Con la llegada del mercado digital, ha surgido una nueva tendencia adictiva que podría ser preocupante. Se trata del intercambio de criptomonedas, pues el potencial para desarrollar una adicción a esta práctica es elevado debido a que, similar a los videojuegos, el póker y las apuestas, hay un alto nivel de recompensa, explicó el terapeuta de adicciones Humberto Valenzuela Morales.

¿Qué son las criptomonedas?

En una investigación de la Conferencia Internacional sobre Juegos de Azar y Asunción de Riesgos se definen, de forma simplificada, las criptomonedas, también conocidas como moneda virtual o criptodivisa, como dinero digital.

Por tanto, significa que las transacciones, intercambios y apuestas se hacen totalmente en línea, sin tener que interactuar con una moneda o un billete físico.

La popularidad de este tipo de moneda ha incrementado desde que se inauguró, en el 2009, Bitcoin, una de las criptomonedas más conocidas. Ahora, existen otras divisas digitales como Ether, Dogecoin, Ripple, Lumens y Biance Coin, entre otras.

¿Por qué podrían ser adictivas?

Los químicos de placer que se disparan al cerebro tienen un rol fundamental en la adicción, comentó Valenzuela Morales. El cuerpo humano lanza químicos de placer como la endorfina, la oxitocina y la dopamina. Este proceso ocurre al comer, dormir, tener relaciones sexuales o cuando se tiene cualquier otra intercacción con la capacidad de estimular una sensación placentera, abundó.

Sin embargo, el problema de adicción surge cuando, al realizar una actividad, se producen grandes cantidades de estos químicos y el cuerpo comienza a crear resistencia y dependencia a ellos.

El intercambio de criptomonedas tiene la capacidad de crear tendencias adictivas, precisamente, porque, al ser una interacción de alto riesgo, se producen cantidades drásticas de los químicos de placer. Entonces, el usuario recurre a repetir la conducta una y otra vez, con el objetivo de obtener mayor satisfacción que la última ocasión en la que la realizó, razonó el también psicólogo.

En el caso del intercambio de activos digitales, esta mentalidad podría disponer a que el individuo se arriesgue cada vez más, quizás, haciendo transacciones menos pensadas o apeligrando mayores cantidades de dinero.

Para identificar si se está desarrollando una relación problemática en torno a este tipo de activo digital, Valenzuela Morales considera importante analizar las siguientes características que se utilizan para diagnosticar una adicción:

Pensamiento obsesivo

“[La persona] comienza a tener un pensamiento constante de deseo”, destacó. Cuando se trata del intercambio de activos digitales, el usuario podría comenzar a pensar obsesivamente en cuáles serán sus próximas inversiones.

Comportamiento compulsivo

Del pensamiento obsesivo, se pasa a los actos compulsivos, precisó Valenzuela Morales.

El individuo pudiese desarrollar una afición con verificar compulsivamente las plataformas virtuales en las que hacen las interacciones o revisar constantemente las transferencias de la divisa digital. Además, podría tomar mayores riesgos sin tener una estrategia.

Pérdida de control

Valenzuela Morales elaboró que un indicador de la pérdida de control puede ser cuando “la persona dice, por ejemplo, ‘voy a estar conectado al internet nada más por cinco minutos’. Pero, a la larga, esos cinco minutos se convierten en horas. De repente, dejaste de atender tus asuntos, llegaste tarde a tu compromiso, no acudiste a la cita, no atendiste a tu familia, etcétera”.

Con relación a las criptomonedas, esta característica se podría estar manifestando si la persona ha tenido intentos fallidos de reducir el tiempo que dedica al intercambio de la moneda digital.

Consecuencias negativas

Se comienzan a experimentar consecuencias negativas por la actividad adictiva. “Te desconectas de tus seres queridos y de ti mismo”, planteó.

También, la persona podría sentir estrés, ansiedad, mal humor, irritabilidad y otros síntomas de salud mental no deseados cuando no puede realizar los intercambios.

Negación

Para Valenzuela Morales esta es la peor característica de la adicción, ya que dificulta que el individuo busque el tratamiento adecuado.

Afirmó que una persona que tiene una adicción presenta un sinnúmero de excusas para “probar” que no es adicto y que mantiene un control sobre lo que hace.

No es hasta que la persona reconoce que tiene un problema, cuando se puede tratar de manera adecuada. Para llegar a este entendimiento, el individuo debe evaluar de forma honesta su comportamiento y el impacto más amplio que está teniendo en su bienestar y en quienes lo rodean.

¿Qué hacer una vez se identifica el uso problemático de las criptomonedas?

Lo primero que recomienda Valenzuela Morales es acudir a un profesional de la salud mental.

“Hay múltiples profesionales que aplican distintos tipos de tratamiento dependiendo el paciente”, distinguió.

Por su lado, el psicólogo social Alexis Rodríguez Ramos coincidió en que hay distintas formas de trabajar la adicción. Entre los distintos métodos, destacó la terapia cognitiva conductual y explicó que trata sobre un acercamiento en el que el profesional se enfoca en manejar el tiempo que le dedica, en el caso a una adicción a las criptomonedas, a estar pendiente a la divisa.

A su vez, el también profesor en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico recalcó que hay una recomendación para que se realice más investigación en torno a los tratamientos para adicciones relacionadas con la tecnología, puesto que es un tema relativamente nuevo y aún no existen suficientes hallazgos al respecto.