánceres que se asocian al virus del papiloma humano y en verrugas genitales. Tenemos una herramienta efectiva y segura para combatir un problema de salud muy serio. No olvidemos utilizarla a la edad indicada y con las dosis recomendadas.
Fuentes de información:
Academia Americana de Pediatría, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Sociedad Americana Contra el Cáncer.
La autora es presidenta de la Sociedad Puertorriqueña de Pediatría.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.