La FDA aprueba nueva combinación de medicamentos para tratar el cáncer colorrectal
La combinación de inmunoterapia dual nivolumab y ipilimumab provee una alternativa de tratamiento adicional para este tipo de cáncer

PUBLICIDAD
Desde el 2019, Puerto Rico fue parte del estudio clínico CheckMate-8HW. Este dio paso a que, recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) aprobara un nuevo tratamiento para pacientes con cáncer colorrectal con tumores irresecables o metastásicos con los biomarcadores MSI-H/dMMR.
Se trata de la combinación de inmunoterapia dual Opdivo® (nivolumab) y Yervoy® (ipilimumab). Esta se usa para tratar el cáncer colorrectal estadio IV (metastásico), especialmente en aquellos casos en los que se han presentado resistencias a tratamientos previos. Esta nueva alternativa marca un hito en el manejo de esta agresiva forma de cáncer, que, en los últimos años, ha mostrado un vertiginoso aumento, sobre todo en pacientes menores de 50 años. Además, provee una alternativa de tratamiento adicional para este tipo de cáncer, que continúa siendo el segundo más común tanto en hombres como en mujeres en Puerto Rico.
Según el estudio clínico, la combinación de Opdivo® y Yervoy® demostró una reducción del riesgo de progresión de la enfermedad o muerte del 79 %, en comparación con la quimioterapia en el entorno de primera línea. Del mismo modo, redujo en un 38 % el riesgo de progresión de la enfermedad o muerte en comparación con la monoterapia con nivolumab en todas las líneas de tratamiento.
La doctora Marcia Cruz Correa, gastroenteróloga oncóloga y directora médica de PanOncology Trials, estuvo a cargo del estudio CheckMate-8HW en la isla. Y, al hablar sobre los hallazgos derivados de su participación, afirmó que esta inmunoterapia transformará el panorama terapéutico y mejorará la calidad de vida de los pacientes puertorriqueños.
Según la investigadora, cuando se desarrolló el protocolo del estudio global de la compañía biofarmacéutica Bristol Myers Squibb era “completamente innovador” porque, para ese entonces, no sabían si podían darles inmunoterapia a los pacientes con cáncer de colon metastatizado como primera opción.
“[Al paciente] siempre se le daba primero la quimioterapia y después se le daban otras opciones, incluyendo inmunoterapia. Pero este estudio fue bien innovador porque fue el primero en el que se evaluaron dos inmunoterapias con mecanismos de acción diferentes versus una inmunoterapia (nivolumab), versus la terapia estándar, que era la quimioterapia. O sea, que es un estudio donde el paciente recibía aleatoriamente la combinación de dos inmunoterapias, una de las inmunoterapias sola o el tratamiento estándar para ese momento [quimio]”, detalló la gastroenteróloga oncóloga.
Para el estudio CheckMate-8HW en Puerto Rico se evaluaron unos seis pacientes, pero al final entró solo uno, de aproximadamente 46 años, que cumplía con los criterios y tuvo resultados sorprendentes.
“Para poder entrar al paciente en el estudio, debía tener un biomarcador en el tumor que se conoce como ‘inestabilidad en los microsatélites’. El tumor debía tener esta firma genómica. Los pacientes que evaluamos, algunos no la tenían, así que no podían entrar, o ya estaban muy avanzados”.
“Pero el paciente que tuvimos fue el primero que entró en Puerto Rico y el primero en entrar en este protocolo a nivel global y terminó el estudio, que duró dos años. Cuando él llegó a donde mí, tenía cáncer de colon diagnosticado entre el 2013 y 2014. En ese entonces, él se operó, estuvo bien por un tiempo y, varios años después, presentó una metástasis al estómago. Cuando lo vimos por primera vez, él presentaba una úlcera maligna y, cuando hicimos la biopsia, era cáncer de colon que se había metastatizado al estómago”, relató la doctora.
Según Cruz Correa, para este paciente, participar de este estudio “significó la vida versus la muerte”. Esta aseveración surge del hecho de que, al igual que a otros cientos de pacientes a nivel global que tuvieron la mayor sobrevida que los que recibieron el standard of care (tratamiento convencional o quimioterapia), le tocaron las drogas del estudio.
“A este paciente le bajamos ese tumor al punto de que es como si no tuviera cáncer. Después de ahí, lo tratamos por dos años más (cuatro en total), lo enviamos a operar porque tenía un pedacito en el estómago que daba positivo, y hoy está en remisión. Hasta se casó y los otros días, cuando lo vi, me dijo que jamás pensó que se iba a poder casar”, resaltó.
