La resequedad nunca ha sido un problema tan grave, hasta que hablamos del poco común síndrome de Sjögren, un trastorno autoinmunitario que puede estar afectando la salud, principalmente, de la mujer, sin que esta se dé cuenta.

Este padecimiento destruye las glándulas que se encargan de producir las lágrimas y la saliva, ocasionando resequedad en los ojos y la boca. Pero, este trastorno no se queda ahí, ya que puede afectar los riñones y los pulmones.

El doctor José Raúl Rodríguez Santiago, reumatólogo y presidente de la Asociación de Reumatólogos de Puerto Rico (ARPR) afirmó que este es un síndrome “más frecuente en mujeres jóvenes de entre 30 a 50 años” y que pocas veces afecta a hombres. “Ocurre de 9 mujeres a 1 hombre y cuando ocurre en varones es serio, porque puede dar problemas renales y otras complicaciones sistémicas, incluso, se asocia con un desarrollo de linfomas. Estamos hablando del cuadro más complicado y severo del Sjögren”, explicó el especialista.

Las causas de este síndrome aún se estudian, aunque existen ciertos factores que pueden ser los responsables. “La predisposición genética es muy importante, pero se ha implicado al virus de Epstein-Barr (EBV), que causa la mononucleosis, además, se implican bacterias y otros virus. Se empiezan a producir anticuerpos contra nuestras glándulas exocrinas y ahí es donde empieza el problema”, dijo. Estas glándulas son las encargadas de la humedad, la salivación y la producción de lágrimas, por eso, cuando son atacadas y se inflaman, se presentan los síntomas específicos.

“Causa fatiga, ojos y boca secos, dolor en las coyunturas, insomnio, espasmos musculares y la persona tiene como una neblina mental que puede asociarse a la fibromialgia, pero no lo es. En muchas ocasiones, se afectan las glándulas que mantienen la humedad en la vagina; entonces, van a tener un problema grave de sequedad vaginal”, detalló el reumatólogo.

Estos síntomas, aunque particulares, es posible que no se presenten todos al mismo tiempo, así que, muchas personas, sobre todo mujeres, pudieran padecerlos sin identificar que se trata de Sjögren.

“Esa es la peligrosidad de esta enfermedad, que puede no tener casi síntomas, pero los ojos me pican, están secos o tengo problemas para tragar. Otra señal es que se acuestan a dormir por la noche y la boca se queda completamente seca. Estamos hablando de que los síntomas pueden ir de algo muy sencillo, casi asintomático, hasta una enfermedad mucho más seria en el futuro”, detalló.

Rodríguez estableció, además, que el diagnóstico es sencillo. Solo basta una sospecha para realizar un estudio y evaluar la falta de lágrimas o la sequedad bucal. “Hay un estudio, el Schirmer tear test, que hace el oftalmólogo con un papelito en el párpado inferior del sujeto, y que mide cuán rápido se moja ese papel. También se hace una biopsia del labio inferior para ver si hay un filtrado de células inflamatorias y así tenemos un diagnóstico definitivo”, sostuvo el doctor. Una vez se diagnostica, el reumatólogo procede a identificar en qué estadio (etapa) está el trastorno para buscar los tratamientos apropiados.

“Puede ser tratamiento paliativo, como gotas oculares, gotas antiinflamatorias, usar estimuladores de formación de saliva y, si la enfermedad evoluciona a algo sistémico con dolores articulares, procesos de complicaciones respiratorios y renales, entonces, se puede empezar a usar moduladores del sistema inmune, de acuerdo con la severidad”, mencionó. No obstante, aquellos pacientes que son diagnosticados en un estado avanzado de la enfermedad pueden tener consecuencias muy peligrosas.

“Los párpados secos van a raspar la córnea y pueden causar úlceras. Si la persona no tiene saliva, va a tener dificultad para tragar bien y empieza a tener problemas de caries y pérdida de dientes. En la mujer, la intimidad va a ser sumamente afectada porque no tiene lubricación”, explicó.

“El síndrome puede evolucionar a problemas linfáticos porque pueden inflamarse las glándulas del cuello, también puede tener problemas respiratorios, enfermedades inflamatorias crónicas, nefropatía o nefritis, con compromiso de la función renal”, especificó el doctor.

De hecho, la afección puede llegar al punto de que el paciente, sobre todo los hombres, desarrolle un linfoma. “Entonces, hay que llamar al hematólogo-oncólogo porque hay que tratar esa afección, pues ya es un tipo de cáncer”, informó el presidente de ARPR.

Debido a la peligrosidad del trastorno, Rodríguez instó a las personas a estar pendientes a estos síntomas porque el progreso del síndrome es muy lento y afirmó que hay oportunidad de hacer un diagnóstico temprano.

“Los síntomas pueden aparecer individualmente, no todos al mismo tiempo, ese es el problema; que uno nunca va a pensar que, porque tengo ardor en los ojos, tengo esta enfermedad. Pero, debo advertirles que es una posibilidad, que busquen una evaluación”, concluyó el especialista en reumatología.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.