Por milenios, los eventos deportivos han sido sucesos significativos para las civilizaciones en múltiples dimensiones. De modo que exceden la intención competitiva en la que se debe mostrar suprema maestría y habilidad, y se convierten en espacios que promueven el intercambio cultural, el desarrollo socioeconómico y nuevas alianzas y oportunidades.

Sin duda, son una gran plataforma en la que los atletas de cada país lo dan todo para obtener los mejores resultados, luego de intensos períodos de entrenamiento. Los pueblos se unen para presenciar el acontecimiento que, desde el inicio, se establece como lugar de encuentro, compartires y reconocimiento.

Tal cual lo hemos vivido, gracias a la destacada labor de la delegación boricua que participó en la vigesimocuarta edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, llevados a cabo en San Salvador recientemente.

Este año, Puerto Rico alcanzó el sexto lugar en una clasificación de 29 países. Los primeros cinco puestos fueron para México, Colombia, Cuba, Venezuela y República Dominicana. Con un total de 96 medallas —25 de oro, 27 de plata y 44 de bronce—, nuestro archipiélago superó la cantidad obtenida en pasadas ediciones. Así, uno de los hechos notables fue la participación de la golfista María Fernanda “Marife” Torres, que conquistó la primera medalla en la rama femenina del golf que obtiene Puerto Rico en los juegos.

“Fue una experiencia increíble. Fue un torneo bastante fuerte por las inclemencias del clima y el campo de golf, pero uno se enfoca y junto a mi equipo mantuvimos la meta de la medalla”, expresó la golfista, quien ganó la medalla de plata, y añadió: “Me agradó visitar un país donde la gente está deseosa de mejorar su calidad de vida, sentir el calor humano que siento cuando estoy en mi país, Puerto Rico. Eso hace que una pueda tener mejores resultados en la competencia”.

En cuanto a los elementos clave que le ayudan a procurar y mantener el bienestar para impactar favorablemente su carrera, incluyó el apoyo que recibe en asuntos como la nutrición y la salud física y mental. A su vez, toma la decisión de alejarse de “todo lo que puede ser tóxico y que me abrume” y prioriza estar en armonía consigo misma y con su entorno.

De igual forma, la deportista —graduada de la Universidad de Florida en Ciencias de la Familia, la Juventud y la Comunidad— puntualizó que: “Las dos áreas a las que le doy prioridad en mi vida son la salud física y la salud mental. Mientras yo tenga esos dos aspectos bien gestionados, me dan la oportunidad de poder rendir como atleta profesional y, sobre todo, como ser humano”.

Ahora, Marife —que este año tiene una agenda muy activa— se propone continuar enfocada para atender las exigencias de los próximos torneos y conseguir los objetivos que trace para cada uno de ellos.

“Mantener la consistencia a un alto nivel desempeñado”, dijo acerca de sus propósitos. “Mi meta es mantener el juego a ese nivel”, enfatizó, quien hizo su debut en unos Juegos Olímpicos cuando participó del evento celebrado en Tokio en 2020.

Inspirada por sus claras intenciones, la jugadora de golf —que en 2017 se convirtió en la primera de Puerto Rico en ser miembro de pleno derecho del LPGA Tour, según informa la asociación de golf profesional para mujeres— considera que el elemento principal para alcanzar el bienestar es la capacidad de adaptación a los cambios.

“En golf pasa todo el tiempo y poder adaptarse es parte de encontrar un bienestar para desempeñarse exitosamente”, aseguró.

A la par con su pasión por el golf, Marife disfruta de correr como una manera de conectar con su ser y nutre su espíritu al compartir con su familia y el equipo de trabajo. También, dedica tiempo para su desarrollo personal, leer y cuidar su espacio personal.

“Además de darme satisfacción, el golf contribuye a mi desarrollo físico y mental. Al ser un juego de estrategia mental, me ha ayudado a madurar y comprender muchas cosas de la vida”, manifestó la campeona del Epson Tour Guardian Championship en 2022.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.