La doctora afirmó que los hallazgos de este estudio permiten brindarles a los pacientes una alternativa que no se conocía para el 2019.
“Si no fuera por este ensayo clínico, no hubiéramos sabido que esta población de pacientes, si le dabas inmunoterapia, tan pronto hacías el diagnóstico, podías eliminar la enfermedad. Y eso fue lo que vimos en los pacientes que recibieron las dos inmunoterapias, nivolumab e ipilimumab”, confirmó.
La aprobación de esta inmunoterapia marca un adelanto significativo, pues, de acuerdo con la doctora Cruz Correa, antes no existía acceso a estas drogas como primera opción de tratamiento para tratar el cáncer colorrectal metastásico.
“Empezamos a dar inmunoterapia en algunos tipos de cáncer. El primero fue el melanoma, pero no utilizábamos inmunoterapia en cáncer de colon como primera opción. Lo que recibían los pacientes en Puerto Rico era la quimioterapia, que era el standard of care. Así que este fue el primer estudio donde utilizamos inmunoterapia en cáncer de colon avanzado en primera línea. Nosotros conocíamos de estos medicamentos y su efectividad, pero los resultados han sido maravillosos”, reconoció Cruz Correa.
¿Cómo trabajan estos medicamentos?
En palabras sencillas, la investigadora explicó que nuestras células blancas son como “guerreros” que se pasan dando vueltas por el cuerpo para hacer su trabajo de defendernos y, para esto, tienen unas llaves.
Cada vez que esas células blancas ven una célula, ponen la llave y, si la llave abre la puerta, significa que esa célula es nuestra y no la destruyen. Pero las células tumorales crean unas cerraduras que hacen como si fuera una imitación de la cerradura normal.
“El tipo de tumor como el cáncer de colon en nuestro paciente tiene la cerradura falsa, así que llega la célula T, que es la que se encarga de matar las células tumorales, y con su llavecita dice: ‘Esta es una célula buena’, y no la toca. Teniendo un sistema inmunitario bueno [esto no ocurre], pero el tumor engaña al sistema inmunitario. Así que el nivolumab bloquea la llave del PD-1 y, al estar bloqueada, la célula no puede ser engañada y la célula blanca hace su trabajo y destruye la célula tumoral”, explicó.
“El otro medicamento, ipilimumab, bloquea otros de estos puntos de cotejo; lo que hace es que bloquea el freno. Así que esta inmunoterapia es como una célula a la que le diste esteroide, por un lado, para activar el sistema inmunitario y, por el otro, le quitas el freno, así que va a las millas. Con esa combinación, en el estudio Check Mate-8HW, los pacientes que estuvieron en la doble inmunoterapia tuvieron una mejor sobrevida. Al punto de que, cuando acabó el estudio, la mayoría estaban vivos. Personas con cáncer de colon metastatizado, para principios de los 2000, duraban entre 3 y 6 meses. Hoy día, a un paciente que tenga esta firma genómica, le das la doble inmunoterapia y el paciente se cura de la enfermedad sin cirugía o se reduce al máximo y puede ser candidato a cirugía”, afirmó la doctora. Como se desprende del mismo estudio, los pacientes que recibieron la terapia estándar (quimioterapia) tuvieron una sobrevida de solo 6 meses.
Como cualquier tratamiento, estos fármacos pueden tener efectos secundarios que incluyen fatiga, diarrea, prurito, dolor abdominal, dolor musculoesquelético y náuseas, pero los hallazgos del CheckMate-8HW y la aprobación de la FDA de esta inmunoterapia, sin duda, motivan y marcan una esperanza para estos pacientes.
“Todo ensayo clínico tiene que ser aprobado por la FDA antes de ser presentado a un paciente. Cuando un médico va a presentar un ensayo clínico, ese protocolo de investigación fue sometido a la FDA, entonces evalúan la droga y todos los efectos secundarios que se saben al momento. Si la FDA no permite un ensayo clínico, nadie puede hacerlo. Estos hallazgos y la aprobación de la FDA deben cambiar el concepto de que, cuando no queda remedio y vas a morir, es que puedes buscar participar de un ensayo clínico. Eso hay que borrarlo”, concluyó la gastroenteróloga.
Para información, llama a PanOncology Trials al 787-407-3333 o accede a www.panoncologytrials.com.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.

Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.