“Somos iguales, pero diferentes”. Esta gran realidad la verbalizó un niñito muy especial quien, desde temprana edad, evidenció “problemas específicos de aprendizaje” muy complejos y que todavía se manifiestan. También ha demostrado ser un gran sabio en su vida de adulto, aún con estos “problemas”, lo que evidencia que el ser humano encajona y señala con mucha facilidad.

Nuestros niños y jóvenes perdieron año y medio de su vida como ellos la conceptuaban previo al encierro, y llegaron a una nueva rutina, iguales, pero diferentes. Al preguntarles en la prepandemia (para aprender de ellos) lo que más les gusta de su colegio, ellos contestaban: aprender, los maestros, todas las clases, el almuerzo…, “soy feliz”, todo. Ahora, sus prioridades han cambiado, como suele ocurrirle a todo ser humano cuando lejamaquean. Contestan bastante consistentes en este orden: los amiguitos, jugar, el recreo, los maestros, aprender, y todavía son muy felices. Sentenciarlos a un encierro escolar es ir contra su propia naturaleza y eso fue lo que, por obligación, ocurrió en su hogar-escuela. Ahora demuestran una felicidad que enternece, emociona y que la exteriorizan. El reto es de las escuelas, no de ellos. Es poder distanciar la escuela de su encierro obligado; todo, siguiendo los protocolos.

La rutina escolar debe continuar, solo que, esta vez, de manera algo diferente. Ya es el pan de cada día asumir el reto de que ellos sigan la rutina dentro de las exigencias actuales, con las medidas de salud y seguridad. Sería ir contra la naturaleza humana negar los riesgos que cualquier determinación conlleva.

Thomas Alva Edison School abrió el centro de cuido desde agosto del 2020 ininterrumpidamente, ofreciendo campamento de verano, clínicas deportivas y torneos, todo en este nuevo escenario. Ofrecer las pruebas estandarizadas en el colegio fue necesario, para ir retomando la nueva realidad y no desalentar la rutina escolar en la medida de lo posible, siguiendo las acciones cautelares del protocolo. Asumió el riesgo de ir abriéndose a la “nueva normalidad”.

¿Cómo negarle a los equipos de deportes exteriorizar su orgullo por lo que les apasiona, especialmente en su último año escolar, como es el caso de los séniors? Durante los pasados meses, hemos presentado una serie de eventos donde el equipo de voleibol sénior masculino se alzó con varios campeonatos. El equipo ha demostrado que no hay límites para alcanzar el éxito, si te lo propones. Con una total de once jugadores cuya mayoría viene participando juntos en el Edison desde la categoría elemental, evidenciaron que el trabajo al fin del camino ha rendido frutos. Los varones cuentan, hasta el momento, con tres campeonatos al hilo, el primero en el Torneo de San Juan Apóstol, luego el Torneo de Edison y, por último, el campeonato de la Liga COPSAA, a la cual pertenece Edison.

Además, por primera vez, desde que inició el Programa Atlético, los séniors lograron establecerse entre las mejores 20 escuelas a nivel nacional en el voleibol masculino. Sin duda es un gran paso para continuar ascendiendo en las posiciones. Hasta el momento, se estarán preparando para la Copa Nacional de Buzzer Beater, este próximo mes de noviembre. El equipo se compone por su capitán, Fabián Lugo, Jeremy Rivera, Víctor Álamo, Isander Pabón, Luis Prieto, Diego Rivera, Diego Cruz, Israel Acevedo, Sebastián Cordero, Jaymel Figueroa y Gian Cruz.