Estas son las enfermedades que conviven con el asma
Cuando sabes qué detona los síntomas de la afección crónica, mejoras tu calidad de vida
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Las comorbilidades, es decir, las enfermedades asociadas con el asma, amenazan con exacerbar el estado de salud de los pacientes, afectando su calidad de vida.
El asma es una enfermedad pulmonar crónica que provoca la inflamación en las vías respiratorias, los conductos que llevan el aire desde y hacia los pulmones.
“El pulmón se inflama y eso hace que se cierre y se quede el aire atrapado. Por eso es que el paciente siente que le falta el aire. Desgraciadamente, en el 2024, todavía hay personas que mueren de asma y eso no debe ocurrir porque tenemos muchas herramientas y tratamientos para mejorar el manejo y la calidad de vida de los pacientes”, expresó la alergista e inmunóloga Cristina Ramos Romey.
El problema principal en un paciente de asma es el deterioro en el funcionamiento de sus vías aéreas debido a la inflamación constante. “La inflamación crónica por unos largos periodos hace que se pierda más función pulmonar de lo que debería y el paciente termina con una función pulmonar más baja, si esa inflamación no se controla”, señaló la doctora Ramos Romey, quien es profesora del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Sin embargo, las complicaciones son aún mayores cuando el paciente padece de otras enfermedades que agudizan el asma. “Una comorbilidad es todo aquello que pueda exacerbar los síntomas del paciente y estas pueden ser las alergias, la rinitis alérgica y la rinosinusitis crónica, además de padecimientos como los pólipos nasales y el reflujo gastroesofágico”, mencionó, por su parte, la neumóloga Jahaira Serrano Domínguez.
Algunas de las comorbilidades del asma son:
Rinitis alérgica
Es una congestión nasal, un goteo nasal persistente. Este diagnóstico es asociado con un conjunto de síntomas que afectan la nariz. Estos síntomas se presentan al inhalar algo a lo que se es alérgico como el polvo, la caspa o el polen. Los síntomas también pueden ocurrir cuando se ingieren alimentos a los que la persona es alérgica.
“Quienes tienen rinitis alérgica son mayormente alérgicos y, cuando las alergias nasales se descontrolan, hay un concepto llamado una vía aérea nada más, donde la nariz y el pecho están conectados y, si la nariz se empeora, el pecho se va a afectar, y eso detona en un ataque de asma. Siempre es importante controlar los síntomas de la nariz para que no se descontrole el asma”, recomendó la doctora Ramos Romey.
Dermatitis atópica
Es un trastorno cutáneo que hace que la piel se seque, y que provoca picor e inflamación. Las personas con dermatitis atópica a menudo tienen asma o alergias estacionales y tienen antecedentes familiares de afecciones alérgicas como asma, rinitis alérgica o eccema.
“Muchos pacientes tienen complicaciones de alergias en la piel que empeoran con los mismos detonantes de asma. Por eso, estas manifestaciones alérgicas afectan a estos pacientes”, dijo Ramos Romey, quien es subespecialista en alergias.
Pólipos nasales
Esta es una inflamación o crecimiento de las turbinas en la nariz (senos paranasales) que se obstruyen. Esto ocasiona una sinusitis crónica, congestión, pérdida de olfato y secreciones nasales usualmente verdes o amarillas.
Los pacientes con asma pueden ser más propensos a padecer de pólipos, así como también quienes tienen infecciones sinusales prolongadas (crónicas), fibrosis quística y rinitis alérgica.
“Entre un 60 y un 70 % de los pacientes que tienen pólipos también tienen asma. Ellos desarrollan un asma más severa y difícil de controlar. La gran mayoría de esos pacientes también tienen asma y, cuando se descontrolan los pólipos, el asma también se exacerba”, explicó la doctora Ramos Romey.
Rinosinusitis crónica
Esta enfermedad provoca que los espacios del interior de la nariz y la cabeza (senos paranasales), se inflamen y se hinchen.
“Es una congestión e inflamación en los senos maxilares y frontales secundaria a alergia. Esas son esas personas que siempre tienen la nariz tapada y molestias en los senos frontales y en los senos maxilares como si fuera sinusitis, pero no es infección, es inflamación por alergia. Entonces, cuando se descontrola la rinosinusitis, se descontrola el asma y tenemos que manejar las dos cosas”, detalló la doctora Serrano Domínguez.
Alergias ambientales
Son respuestas del sistema inmunológico al entrar en contacto con determinadas sustancias, llamadas alérgenos, que pueden ser polen, polvo y hongos, entre otras.
Estas alergias afectan, principalmente, los ojos, la nariz y la garganta del paciente, sin embargo, las alergias ambientales también pueden provocar asma.
“Cuando llega el polvo del Sahara o aumentan la humedad y la cantidad de polvo y hongo en el ambiente, [los pacientes] empiezan a tener exacerbaciones de su alergia y su asma”, resaltó la doctora Serrano Domínguez.
Reflujo gastroesofágico
Se trata de una afección en la cual los alimentos que se ingieren se devuelven desde el estómago hacia el esófago.
“Cuando evaluamos al paciente y tiene reflujo, la parte de atrás de la garganta está bien roja y el paciente siente ardor y dificultad al tragar. Esto le causa una tos persistente y, si no se toma las medicinas para el reflujo, y no sigue las recomendaciones del gastroenterólogo de ajustar la dieta, tendrá un periodo, especialmente en la noche, donde ese reflujo será peor y tendrá tos seca persistente. Si ocurre y no se atiende, esto puede provocar asma”, advirtió la doctora Serrano Domínguez.
Sea cual sea la enfermedad que le aqueja, es vital que el paciente vele por llevar sus tratamientos de manera consistente para mantenerse en control de su asma. Si vives con asma, procura contar con un equipo multidisciplinario que te asista. Este incluye desde tu médico primario, neumólogo y alergista, hasta el gastroenterólogo, dermatólogo y otorrinolaringólogo, entre otros especialistas, que pueden ayudarte a tratar tus padecimientos y tener una mejor calidad de vida.
Recomendaciones
1. Evita la exposición a alérgenos y sustancias tóxicas como polvo, polen, hongos, gases, humo, químicos y olores fuertes.
2. Si eres un paciente alérgico, debes seguir el tratamiento con antihistamínicos y evitar lo que provoca tu alergia.
3. Establece un tratamiento de mantenimiento para evitar las exacerbaciones del asma.
4. No trates el asma solamente cuando ocurre la exacerbación.
5. Si tienes sobrepeso, debes rebajar porque esto aumenta las probabilidades de padecer asma.
6. Visita a un especialista para que te ayude a identificar los detonantes del asma, evitarlos y poder controlar la enfermedad.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.