El síndrome de ovarios poliquísticos es una de las condiciones endocrinológicas más comunes, que afecta entre un 5 a un 10% de las mujeres y es la causa más frecuente de menstruaciones irregulares e infertilidad.

La doctora Marina Torres es PGY-4 Fellow de Endocrinología en el Departamento de Endocrinología del Hospital Municipal de San Juan.
La doctora Marina Torres es PGY-4 Fellow de Endocrinología en el Departamento de Endocrinología del Hospital Municipal de San Juan. (Suministrada)

Este síndrome puede ocurrir por predisposición genética, en conjunto con factores ambientales, incluyendo la resistencia a la insulina y la obesidad. Es causado por un desbalance de hormonas reproductivas que interfiere con la función normal de los ovarios para liberar óvulos maduros de forma regular.

Ocurre mayormente en mujeres menores de 30 años, aunque también se puede presentar en las mayores de 30. Usualmente, las mujeres sufren de ciclos menstruales irregulares, exceso de hormonas masculinas conocidas como andrógenos u ovarios con múltiples folículos identificados a través de un ultrasonido transvaginal.

En las pacientes afectadas, usualmente ocurren menos de nueve períodos menstruales al año o hay ausencia de menstruación por meses. Además, el exceso de andrógenos se presenta con acné, calvicie de patrón masculino y crecimiento excesivo de vello oscuro y grueso en zonas en las que las mujeres no suelen tener como: la cara, el cuello, el pecho, el abdomen, alrededor de los pezones o en la espalda. Pueden, también, aparecer áreas de piel oscura y engrosada en las axilas, la nuca, en las regiones de pliegues y en los nudillos o los codos, por los niveles elevados de insulina debido a la resistencia a esta.

El síndrome de ovarios poliquísticos se asocia frecuentemente con factores de riesgo para enfermedad cardiovascular como: la obesidad, la intolerancia a la glucosa, el aumento del colesterol o los triglicéridos, el hígado graso y la apnea obstructiva del sueño.

Las mujeres con este síndrome están a un riesgo mayor de padecer de diabetes tipo 2, cáncer de endometrio y está asociado con aumento de peso, infertilidad y desórdenes del estado de ánimo como depresión y ansiedad. Aunque se asocia, usualmente, con obesidad, este síndrome puede ocurrir en mujeres con peso normal o inferior al normal.

A pesar de que no es una condición completamente reversible, existen varias opciones de tratamiento para minimizar los síntomas y disminuir el riesgo de complicaciones. El manejo requiere tratamiento de cada componente individual, incluyendo la disfunción menstrual, el acné o la vellosidad excesivas, la infertilidad y los factores de riesgo asociados a la condición. La elección de la terapia va a depender de si la mujer desea fertilidad o no.

En las mujeres obesas o con sobrepeso, independientemente del deseo de fertilidad o no, la pérdida de, al menos, un 5 a un 10% de peso mediante dieta y ejercicios es el manejo más efectivo y de primera línea para restaurar los ciclos ovulatorios, reducir los factores de riesgo y mejorar la capacidad reproductiva.

En mujeres que no desean un embarazo, el método de tratamiento farmacológico más común son los anticonceptivos orales que pueden utilizarse tanto para regular las menstruaciones como para aliviar los síntomas de exceso de andrógenos y, además, ayudan a disminuir el riesgo de cáncer de endometrio. Si, aún con esta terapia, la respuesta clínica no es la adecuada, se pueden añadir medicamentos bloqueadores de andrógenos que ayudan a tratar el acné y el exceso de vellosidad. En mujeres con infertilidad que desean quedar embarazadas se pueden utilizar medicamentos que induzcan la ovulación y ser referidas a especialistas en infertilidad, de ser necesario.

En cuanto a la metformina, ¿debe utilizarse o no? La metformina puede ayudar a disminuir los niveles de insulina y de andrógenos, a restaurar los ciclos menstruales y a la prevención de diabetes. Sin embargo, no está recomendada como tratamiento de primera línea para ninguna de estas indicaciones en mujeres con síndrome de ovarios poliquísticos. Esta podría utilizarse como tratamiento alternativo cuando existen contraindicaciones para el uso de otros agentes de primera línea. La metformina no ha probado ofrecer protección endometrial para prevenir el cáncer de endometrio. Tampoco ha probado tener beneficio significativo para la reducción peso, la reducción de exceso de vellosidad, la infertilidad ni para la prevención de complicaciones durante el embarazo.

A pesar de que esta condición no es curable y está asociada con múltiples riesgos, los síntomas pueden ser tratados efectivamente y las mujeres, en su mayoría, pueden llevar una vida normal. De tener inquietudes sobre tus períodos menstruales, si experimentas infertilidad o si tienes algún signo de exceso de andrógenos, consulta con tu médico para una evaluación general y determinar si cumples los criterios para el diagnóstico de síndrome de ovarios poliquísticos.

La autora es PGY-4 Fellow de Endocrinología en el Departamento de Endocrinología del Hospital Municipal de San Juan.