Necesarias la diversidad, la equidad y la inclusión en el entorno universitario
Salvaguardan la integridad y el respeto para todas las personas
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Entre los temas de mayor popularidad durante los últimos tiempos, el reclamo de ciertas comunidades o sectores que demandan mayor visibilidad ha crecido de manera amplia alrededor del mundo. De igual manera, el interés por la conciliación en espacios de educación y de empleo ha crecido al punto de que, en algunos casos, sean reconocidos a nivel mundial por sus esfuerzos para reflejar, en sus prácticas y políticas, esa petición tan particular.
En ese contexto, en las instituciones postsecundarias, es particularmente esencial la discusión de estos temas, ya que “en la universidad hay representación de muchos sectores, tanto a nivel estudiantil como académico y administrativo, así como sus constituyentes internos y externos”, planteó la doctora Jacqueline Álvarez Peña, vicepresidenta de asuntos académicos y estudiantiles de la Universidad Interamericana de Puerto Rico.
¿Por qué estos temas en este momento?
“Han existido desde siempre, pero, en este momento, adquieren una mayor relevancia. Es importante aclarar que pueden parecer similares y, ciertamente, están asociados, pero cada uno tiene un significado y alcance diferente”, aclaró Álvarez Peña. “Por eso, es imperativo comprender sus diferencias para trasladarlos a los escenarios educativos y laborales, de una manera más efectiva”, expuso.
Como asunto transversal de estudio, estos temas se abordan en los espacios de aprendizaje académico y en el contexto del desarrollo organizacional. “Esto permite establecer ambientes de estudio caracterizados por el respeto, la seguridad y la aceptación”, dijo Álvarez Peña. En las universidades, no obstante, la profesora destacó que el cumplimiento con este asunto es fundamental para el cumplimiento con las normas del Departamento de Educación Federal y las agencias acreditadoras.
“Al considerar los elementos fundamentales, estos temas se manejarán con una mayor atención, apertura y compromiso”, resaltó la profesora. Además, señaló que todas las universidades han hablado de estos conceptos por su pertinencia y protagonismo en años recientes. “En las instituciones, [estos temas] han incitado una mirada más reflexiva y redefinida a la luz de su misión, visión y valores”, añadió.
Importancia de la diversidad
Para Álvarez Peña, este concepto permite “lograr una representación balanceada en una comunidad académica en la que convergen, dentro de un mismo ambiente, diferentes experiencias de vida y trasfondos particulares en los aspectos culturales, sociales y económicos”. No obstante, la doctora Álvarez Peña señaló que nuestras particularidades son muy diferentes a las que se dan, por ejemplo, en el contexto estadounidense.
“Allá se manifiestan otros problemas de índole sociocultural que son mucho más complejos, precisamente porque se trata de una población mucho más amplia y, por lo tanto, más diversa”, explicó.
La equidad no es lo mismo que la igualdad
Al repasar la equidad, Álvarez Peña enfatizó que no se puede confundir con la igualdad.
“Son términos parecidos, pero no es correcto intercambiarlos; eso hay que tenerlo claro. En el caso de la equidad, se busca como objetivo distribuir los recursos disponibles para esa comunidad de una manera apropiada”, sostuvo. Además, dijo, la equidad propone la eliminación de aquellas barreras [estructurales o sistemáticas] que pudieran limitar el acceso a mayores oportunidades de desarrollo, crecimiento y expansión. “La equidad procura que todos los componentes de una comunidad accedan a ellas de la misma manera”, apuntó.
La inclusión nos reconoce en nuestras diferencias
La doctora Álvarez Peña definió el término como uno “muy ligado a los valores” y, en el caso de las instituciones de educación superior, resalta el trato respetuoso a todas las personas que forman la comunidad universitaria. “Eso amplía la capacidad de reconocer, sin distinción alguna, la multiplicidad de identidades que podemos tener, así como diferentes perspectivas y valores que se conectan en un mismo espacio”, dijo. La inclusión se traduce, señaló la académica, en un sentido de mayor pertenencia, participación e influencia en todas las decisiones que les afectan.
Por otro lado, además de promover un sentido real de pertenecer a esa comunidad, la profesora enfatizó que esta cualidad incita a que sus planteamientos se escuchen, reciban apoyo y se atiendan adecuadamente. “A estos tres elementos se integran otros que son igualmente importantes como la accesibilidad [a servicios] y la justicia [social] y, por supuesto, la pertenencia [al espacio compartido]”, estableció.
Una oportunidad para el beneficio mutuo
La importancia de estos temas, a juicio de Álvarez Peña, es una oportunidad para que las instituciones universitarias trabajen con su cultura organizacional –que incluye a todos sus componentes– para adoptar políticas y crear mejores prácticas, tanto en sus servicios como en la interacción con el recurso humano. “Esto incluye evitar conductas discriminatorias tanto en los espacios de trabajo como en los de aprendizaje”, indicó. “También, permite revisar los procesos de admisión de estudiantes y reclutamiento de empleados, con políticas más justas y adecuadas”.
En el caso de los estudiantes, la profesora destacó que es “una oportunidad extraordinaria para crear ambientes seguros y de paz, en los que se fomente un intercambio abierto de ideas y de experiencias que, al final, son parte de la finalidad de estas instituciones que sirven para que personas de todos los espacios sociales se unan en ese fin común que es la búsqueda del conocimiento”, finalizó.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.