El asma se presenta como un reto constante en la vida de los pacientes que enfrentan esta enfermedad crónica. Desde su modalidad leve hasta sus manifestaciones moderada y severa, requiere de los tratamientos adecuados para mantenerla bajo control.

En general, MedlinePlus, el servicio informativo de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, define el asma como una enfermedad que provoca que las vías respiratorias de los pulmones se inflen y se estrechen, ocasionando dificultad para respirar, tos, sibilancias, fatiga y presión en el pecho.

“Es un padecimiento crónico e inflamatorio que se controla con medicamentos. Requiere, además, que se eviten los desencadenantes alérgicos o ambientales que puedan causar los síntomas como el humo de cigarrillo, los gases, la contaminación ambiental y las mascotas, entre otros. No es curable; solo podemos trabajar para controlarla”, dijo la neumóloga Jahaira Serrano Domínguez, quien aclaró que el asma “es multifactorial porque no hay una sola causa que te lleve a desarrollarla”.

Estadísticas comprometedoras

Según la doctora, la prevalencia de asma y alergias en Puerto Rico ha ido aumentando en los últimos años.

“La prevalencia de asma en Puerto Rico es de 10 % en niños de 6 a 7 años, 12 % en adolescentes de 13 a 14 años y, un incremento de un 4.6 % en grupos de menor edad. En adultos, la prevalencia es de un 10.4 %, o sea, que 1 de cada 10 adultos son asmáticos y la prevalencia de asma es mayor en mujeres que en hombres”, detalló la neumóloga, quien, además, especificó que los pacientes con obesidad tienen mayor probabilidad de padecer de asma que una persona sin problemas de sobrepeso.

Para mantener a estos pacientes en control, el primer paso es establecer la severidad del asma. Esto se conoce al evaluar la frecuencia y la gravedad de los síntomas. Con esta información se determina cuál es el tratamiento adecuado.

“Sigue siendo asma, pero un asma moderada es diferente a la severa. En el asma moderada, sin ningún tratamiento, los síntomas ocurren prácticamente todos los días y los síntomas nocturnos una vez en semana, mientras que, en el asma severa, sin tratamiento, el paciente tiene síntomas diarios y síntomas nocturnos más de dos veces a la semana”, explicó la doctora Serrano Domínguez.

Síntomas y tratamiento

En el cuadro clínico de un asmático puede presentarse una gama de síntomas en combinación. Estos pueden ser tos seca o tos productiva (con flema blanca), sensación de que le aprieta el pecho o que le falta el aire cuando respira y cuando bota el aire; escucha un pito —como una sibilancia persistente— no necesariamente nasal ni en la garganta, sino en el pecho. También puede escuchar un ronquido cuando coge y suelta el aire, y sentirse fatigado cuando realiza alguna actividad física.

Para tratar el asma, la neumóloga recomendó el uso de inhaladores, muchas veces en combinación. “Usualmente, se receta un medicamento esteroide inhalado. No son medicinas que causan problemas con el azúcar o la presión, no aumentan el peso ni ponen los pulmones negros. Son antiinflamatorios que se inhalan y ayudan a que disminuya la inflamación de los bronquios y se abran”.

Agregó que “se pueden usar [antiinflamatorios] solos o en combinación. Normalmente, estos pacientes necesitan ese tipo de combinación para bajar la inflamación y para abrir la vía aérea para que se sientan más controlados. Estas son medicinas que se pueden usar una o dos veces al día, dependiendo de la dosis que necesite el paciente”, sostuvo la especialista, quien, de paso, fue enfática en que el tratamiento, una vez establecido, debe seguirse al pie de la letra. “Tiene que usarlo todos los días, aunque se sienta bien, porque es para controlar la enfermedad”.

Otro aspecto importante en el tratamiento del asma es identificar si el paciente es alérgico a algo que le esté agravando su afección. “Tiene que revisar en su entorno qué le puede estar provocando síntomas para que lo vaya eliminando o evitando para controlar las exacerbaciones”, indicó.

Según la neumóloga, los pacientes que son de moderados a severos y que, aun con el tratamiento y la adherencia adecuados, están teniendo exacerbaciones cada dos o tres meses, y tienen que ir a sala de emergencias con regularidad, deben buscar ayuda para modificar su tratamiento.

“Si cada exacerbación, le afecta más y más en sus actividades diarias, se pasa a un tratamiento especializado. [Para ello,] está la gama de medicamentos biológicos, que son medicinas que se ponen debajo de la piel para empezar a controlar [el asma] y, para tratar de evitar el uso constante de esteroides por boca, que vaya constantemente a sala de emergencias y la hospitalización”, indicó la doctora.

Definitivamente, hay alternativas para que los pacientes asmáticos puedan estar en control de su enfermedad. Lo importante es ir de la mano con su médico en esta travesía. “Podemos conseguir muy buen control en el paciente, dándole el tratamiento adecuado, sea con una dosis apropiada de inhaladores y con o sin el apoyo del medicamento biológico”, puntualizó la doctora Serrano Domínguez.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.