Insomnio, sofocos, pérdida de concentración, hemorragias e irritabilidad son solo algunos de los síntomas asociados a la menopausia, que también afectan el ambiente laboral en el que se desenvuelven las féminas en esta etapa.

De hecho, 8 de cada 10 mujeres experimentan esta sintomatología que puede comenzar hasta una década antes del cese del ciclo menstrual y, de esas, el 47 % asegura sentirse afectada en su desempeño profesional.

Sin embargo, en Puerto Rico no existe una cultura dirigida al bienestar de las féminas en el periodo de la perimenopausia, lo cual genera que enfrenten burlas, menosprecio y falta de comprensión en sus respectivos escenarios de trabajo.

Esto, según la doctora María Calixta Ortiz Rivera, neurocoach, epidemióloga y escritora, quien planteó que, “en ese periodo de la perimenopausia, es cuando los síntomas más estragos hacen en la mujer y es cuando más afecta el ambiente, tanto laboral como el ambiente en su casa y su físico”.

“Es decir, que los síntomas que le dan a una mujer en la casa, los va a expresar también en su espacio laboral. El insomnio es uno de los primeros síntomas; te va a dar cansancio, vas a tener sueño en la mañana o, simplemente, no te puedes levantar a la misma hora que te levantabas antes y vas a llegar tarde a tu trabajo”, expresó.

Igualmente, apuntó al desarrollo de hemorragias, ya que, en la etapa de la perimenopausia, “se afecta todo el sistema”.

“Puede ser que [la menstruación] llegue antes, o después, y no estabas preparada. Eso implica que la mujer, o tenga que ir al baño a lavarse la ropa y volver a trabajar, o se vaya para su casa porque sabe que no puede lidiar con el asunto de estar manchada. Entonces, por ahí vienen las burlas, la vergüenza y todo lo demás que está asociado”, expuso.

Asimismo, la niebla mental, que ocurre cada vez que hay un sofocón, ocasiona falta de concentración.

“Entonces, si estás en una llamada o estás en una reunión de staff, no puedes lidiar de la misma forma que si estás bajo condiciones normales, porque todo el sistema entra en un estado de protección. Tú estás bajo un sofoco y tu sistema está bregando con el sofoco; no puede pensar, se nubla la razón”, detalló. “Si estás haciendo un cómputo matemático, no te sale; la llamada se te olvida. Te hicieron una pregunta en una reunión, se te olvida. Todo esto yo lo he vivido con otras mujeres que están pasando por las etapas, a quienes he entrevistado, y hasta yo misma, que pasé por todo esto”, agregó.

En tanto, la neurocoach, apuntó a la irritabilidad como un efecto de todo el proceso, debido a la subida de la hormona cortisol, lo cual genera ansiedad.

“[Es] esa leve depresión que te puede dar en un momento dado, que te hace duda de que si lo que estás haciendo es lo que debes hacer. [Es] esa incertidumbre de no saber a ciencia cierta qué es lo que te está pasando, porque toda esa mezcla de síntomas va a tener un efecto a nivel mental, emocional y físico”, mencionó.

“Unas 8 de cada 10 mujeres van a estar sufriendo estos síntomas porque no todas los manifiestan de la misma forma. Pero, de esas, 8 de cada 10, o cerca del 47 %, se han visto afectadas en el desempeño dentro de su área laboral por todos estos factores; no es para minimizarlos”, reafirmó.

De otra parte, aludió a un ambiente de exclusión, discrimen y estigma que se observa en escenarios laborales en contra de las féminas en menopausia.

Según Ortiz Rivera, “esto también se ve entre las mismas mujeres que no tienen los síntomas tan marcados como otras y que pueden, inclusive, juzgar mal a una mujer [que sí los tiene]”.

“No hay prácticas que acompañen a la mujer [en los ambientes laborales]. No hay charlas que le den información a la mujer; no hay espacios de reunión para ventilar; no hay acomodos de horarios”, denunció.

“Si la mujer se trasnochó porque no pudo dormir más de dos horas, que pueda llegar un poco más tarde y que no haya represalias. Tal vez, [que den] unas licencias. Entonces, tenemos este ambiente que no está mirando para allá, especialmente en Puerto Rico, no hay nada; no he visto nada”, recalcó.

No obstante, dijo que hay países como México e Irlanda que han desarrollado políticas de avanzada, a fin de proteger a las trabajadoras en esta etapa de vida.

“México tiene una licencia de descanso para la mujer, pero también para el hombre. Un hombre que está pasando por andropausia puede tener unos efectos parecidos, y una mujer que está pasando por menopausia le dan un día al mes, o sea, que, tienen doce días al año para poder tomar ese descanso”, reveló.

“En Irlanda, en el 2022, trabajaron un permiso de ausencia de hasta diez días, relacionado solamente con la menopausia. Si [la mujer] tiene algún episodio como una hemorragia, se puede quedar en la casa y se adjudica a ese permiso de ausencia”, agregó.

Sobre esto, resaltó que existen unas guías en español para establecer horarios de trabajo, entre otros asuntos que beneficien a la mujer en menopausia. Igualmente, exhortó a los empleadores a informar a la mujer y al personal que trabaja con ella de que, estos síntomas, “son algo que la mujer no puede controlar”.

No obstante, admitió que “la mujer tiene que hablar. El problema ha sido que nosotras nos hemos quedado calladas ante esa invisibilidad”.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.