La atención prenatal rutinaria para la mujer embarazada reduce las complicaciones maternas, fetales y neonatales”, aseguró el ginecólogo perinatal y jefe de ginecología del Grupo Hospitalario Manatí, Mayagüez y Bayamón Medical Center, doctor William Ramírez Cacho. Cuando una mujer que está en edad reproductiva y activa sexualmente queda embarazada debe comenzar una consulta a tiempo con su médico y ser fiel a las visitas y análisis. Estos permiten evaluar y manejar la salud de la madre y del bebé, en especial, cuando se trata de mujeres embarazadas con factores de alto riesgo como diabetes, tiroides, fallo renal, alta presión y mayores de 35 años.

Ramírez Cacho explicó que las pruebas de cernimiento de las embarazadas se dividen según los trimestres y dependerán de las características individuales de la mujer y su bebé. A continuación, las pruebas de detección más comunes durante el período gestacional, de acuerdo con el especialista en perinatología y director del Centro de Medicina Materno Fetal en Manatí, Mayagüez y Bayamón.

Primer trimestre

El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, en inglés) recomienda que, en las primeras dos visitas, se efectúe un cernimiento completo de cómo está la paciente. El doctor indicó que se realiza una prueba de hemoglobina con hematocrito para determinar si la paciente tiene anemia o alguna condición que necesite reemplazo de hierro, ya que en el embarazo disminuye considerablemente la hemoglobina, y esto se ordena a través de una prueba de conteo sanguíneo completo o CBC.

También se investiga el tipo de sangre de la madre, eso incluye si es tipo O, A, B o AB, y el factor Rh (positivo o negativo). El ginecólogo informó que, “en esa misma línea, se evalúa la presencia de anticuerpos en contra de esos tipos de sangre, porque esas una de las mayores preocupaciones médicas, ya que pone en riesgo al bebé y a futuros bebés”.

De igual forma, se verifica cómo está el estatus de vacunación de la gestante, específicamente, la rubéola, que es el sarampión alemán. Referente a las enfermedades infeccionas, se empiezan a verificar los factores de riesgo, pero, en términos generales, a toda mujer embarazada se le ordena una prueba para detectar sífilis, el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y la presencia del virus de hepatitis. Ramírez Cacho aclaró que hay doctores que tienen la preferencia de ordenar un perfil de todas las hepatitis, aunque no es una recomendación estandarizada.

Además, se ordena una prueba de orina para ver cómo está, en términos generales, la función renal, y un cultivo de orina para la detección de algún tipo de bacteria o infección, ya que las bacterias son factores de riesgo para la paciente o pueden provocar partos prematuros. Por último, se hace la prueba del Papanicolaou con las pruebas del virus del papiloma humano (VPH), clamidia y gonorrea.

De otra parte, a las pacientes con factores de riesgo se les realizan pruebas más específicas, que dependerán del tipo de paciente. Entre estas: electrolitos, azúcar en ayunas, enzimas de hígado, colección de orina de 24 horas y tiroides (TSH). El especialista señaló que, en Puerto Rico, se hace un poco diferente a otros lugares y los obstetras ordenan la prueba de tiroides de manera preventiva, debido a que, la prevalencia y la incidencia en mujeres, especialmente, en hipotiroidismo, es alta.

Del mismo modo, sucede con la prueba de tolerancia a la glucosa, que detecta si hay resistencia a la insulina o intolerancia a los carbohidratos. Esta prueba es recomendada solo para grupos étnicos con alto riesgo de diabetes, sobre todo, diabetes tipo 2. “En Puerto Rico estamos incluidos por las dos partes: por la alta incidencia de obesidad y porque somos hispanos, y en los hispanos la prevalencia de diabetes tipo 2 es alta”, aclaró.

Segundo trimestre

El especialista indicó que el segundo trimestre se caracteriza por ordenar la prueba de alfafetoproteína, que es la prueba que revisa el riesgo del bebé de tener ciertos problemas genéticos y defectos de nacimiento. “Esto está cambiando, porque los ginecólogos en Puerto Rico nos estamos moviendo a pruebas genéticas nuevas y aprobadas en el mercado que se hacen en el primer trimestre y son más exactas para detectar problemas cromosómicos como el síndrome de Down, que es el más común”, informó. Está prueba poco invasiva se llama ADN fetal libre en la circulación materna (cell free fetal DNA), se puede hacer a partir de las nueve semanas de gestación y detecta el sexo del bebé. Además, se realizan nuevamente las pruebas de hemoglobina, hematocrito, orina y cultivo de orina.

Tercer trimestre

Se repite la prueba de hemoglobina, hematocrito, cultivo de orina y uroanálisis, además de las de infecciones de enfermedades de transmisión sexual, incluyendo clamidia y gonorrea, y estreptococo grupo B.

Sonogramas

Además de las pruebas y el monitoreo de los signos vitales, se realizan los sonogramas. El ginecólogo indicó que lo más importante es hacer uno en cada trimestre:

  • El primer trimestre es para establecer que todo está bien y confirmar la fecha estimada de parto.
  • El segundo trimestre, entre las 18 y las 22 semanas, se hace para evaluar la anatomía del bebé. “[Este] es el mejor momento para evaluar que el bebé no tiene ninguna anomalía y que todo está bien”, sostuvo.
  • En el tercer trimestre se debe hacer entre las 32 y 34 semanas para ver el crecimiento del bebé, el líquido amniótico y ver cómo se está posicionando el bebé.

“El cuidado prenatal depende de las pruebas de cernimiento a tiempo para detectar cualquier problema que tenga el bebé, que los papás estén informados y evitar complicaciones para ambos. La realización de las pruebas ayuda a reducir grandemente la morbilidad y la mortalidad materna, porque hay nuevas alternativas preventivas para la placenta, la preeclampsia, la muerte fetal o el parto prematuro”, finalizó.

La autora es periodista colaboradora de Suplementos.