¿Cómo ayudar a los jóvenes a lidiar con los efectos psicológicos de los tiempos que vivimos? La doctora Vanessa Rivera Cruz, psicóloga clínica y directora interina de la Clínica de la Universidad Albizu, ofrece una guía.

“Los años de adolescente son difíciles. La adolescencia es una etapa en que queremos sentirnos parte de un grupo y vamos descubriendo quiénes somos, pero, al mismo tiempo, nos acechan las inseguridades y los miedos acerca de esa persona en la que nos estamos convirtiendo,” estableció la Dra. Rivera Cruz.

La crisis mundial de salud les arrebató de repente a los adolescentes su entorno social y les ha quitado o alterado significativamente momentos que marcan el desarrollo del individuo. Por eso, y por las mismas razones que han perjudicado a los adultos, los adolescentes están presentando sintomatología emocional cada vez más frecuente.

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“Muchos perdieron la estructura social, han sentido temor a enfermarse o a que sus seres queridos se enfermen, han perdido personas que aman, pero pueden tener formas particulares de manifestar sus síntomas”, explicó la psicóloga que también pertenece a la facultad de la Albizu, institución académica líder en el tema de la salud mental.

Para saber si el adolescente en tu entorno está sufriendo un problema emocional, observa si se muestra desmotivado, aburrido, o si ha perdido interés en actividades que antes solía disfrutar. Puede mostrarse desesperanzado, desconfiado e irritable. La psicóloga recomienda observar si el adolescente se ve molesto, muestra cambios drásticos de humor o está en conflicto frecuente con amigos o familiares. Que se aleje de amistades y deje de interactuar en los medios digitales puede ser otra señal de alerta.

También puede observarse que cambie sus patrones de sueño, ya sea porque no duerme o quiera dormir todo el tiempo. Si muestra cambios en su apetito o deja de preocuparse por su higiene también hay una señal a la que se debe estar pendiente, así como si está incurriendo en conductas de riesgo como uso de alcohol, drogas o adicción a videojuegos, o si tiene pensamientos recurrentes acerca de la muerte o suicidio. Si hay algo que caracteriza a los adolescentes es que tienden a no querer dialogar con sus padres, o con cualquier adulto, de lo que sienten. Es recomendable darles la confianza de expresar lo que sienten, y que sepan que es normal que se sientan abrumados, tristes o molestos por la situación que están enfrentando.

Hay otras alternativas que pueden ayudarles a lidiar con la ansiedad, la frustración y el estrés que puedan estar sintiendo. “Ayudémosle a aceptar que sentimos o hemos sentido ansiedad y que es una respuesta normal a las circunstancias ayuda a lidiar con la angustia. Es así como podemos buscar e identificar vías para protegernos y para lidiar con dichas emociones,” añadió la Dra. Rivera Cruz.

Seguir buscando y cultivando actividades que ya están permitidas o que es posible hacer en cualquier ámbito es otra buena recomendación: hacer ejercicio, leer, tomar un curso online, buscar un trabajo a tiempo parcial o de verano o hacer trabajo voluntario son algunas buenas opciones. Mantener contacto con amigos y familiares siempre ayuda, sea de modo presencial con las precauciones correspondientes, o través de redes sociales o video llamadas. Los jóvenes deben saber que es saludable dejar salir la tristeza y frustración por no poder hacer ciertas actividades. En lugar de reprimirlas, ayudemos a nuestros jóvenes a manifestar sus emociones.

Si las señales de estrés que muestra un joven se agudizan o no dan muestras de mejoría, no duden en ofrecerle y buscar ayuda. Es posible que ni ellos mismos entiendan lo que les está pasando, o por qué. Ofrecerle terapia y herramientas para lidiar con el estrés y la ansiedad puede hacer una gran diferencia. Las Clínicas de la Albizu pueden ser una alternativa. Para conocer más, accede clinicas.albizu.edu.