Me enamoré. Sí, como si fuera el comienzo de un cuento de hadas. Mi caballero de la armadura blanca, aunque a mí me fascinaba cuando vestía de azul. Ese azul celeste desde donde ahora me cuida y guía mis pasos. Hablo de mi amado esposo, amigo, compañero de vida y padre de nuestros hijos: Víctor, María y Luisa. Él, un médico oncólogo, el doctor Luis Báez Díaz, que en paz descanse.

Hoy, mientras escribo estas líneas, lo siento aquí, presente junto a mí. En 2003 nos hicimos una promesa: continuar juntos en la lucha contra el cáncer. Hoy, en 2024, estoy aquí, en nombre de ese compromiso. Quienes conocieron a Luis saben que dedicó su vida profesional al estudio y a promover la detección temprana. Nunca se rindió; siempre buscaba todas las soluciones posibles, con el propósito de mejorar la calidad de vida de cada paciente. ¿Qué puedo decirles yo?

Es un honor y un privilegio continuar con el legado de nuestra historia de amor, apoyando, este año, la continuidad del sueño de Luis. Creo firmemente en la detección temprana y en que la vida es un regalo invaluable. A veces no nos damos cuenta de que un simple estudio a tiempo —como una mamografía o un análisis de laboratorio— puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte. La inacción o el temor no deberían tener lugar cuando se trata de nuestra salud. La fundación Susan G. Komen ha demostrado un compromiso real al seguir ofreciendo ayuda. Cada recaudación permanece en nuestra isla, Puerto Rico.

Este octubre, que ya se avecina, celebraría el cumpleaños 73 de mi caballero de la armadura blanca, y lo honraré, cumpliendo nuestra promesa de seguir luchando contra el cáncer, todos vestidos de rosa. En la fundación dicen: “More Than Pink”. Luis, como esposo, fundador e investigador de ensayos clínicos, me enseñó la importancia de extender programas por todo Puerto Rico para que más pacientes se beneficien de estudios innovadores. Hoy, me rodeo de un talentoso equipo de voluntarios que se han unido para celebrar la vida, la esperanza y honrar a quienes ya no están.

Mi mensaje para cada uno de ustedes que me leen es simple: abracen la vida. La vida es una, única. Hagan sus citas a tiempo, la detección temprana es la clave. Y si, como yo, tienen un legado de amor, háganlo vivo cada día, porque no hay nada más grande que el amor. Amo ser parte de esta fundación, amo dar de manera incondicional, y me emociona esta oportunidad de invitarlos a unirse este domingo, 6 de octubre de 2024, en el Coliseo de Puerto Rico.

Con todo mi corazón, les agradezco su apoyo, su presencia y su compromiso en esta lucha. Juntos, seguimos haciendo la diferencia, llevando esperanza a quienes más lo necesitan. Los espero el 6 de octubre, con el mismo amor y convicción que mi querido Luis me enseñó. Sigamos adelante, por la vida, por el amor, por la esperanza de un Puerto Rico libre de cáncer.

Con gratitud y cariño,

Lybia Grisel Vientós, viuda de Báez, MPH

Presidenta

Susan G. Komen Puerto Rico