Identifica los síntomas inusuales de la diabetes
Los hábitos y los historiales de salud de la población puertorriqueña pueden ponernos en riesgo de desarrollar esta enfermedad
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El origen etimológico de la palabra castellana ‘diabetes’ viene de la palabra griega ‘atravesar’. Esta herencia lingüística es muy atinada, pues la enfermedad de la diabetes atraviesa todos los aspectos de nuestra vida: lo que comemos y cuánto, las actividades físicas que realizamos o no, nuestra economía personal y el acceso a la salud. Incluso, cuánto nos gusta ir de fiestas y tomar alcohol.
Si pensamos que la manera en que vivimos nuestra vida puede influir en la detección temprana de la enfermedad, o en su prevención, estaremos dándole la importancia necesaria a este padecimiento.
La diabetes es un asunto serio, como confirman las pocas estadísticas actualizadas que existen. Por ejemplo, según datos del 2010 recogidos en un informe del Centro de Diabetes para Puerto Rico, la prevalencia de esta enfermedad en la población era de un 12.8%.
Al día de hoy, según la endocrinóloga Paula Jeffs González, este número ha aumentado. “En Puerto Rico, la estadística no se lleva al día. Lo que se estima es que 17% de la población tiene diabetes”, explicó al añadir que, además, hay mucha gente sin diagnosticar, posiblemente la mitad de ese 17%. Una posible razón para esta falta de diagnóstico, según la doctora, es “la falta de conocimiento de los síntomas por parte del paciente y la falta de acceso a la salud” en el país.
Ante la falta de estadísticas y diagnósticos, es importante que estemos atentos a nuestro cuerpo y nuestras rutinas para poder detectar síntomas de la enfermedad, sobre todo, los síntomas inusuales que se pueden manifestar.
Señales que no debes pasar por alto
La doctora Jeffs González apuntó a tres episodios de salud que podrían confundirse con otro asunto: una herida que no sana de manera rápida; infecciones de orina que no se curan aun con el tratamiento recetado; y un infarto repentino.
Sin un cuadro clínico completo (que incluye una evaluación del historial y rutina del paciente), estos tres eventos podrían parecer otro asunto de salud y pasaría desapercibida la necesidad de realizarse pruebas específicas.
Por eso, si se padece alguna de estas tres cosas, debemos acudir a nuestros servicios de salud primarios para que un profesional de la salud evalúe si es necesario hacernos las pruebas establecidas para la detección de la diabetes que son para medir la concentración de azúcar. Un resultado que indique niveles de glucosa elevados, podría resultar en un diagnóstico confirmatorio de la enfermedad.
Jeffs González también insistió en otra señal del cuerpo que podemos confundir. Si una persona pierde peso en un espacio de tiempo corto, cuando no ha comenzado una rutina de ejercicios o incorporado cambios en sus hábitos alimenticios, puede ser una alerta para decidir hacerse las pruebas de azúcar correspondientes. O sea, una pérdida de peso que no es intencional. En este caso, nuestro cuerpo utiliza otras fuentes de energía y comenzamos a adelgazar “incluso comiendo más”, explicó Jeffs González.
Además de estas cuatro señales, la recomendación médica es que, una vez se cumplan los 45 años de edad, las personas se realicen las pruebas de detección que tengan a su disposición.
Evalúa tus hábitos
Pero, con o sin un diagnóstico de diabetes, hay asuntos a los que debemos estar pendiente y hábitos que debemos modificar.
Por ejemplo, verificar nuestro historial familiar para estar seguros de la prevalencia en nuestra herencia; si nos sentimos cansados aun cuando no se ha hecho esfuerzo físico; si llevamos una vida sedentaria; si consumimos tabaco; si experimentamos pérdida de sueño; orinar más de lo acostumbrado; adormecimiento de las extremidades; deshidratación; poca concentración para hacer cálculos sencillos y tomar decisiones rápidas.
En el caso nuestro como latinos, es muy importante estar conscientes de nuestros hábitos alimenticios. La dieta puertorriqueña incluye viandas, arroces, panes, verduras que son carbohidratos que se convierten en azúcares.
“Los hispanos tenemos un riesgo añadido: sobrepeso, la alimentación y el sedentarismo. La cultura incide”, puntualizó la endocrinóloga al recomendar que las personas incluyan en sus servicios de salud una evaluación con un nutricionista.
Lo anterior se confirma con los datos más recientes de la Asociación Americana de la Diabetes y el Informe Nacional de Estadísticas de la Diabetes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés). Según el informe para el 2020, el 10 % de la población en Estados Unidos padece de diabetes. De este grupo, 12.5% era de origen hispano (incluyendo personas de ascendencia puertorriqueña que constituyen el 12.4% de los latinos viviendo con la enfermedad).
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.