Te levantas y desayunas. Al rato, sientes deseos de picar algo y, antes de la hora de almuerzo, sientes el ardor típico del estómago que te pide más comida, incluyendo postre. ¿Es normal que eso ocurra?

Según la página web Healthline, las razones para el hambre constante pueden reducirse a siete causas específicas:

  1. Tienes deficiencia de proteína, fibra o grasas en tu dieta
  2. Necesitas dormir más o ejercitarte menos
  3. Ingieres muchos carbohidratos simples (o “calorías vacías”)
  4. No tomas suficiente agua (o vconsumes exceso de alcohol)
  5. Comes muy rápido, estás distraído o con mucho estrés
  6. Estás tomando medicamentos que te producen hambre
  7. Puedes tener alguna condición médica

Sobre este último punto, la Guía Alimentaria para la Nutrición del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (2015-2020) establece en su resumen ejecutivo que “la mitad de los estadounidenses adultos padecen de una o más condiciones médicas crónicas que están directamente relacionados con los hábitos dietarios, incluyendo las condiciones cardiovasculares, la diabetes, el sobrepeso y la obesidad”.

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El año pasado, la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) resumió los datos de diversas enfermedades cardiovasculares y la obesidad en un documento con cifras que incluyen a los hispanos/latinos en los Estados Unidos. Los datos apuntan hacia un porcentaje mayor de condiciones crónicas de salud, asociadas con el exceso de comidas y el sobrepeso, que se manifiestan en edades tan tempranas como la preadolescencia.

Dos expertas en temas de salud integrada y nutrición nos explican sus apreciaciones y recomendaciones.

¿Qué dice la nutricionista-dietista?

El hambre es un indicador de que el cuerpo “pide”, a través de la sensación del hambre, satisfacer sus necesidades nutricionales. Sin embargo, la licenciada Wanda María Curbelo Rodríguez, nutricionista y dietista licenciada, reconoció que, además, puede ser una señal de que el cuerpo necesita la comida que le sirve como combustible para sus funciones.

“Aunque ese es el principio que aprendemos en nuestros estudios sobre el tema, sabemos que hay muchos factores adicionales que inciden en esa sensación de hambre constante”, dijo Curbelo Rodríguez. Para la especialista, esos factores pueden ser, entre otros:

Ansiedad
La ansiedad produce una sensación de ardor que se asocia con el estómago vacío.
La ansiedad produce una sensación de ardor que se asocia con el estómago vacío. (Shutterstock)

“Cuando una persona está atravesando por una crisis de ansiedad, su cuerpo se activa en respuesta a ese estímulo y produce más jugos gástricos”, explicó Curbelo Rodríguez. “Eso es lo que produce esa sensación de ardor que se asocia con el estómago vacío, que te obliga a comer”, agregó la experta, quien aseguró que este dato ha sido comprobado ampliamente con evidencia científica.

La comida “vacía”
A las personas que siguen ingiriendo comida chatarra, les da más hambre.
A las personas que siguen ingiriendo comida chatarra, les da más hambre. (Shutterstock)

“Hay personas que, clínicamente, se catalogan como obesas –según las medidas ya establecidas por los Centros para el Control de Enfermedades (CDC)– y siguen comiendo, calorías vacías (comida chatarra, dulces, refrescos, etc.). En ese caso, sus cuerpos le están pidiendo los nutrimentos necesarios para seguir funcionando de manera adecuada”, señaló Curbelo Rodríguez.

Daños cerebrales
El sobrepeso y la obesidad, causados por la falta de nutrientes, puede producir daños al cerebro.
El sobrepeso y la obesidad, causados por la falta de nutrientes, puede producir daños al cerebro. (Shutterstock)

“Hay personas que no desarrollan una parte del cerebro que tiene que ver directamente con la sensación de saciedad que sentimos al comer adecuadamente”, expuso Curbelo. “De igual manera, el sobrepeso y la obesidad, causados por la falta de nutrientes adecuados, puede producir daños irreparables al cerebro”, subrayó la nutricionista-dietista, refiriéndose a un artículo recientemente publicado por la Asociación Americana del Corazón sobre este tema.

¿Qué dice la doctora en medicina naturopática?

“Alguien que venga a mi consulta y exprese sentir hambre de manera constante requiere que se descarte la presencia de un trastorno endocrino –como una prediabetes o diabetes que no ha sido oficialmente diagnosticada–, o una fatiga adrenal”, sostuvo por su parte, la doctora en medicina naturopática Milva Vega García.

En ese caso, explicó la doctora, quien es también profesora universitaria y conferenciante sobre temas de salud, que el historial del paciente debe levantarse a partir de sus situaciones actuales e incluso otros eventos que hayan ocurrido en el pasado que afectan o han perjudicado su ingesta de alimentos.

Cansancio físico
La sensación de hambre aumenta cuando el cuerpo está realmente cansado.
La sensación de hambre aumenta cuando el cuerpo está realmente cansado. (Shutterstock)

“A veces, la sensación de hambre ocurre porque el cuerpo está realmente cansado y se agencia producir un estado que le permita apagarse”, explica Vega García. “Nadie tiene una compulsión por comer lechuga o la zanahoria –alimentos que nutren el cuerpo–, así que ese cuerpo pide carbohidratos vacíos como las harinas, las grasas y los azúcares”.

Aditivos y preservativos
Consumir alimentos que contienen jarabe de maíz (corn syrup) produce el deseo de continuar comiendo.
Consumir alimentos que contienen jarabe de maíz (corn syrup) produce el deseo de continuar comiendo. (Shutterstock)

Otra causa que Vega García identificó es el consumo de productos con aditivos muy dañinos al cuerpo. “Uno de los efectos rebote de consumir alimentos que contienen jarabe de maíz (corn syrup) es incitar el deseo de continuar comiendo”, dijo la doctora. Igualmente, hay preservativos que se añaden a ciertas comidas que, según un artículo actualizado en 2020, pueden causar adicción.

Vacío emocional

La necesidad emocional insatisfecha se asocia con la compulsión de ingerir alimentos.
La necesidad emocional insatisfecha se asocia con la compulsión de ingerir alimentos. (Shutterstock)

Vega García apuntó al vínculo entre una necesidad emocional insatisfecha con la compulsión de ingerir alimentos. “El espectro puede ser tan amplio como el de una relación perdida (ya sea de amistad, de trabajo o de tipo amoroso), hasta sentirse inconforme consigo mismo”. Para ello, la doctora recomendó trabajar con un profesional de la conducta o un coach de vida para identificar dónde se encuentra este vacío.

Dietas extremas
Las grasas, las proteínas y los azúcares saludables, que no están disponibles en dietas estrictas, son necesarios para crear lasensación de saciedad.
Las grasas, las proteínas y los azúcares saludables, que no están disponibles en dietas estrictas, son necesarios para crear lasensación de saciedad. (Shutterstock)

Muchos regímenes de alimentación manipulan el consumo de carbohidratos y grasas para alcanzar una meta para la apariencia corporal. “Hay que tener cuidado con eso”, advirtió Vega García. “Las grasas, las proteínas y los azúcares saludables son necesarios para crear esa sensación de saciedad. Hay que balancear la ingesta de alimentos con la ayuda de un especialista en nutrición para alcanzar esas metas de forma saludable”, finalizó diciendo.