Cuando se hace mención del cáncer de piel, es posible que, inmediatamente, pienses en los efectos de la radiación ultravioleta. Y estás en lo cierto.

Tanto para los cánceres de piel no melanoma, entre los que se encuentran el carcinoma de células basales y el de células escamosas, así como el melanoma, la exposición a la luz solar y a fuentes artificiales de radiación ultravioleta -como las camas bronceadoras- es la causa principal, aunque no la única. Por esta razón, el melanoma puede aparecer en partes del cuerpo que no están expuestas al sol como las plantas de los pies, las palmas de las manos o el área genital.

“El melanoma es el tercer cáncer de piel más común en Puerto Rico y el quinto a nivel global entre los cánceres en general”, señaló la doctora Amarylis Rosado, presidenta de la Sociedad Dermatológica de Puerto Rico.

En 2020, los Institutos Nacionales de Salud publicaron una nota sobre una investigación que identificó 54 regiones del genoma asociadas al melanoma; la mitad ya había sido relacionada previamente con el riesgo de padecerlo. También, se identificaron otras 31 regiones del genoma que inciden en el riesgo; ocho relacionadas con el melanoma y el número de lunares, 17 con el melanoma y el color de pelo claro, y cuatro con el melanoma, tanto con el número de lunares como con el color de pelo claro.

Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) informan que las personas con las siguientes características se encuentran en mayor riesgo: las que tienen la piel clara, con ojos azules o verdes y el cabello rubio o pelirrojo, y la piel que enrojece con facilidad o se vuelve dolorosa al exponerse al sol. Además, tener edad avanzada, ciertos tipos de lunares o tener muchos lunares, historial familiar de cáncer de la piel y/o antecedentes personales de este tipo de cáncer aumentan el riesgo.

De acuerdo con la División de Prevención y Control del Cáncer, del Centro Nacional de Prevención de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud, de los CDC, tan solo 15 minutos de exposición a los rayos ultravioleta bastan para que tu piel sufra daño. Este daño es acumulativo, y puede provocar cambios en la textura y el envejecimiento prematuro de la piel, así como cáncer.

“El melanoma se puede ver en cualquier tipo de piel, aunque sea más común en la piel clara porque tiene poca melanina [pigmento que da color a la piel, los ojos y el pelo, y protege a la piel del sol] y es más fácil que los rayos ultravioleta dañen el ADN”, explicó la dermatóloga.

Dicho esto, es relevante enfatizar que toda persona puede tener cáncer de piel. “Aunque la piel oscura no se quema al sol tan fácilmente como la clara, todo el mundo corre el riesgo de padecer cáncer de la piel. Incluso, las personas que no se queman corren riesgo de padecerlo”, expone el Instituto Nacional del Cáncer en la publicación Cualquier persona puede padecer cáncer de piel.

Para la detección temprana del melanoma, es importante que conozcas tu piel para que puedas identificar cualquier cambio que represente un signo de cáncer, como la aparición de una lesión nueva -que se refiere a una zona de la piel que es diferente a la piel que le rodea- o una alteración en un lunar, por ejemplo.

De esta manera, es necesario que pongas en práctica la llamada regla ABCDE, tal como mencionó la vicepresidenta de Control de Cáncer de la Sociedad Americana contra el Cáncer de Puerto Rico, María Cristy. Si identificas en tu piel alguna lesión asimétrica, con bordes irregulares o de contorno borroso, con un color disparejo, que presenta un cambio en su diámetro, especialmente, un aumento; y/o que haya tenido alteraciones en las últimas semanas o meses, acude prontamente a tu especialista en dermatología. No lo dejes para después.

Protégete del sol diariamente

A continuación, la doctora Rosado enumeró varias recomendaciones de prevención:

  • Usa protector solar mineral con un factor de protección solar (SPF, por sus siglas en inglés) de 30 y que sea resistente al agua. Debes utilizarlo todos los días; estés al aire libre o no.
  • Elige lugares con sombra.
  • Utiliza sombrero o gorra, y ropa que te cubra y te proteja. Hay ropa que cuenta con factor de protección ultravioleta.
  • Evita la exposición a la luz solar entre 10 a. m. a 3 p. m.
  • No utilices las camas bronceadoras.
  • Recuerda hacerte un chequeo rutinario de la piel. Visita a tu especialista en dermatología para hacer un examen completo y lleva a cabo un autoexamen de la piel periódicamente.

A su vez, los CDC aconsejan que te asegures de que el protector solar es de amplio espectro (ofrece protección contra los rayos UVA y UVB), que lo apliques 20 minutos antes de exponerte al sol y que lo reapliques, al menos, cada dos horas. Debes replicarlo cada vez que salgas del agua o sudes mucho.

En cuanto a las gafas, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) sugiere que utilices aquellas con clasificación UV400 o 100 % de protección UV en la etiqueta, y que tengan una montura grande y envolvente. La oscuridad del lente no es, necesariamente, sinónimo de protección.

“[El melanoma] es un cáncer, hasta cierto punto, prevenible, si tomamos las medidas”, afirmó la vicepresidenta de Control de Cáncer de la Sociedad Americana Contra el Cáncer de Puerto Rico. “Está atento a cualquier cambio sospechoso en la piel y visita a tu médico. Es altamente curable [si se detecta temprano]”, manifestó.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.