Mariana Rodríguez López: “Mi madre es mi mejor ejemplo”
Para esta comunicadora y empresaria, su madre es su mayor admiración
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“He sido bendecida al nacer en una familia representada por grandes madres. En mi mamá, mis abuelas, mis tías, mis primas y mi cuñada he visto lo que es el amor incondicional expresado de diferentes maneras. El Día de las Madres es una celebración del amor incondicional”, afirmó Mariana Rodríguez López, propietaria del negocio Cinco Quince, ubicado en el Paseo Tablado de Guaynabo.
La periodista de profesión y empresaria por vocación recordó cómo, desde pequeña, siempre le atrajo ser comerciante. Relató que desde los 14 años vendía limbers en un campamento de tenis. Su madre, Cristy López, era la cómplice de esta empresa, al llevarla durante los recesos a dos localidades a vender los refrigerios.
“Mi mamá es una persona muy servicial, generosa, familiar, noble, entre otras cualidades más que faltaría papel para describirla. Ella ayuda a todo el que necesite, es una mujer sumamente fuerte. Salió de Cuba a los trece años con mis abuelos y mis tías, y, cuando llegaron a México, nació mi tío Fiquito”, agregó la comunicadora y empresaria, al mencionar al fenecido jugador de baloncesto superior Francisco “Fico” López.
“Con nosotros, que somos tres, [Crissy, José (Yoyo) y yo], mami nos crió con los mismos valores y el mismo amor, pero, al ser tan diferentes, tenía su truco para manejarnos”, expresó quien hace ocho años emprendió como propietaria del quiosco Cinco Quince, “[el cual fue nombrado] en honor a mis tíos, Fico López (QEPD) y Mario ‘Quijote’ Morales”.
De esta aventura, recordó, cómo, al comentarle a su madre que abriría este tipo de negocio, esta tuvo una reacción inmediata: “¡Tú estás loca; dejar tu trabajo para abrir una barra!”. Sin embargo, comentó que, desde el momento en que le entregaron la llave del local, su madre siempre ha estado con ella.
“Mami es handyman, chef, bartender, hace el mejor Bloody Mary del mundo y, además, lo complementa con su carácter alegre y fiestero. Me ayudó a poner tablillas, instalar abanicos y hasta haciendo desagües. Mi negocio no sería lo que es sin mi mamá y mi papá, no solo por el apoyo que me dan a diario, sino porque ellos hacen la materia prima de todas las empanadillas que vendemos. Empezamos con cuatro sabores y ya vamos por 20. Siempre están pendientes de inventar nuevos sabores para complacer a mis clientes”, dijo orgullosa.
Para Mariana, su madre ha sido su mejor ejemplo para buscar la solución a los problemas y siempre estar presente para las personas que la necesiten. Resaltó que, desde que tiene uso de razón, vio a su mamá dándolo todo por los suyos, sin dudarlo dos veces. Así aprendió de ella.
“Mami da por sus hijos todo… [Cuando] mi hermana tuvo cáncer, se mudó a Michigan por casi un año para estar a su lado durante todo su tratamiento. Fue este mismo espíritu de dar el que me motivó a comenzar, este año, la Fundación Cinco Quince”, añadió. Según explicó, en un principio, la fundación comenzó con un torneo de golf, para ayudar a su tía Vivian (QEPD) con su tratamiento de cáncer. Sin embargo, el deseo de ayudar fue más allá y ahora, en conjunto con un grupo de profesionales con el mismo objetivo, extiende esa ayuda a las personas que tengan necesidades apremiantes.
Para esta joven mujer, el apoyo de su madre en todos sus proyectos de vida es de las cosas más importantes, pues siempre dice presente. Aunque se parecen mucho, como en toda relación de madre e hija, a veces tienen sus discrepancias. “Siempre se termina la discusión cuando le digo: ‘tú hubieses hecho lo mismo, ¿no?’”, dijo divertida.
“Tener una madre no solo para nosotros tres, sino también para nuestros familiares y amigos es hermoso. Bueno, hasta los clientes preguntan por ella; siempre hay algo que celebrar y compartir. Hay que valorar y disfrutar cada momento que pasamos con nuestras madres, pues nunca sabemos hasta cuándo las vamos a tener”, concluyó.
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