Sigue un estilo de vida ecoamigable; protege tu salud y el ambiente
En el Mes del Planeta Tierra, haz un alto en nuestra rutina para educarte y reflexionar sobre los hábitos diarios que pudieran afectar negativamente el medioambiente
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Con el cambio climático y sus efectos acrecentándose año tras año, se hace imperativo que todos revisemos nuestros hábitos diarios que, por más inofensivos que parezcan, pueden estar afectando el medioambiente y, por consiguiente, nuestra salud.
Por ejemplo, un aumento en las temperaturas, que sobrepasen lo habitual, puede desatar golpes de calor, deshidratarnos y desencadenar otras condiciones que afecten nuestro bienestar, así como precipitar el desarrollo de enfermedades virales y bacterianas. Del mismo modo, aportar a la contaminación aérea redunda en una mala calidad del aire que respiramos, provocando asma y otras enfermedades pulmonares.
La coyuntura del Mes del Planeta Tierra nos da la oportunidad de hacer un alto en nuestra rutina para educarnos y reflexionar sobre aquellos hábitos diarios que pudieran afectar negativamente al ambiente y a planificar un estilo de vida ecoamigable y saludable.
Ahorro de agua y energía
Lo más fácil que se puede hacer en casa es atender el derroche del agua. Revisar que no haya goteras en la plomería, así como aprovechar a lavar grandes tandas de ropa y evitar dejar las llaves abiertas mientras nos aseamos o limpiamos los trastes, aporta al buen uso del preciado líquido. Por otra parte, el agua potable se puede conservar, si se recolecta agua de lluvia para regar las plantas.
Ahorrar energía es otra manera de vivir pensando en reducir nuestro impacto en el ambiente. Para ello, se pueden cambiar las bombillas de las lámparas por las del tipo LED, que consumen menos electricidad, así como apagar las luces encendidas que no se estén utilizando en el momento o que pueden ser reemplazadas por luz natural, al abrir las ventanas.
Hábitos de consumo
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), nuestras decisiones políticas, sociales y comerciales nos conducen a una crisis salubrista y climatológica. La OMS detalla que, a nivel global, cerca del 24 % de las muertes están relacionadas con el medioambiente. Por lo tanto, prácticas saludables que conlleven un mejor ambiente pueden prevenir estos decesos.
La OMS destaca que la presencia de plásticos y otros contaminantes se han encontrado en las profundidades de los océanos, en los montes más altos y, así mismo, han llegado a nuestra cadena alimentaria. Señala, además, que las fábricas de producción de alimentos ultraprocesados no solo contribuyen al aumento en la incidencia del cáncer y las enfermedades cardiacas, sino que también generan un tercio de los gases de efecto invernadero, que son los responsables de aumentar las temperaturas de la superficie del planeta.
Por lo tanto, comprar y consumir productos agrícolas locales nos provee una mayor nutrición y nos aleja de esos productos procesados, lo que ayuda, además, a que echemos a la basura material biodegradable como cáscaras, en lugar de empaques, latas y otros conservantes de alimentos.
Por esa misma línea, se puede incorporar el hábito de hacer un buen uso de los alimentos que tenemos en casa, para evitar su desperdicio. Para esto, planificar el menú de la semana y revisar que hayamos consumido toda la comida que haya en la nevera, en el congelador y en la alacena antes de ir al supermercado ayuda a comprar exactamente lo necesario y a no duplicar lo que ya tenemos. Así se evita desaprovechar alimentos que van a parar al basurero.
Con este último en mente, reusar contenedores, empaques y bolsas del supermercado evita que aumente la basura que producimos. Del mismo modo, la ropa, el calzado, los accesorios y otros artículos pueden reutilizarse en el mercado de segunda mano. De otra parte, hacer uso de programas de reciclaje municipales o privados ayuda enormemente a extenderle la vida útil a los vertederos.
Huella de carbono y calidad del aire
Una de las maneras de ayudar el planeta es reduciendo nuestra huella de carbono. Esto lo logramos haciendo un mejor uso de nuestros autos.
Ir caminando o en bicicleta a aquellos sitios que nos quedan cerca, planificar nuestras diligencias para hacerlas en un mismo viaje, compartir la ruta con otros o utilizar el transporte público son algunas de las formas en las que podemos reducir la emisión de gases que contaminan aire. Con este fin, un esfuerzo mayor sería cambiar nuestros vehículos por unos híbridos o eléctricos.
Por otro lado, prácticas saludables para nosotros, lo son también para el planeta. Dejar de fumar y, general, eliminar todos los tóxicos que este mal hábito produce en el cuerpo, no solo nos garantiza una mejoría en la salud pulmonar, sino que evitamos que estos, a su vez, contaminen el aire.
Estas son algunas de las muchas prácticas que podemos cambiar o incluir en el diario vivir para reducir nuestros posibles efectos nocivos en el ambiente y mejorar, de paso, nuestra calidad de vida. Proteger el ambiente es cuidar de nuestra salud y bienestar. Ninguna acción es insignificante cuando se trata de cuidar nuestra casa y el planeta Tierra es donde todos vivimos.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.