Una sonrisa le alegra el día a cualquiera: ¿alguna vez has escuchado esto? Nos atrevemos a decir que sí. Pero, detrás de una sonrisa bonita y dientes hermosos hay mucho más que lo que vemos a simple vista y, si ya eres parte de la llamada “edad dorada”, es sumamente importante que tu salud oral sea una prioridad para ti.

¿Por qué? Te explicamos un poco. Con el paso de los años, nuestro cuerpo experimenta múltiples cambios en todos los aspectos, lo que también incluye la salud bucodental. Nuestra boca experimenta varios cambios desde el nacimiento, la aparición y posterior pérdida de los dientes de leche que, en última instancia, son sustituidos por los dientes adultos. Los dientes adultos están hechos para durar toda la vida y, con los cuidados dentales adecuados, suelen durar.

Sin embargo, a medida que envejecemos, se producen ciertos cambios en la estructura de nuestra cavidad bucal, la capacidad de nuestro cuerpo para repararse se reduce y los huesos tienden a no tener la misma densidad que antes, y pierden su fuerza óptima. A eso le añadimos que el sistema inmunitario puede debilitarse, lo que significa que ciertas enfermedades e infecciones pueden aparecer más rápidamente y la sanación puede tardar más tiempo. Todos estos cambios también afectan tu salud oral, lo que puede manifestarse en forma de ciertos trastornos bucodentales.

Algunos de los padecimientos orales más comunes que aparecen a medida que envejecemos son:

  • Se experimenta sequedad bucal, ya que las glándulas salivales tienden a funcionar inadecuadamente a medida que envejecemos.
  • La boca se vuelve propensa a ciertas infecciones como la candidiasis oral (hongo).
  • Aparecen llagas en la boca.
  • Aparecen caries dentales.
  • La erosión en los dientes puede provocar sensibilidad dental.
  • La aparición de encías retraídas es típica en los adultos mayores.
  • Aumentan las probabilidades de padecer enfermedades de las encías como gingivitis y periodontitis. Esto puede provocar que los dientes se aflojen, lo que, a la larga, puede conducir a la pérdida de estos.
  • Además, una vida de ciertos hábitos personales como el tabaquismo y el tabaco también pueden provocar cáncer oral.

No hay razón para alarmarse, siempre y cuando tengas presente que, al igual que se visita al cardiólogo o al médico primario, las visitas a un dentista o a cualquier otro especialista oral es igual de importante. ¿Qué puedes hacer para mantener tu salud bucodental en óptimas condiciones y minimizar cualquiera de los padecimientos antes mencionados? Te decimos.

  • La más básica de todas es cepillarse los dientes, al menos, dos veces al día con un cepillo de cerdas suaves y pasta dental con fluoruro. Además de los dientes, la lengua es igual de importante.
  • Otra recomendación que es muy sencilla es usar el hilo dental para limpiar el espacio entre los dientes.
  • Intenta llevar una dieta saludable y limita los alimentos y las bebidas con azúcar (jugos, refrescos).
  • Reemplaza tu cepillo de dientes cada tres o cuatro meses. Hazlo antes, si las cerdas se desgastan o pierden color.
  • Acude a un dentista, al menos, una vez al año para que te haga controles y limpiezas. Tu dentista podría sugerir consultas o limpiezas más seguidas, según tu caso. También podría remitirte a un especialista en encías o periodoncista, si tus encías necesitan más cuidados.
  • No consumas tabaco.

Si notas algo extraño o estás sufriendo dolor, comunícate con tu dentista de inmediato; no lo dejes pasar porque cuidar tu salud bucal equivale a cuidar tu salud general,. Recuerda que queremos verte sonreír.

Esta es una colaboración educativa de Humana Puerto Rico.