La vitamina D3, también conocida como colecalciferol, es una vitamina esencial que juega un papel importante en la salud ósea y en la prevención de enfermedades crónicas. Es producida por el cuerpo cuando la piel es expuesta a la luz solar y también se encuentra en algunos alimentos y suplementos dietéticos. La mayor parte de esta se sintetiza a través de la piel y solo una pequeña parte proviene de la dieta.

Si bien la principal fuente de vitamina D3 es su producción en la piel luego de la exposición a la radiación solar, su producción por este medio varía según la hora, la pigmentación de la piel y la aplicación de protector solar.

Por otra parte, se puede obtener vitamina D3 a través de la dieta y los suplementos. Los alimentos ricos en vitamina D3 incluyen pescados grasos como el salmón, el atún y el bonito (atún blanco), así como el hígado y la yema de huevo. Los suplementos de vitamina D3 están disponibles en forma de cápsulas, tabletas y líquidos.

Funciones y beneficios de la vitamina D:

• Regula el metabolismo del calcio y el fósforo.
• Puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades autoinmunitarias como esclerosis múltiple y artritis reumatoide. También se ha relacionado con una reducción en el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.
• Juega un papel importante en la función cerebral y en la prevención de enfermedades neurológicas como el alzhéimer y el párkinson. Además, se ha demostrado que mejora la función muscular, reduciendo el riesgo de caídas y fracturas en personas mayores.
• Posee propiedades que contribuyen a la salud del sistema inmune, la función muscular y la actividad de las células cerebrales. Investigaciones muestran que niveles bajos de vitamina D3 en la sangre están asociados con el deterioro cognitivo y un aumento en el riesgo de desarrollar alzhéimer.
• La vitamina D3 puede ser considerada una hormona porque actúa en prácticamente todos los órganos y sistemas del organismo. Se sintetiza, gracias a las funciones combinadas de la piel, el hígado y el riñón.
• Se puede utilizar para tratar la psoriasis, el hipoparatiroidismo y la osteodistrofia renal.

A pesar de sus beneficios, muchas personas tienen deficiencia de vitamina D3. Esta es común en personas mayores, en quienes tienen la piel oscura, en quienes viven en latitudes altas o en quienes tienen poca exposición al sol, así como en personas con enfermedades gastrointestinales que afectan la absorción de nutrientes.

El déficit de esta hormona, cuya incidencia se estima en más del 60 % de la población sana, tiene serias repercusiones en la salud. Este porcentaje aumenta, a medida que la población envejece, llegando a un 87 %. A partir de los 50 años, tanto hombres como mujeres empiezan a perder la capacidad de fabricarla. Los adultos mayores están en mayor riesgo porque su piel no produce vitamina D3 tan eficientemente cuando toman sol como cuando eran jóvenes, y sus riñones son menos capaces de convertir la vitamina a su forma activa. Otros factores de riesgo son las condiciones que provocan su mala absorción como la enfermedad celíaca, la osteoporosis, el sobrepeso y obesidad, y la insuficiencia renal. Personas con cirugía de bypass gástrico, que toman ciertos medicamentos que afectan al metabolismo de esta vitamina, embarazadas y mujeres lactantes también son vulnerables.

La deficiencia de vitamina D3 puede llevar a una serie de problemas de salud, incluyendo una mayor incidencia de fracturas óseas, osteoporosis, enfermedades autoinmunitarias, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y cáncer. La deficiencia prolongada de esta vitamina produce raquitismo en los niños en fase de crecimiento y osteomalacia en los adultos.

Para obtener suficiente vitamina D3, es importante exponerse al sol durante 15 a 20 minutos al día en horas de la mañana o en la tarde, sin protección solar. Sin embargo, debes ser prudente y cuidadoso con la exposición prolongada a la radiación solar por el riesgo de cáncer de la piel.

La cantidad recomendada de vitamina D3 varía según la edad y la salud de cada persona. La Academia Nacional de Medicina de los Estados Unidos recomienda una ingesta diaria de 600 a 800 UI de vitamina D3 para adultos y personas mayores. No obstante, algunas personas pudieran necesitar dosis de hasta 5,000 a 10,000 UI diarios.

Por otro lado, ingerir dosis muy elevadas de suplementos de vitamina D3 puede causar toxicidad y concentraciones altas de calcio en la sangre (hipercalcemia), lo cual puede tener serias consecuencias a la salud.

En conclusión, la vitamina D3 es una vitamina esencial para la salud ósea y el bienestar general. La exposición adecuada al sol, una dieta equilibrada y el uso de suplementos pueden ayudar a mantener unos niveles adecuados de esta vitamina. Consulta con un médico antes de tomar cualquier suplemento de vitamina D3 para asegurarte de que se estás obteniendo la dosis adecuada y evitar posibles efectos secundarios.

El doctor José Álvarez Romagosa es ginecólogo obstetra, miembro de los Latin Doctors y colaborador de MCS.