Protégete a ti y a tu familia
¿Te imaginas cómo sería hoy tu día y el de tus hijos si estuvieran vacunados contra el COVID-19?
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¿Debo vacunar a mi hijo? La contestación debe ser clara para un padre responsable: claro que sí. Para un padre sabio: claro que sí y para los padres modernos que buscan lo mejor para sus hijos: claro que sí.
Si le preguntas a tu pediatra te dirá, gracias a las vacunas ya no vemos tantas enfermedades como antes —enfermedades que fueron responsables de la muerte de muchos de nuestros pacientes— como: polio, meningitis, sarampión, varicela, tétano, difteria, tosferina, enfermedad invasiva por neumococo y por meningococo. Sin mencionar enfermedades más comunes como diarrea por rotavirus la cual, hasta el 2006, causaba 600,000 muertes todos los años de niños a nivel mundial, y que hoy se puede prevenir mediante la vacunación.
Las vacunas no fueron desarrolladas para enriquecer a las casas farmacéuticas y mucho menos a los médicos; fueron desarrolladas para enriquecerte a ti y a tu familia con niños saludables.
Debes conocer que para que una vacuna sea aprobada para utilizarse en tu recién nacido y en todos nosotros, los científicos deben probar no solo cuán eficaces sino cuán seguras son. Previo a la aprobación para su administración, cada vacuna debe someterse a la rigurosa evaluación de las agencias reguladoras como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, Food and Drug Administration ), y de agencias de cada país a nivel mundial. Importantes organizaciones que velan por la salud como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la División de Salud y Medicina de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina también pasan juicio sobre la eficacia y seguridad de las vacunas. De manera tal que rigurosos estudios clínicos, procesos de control y vigilancia contribuyen al costo de las vacunas.
Puedes ver que a las vacunas no tienes que temerles. Preocúpate más por el sarampión alemán que puede dejar ciego y con retardación mental severa a tu bebé, o por la meningitis por meningococo que puede causar la muerte antes de que pueda ser diagnosticada.
Preocúpate también por el cáncer de cérvix el cual es responsable de la muerte de una mujer cada 2 horas en Estados Unidos. Los cánceres causados por el virus del papiloma humano (VPH) se pueden prevenir hasta en el 90 % de los casos mediante la vacunación que puede iniciarse desde los 9 años. La vacuna contra la infección por VPH previene no solo el cáncer de cérvix, sino otros tipos de cáncer como el anal, el orofaríngeo y las verrugas genitales.
Cuando vacunes a tu hijo para el regreso a la escuela aprovecha y protégelos contra estos tipos de cáncer. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), recomienda que tanto niñas como niños entre los 11 y 12 años deben ser vacunados contra el VPH. De hecho, la vacuna está indicada para hombres y mujeres de 9 a 45 años.
Con las vacunas no solo previenes enfermedades de la niñez y de los adultos, sino que también previenes el cáncer. Con la vacuna de VPH previenes el cáncer de cérvix, vagina, vulva y ano y con la vacuna de hepatitis B previenes también el cáncer de hígado.
¿Y el autismo? Tu pediatra te dirá que se ha estudiado extensamente a nivel mundial la posible relación entre las vacunas y el autismo y la conclusión es que las vacunas no causan autismo. El autismo y su espectro es una preocupación mayor para todos. Por tal razón, se han llevado a cabo numerosos estudios clínicos rigurosos a nivel mundial para tratar de buscar una relación y no se ha encontrado relación alguna. Por esto se puede decir que, con los conocimientos de la ciencia al día de hoy, las vacunas “no causan autismo”. No permitamos que nuestros niños autistas, enfermen de meningitis, varicela o pulmonía por no vacunarlos. En estos niños especiales queremos evitar más complicaciones y más estrés en sus sistemas.
Finalmente, sabemos que las temporadas anteriores de influenza en Puerto Rico han sido muy activas, causando miles de personas infectadas, con cientos de días de ausencia en las escuelas y trabajo; aún más preocupante, causando la muerte a algunos pacientes. Pregunta a tu pediatra todo lo relacionado a las vacunas de influenza. En lo personal, me vacuno todos los agosto al comienzo de la temporada. Sin importar en qué mes del año te vacunaste contra la influenza, debes volver a vacunarte en el agosto siguiente. Aún los pacientes alérgicos al huevo, las embarazadas y los pacientes que le haya dado influenza recientemente, deben vacunarse. No pierdas la oportunidad, ¡vacúnate ya!
Resumiendo, quiero que seas un padre responsable, sabio y moderno, el cual busca lo mejor para sus hijos y su familia.
El autor es pediatra, inmunizador, miembro de la Academia Americana de Pediatría, Capítulo de Puerto Rico.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.