Cambios emocionales antes, durante y luego del parto: comunes, pero tratables
Las condiciones de salud mental maternal que son evaluadas y tratadas por especialistas muestran una mejoría significativa, aportando a la calidad de vida de la madre y de la familia
PUBLICIDAD
Para las mujeres, los cambios físicos y emocionales durante el embarazo son parte del nuevo rol y responsabilidad que conlleva ser madre.
Estos cambios que se experimentan varían de un aumento drástico en las hormonas, aumento de peso y cansancio hasta cambios en el trabajo y las relaciones sociales e interpersonales, entre otros.
Es común que muchas mujeres sientan ansiedad, nerviosismo, desespero, pérdida de control, “pecho apretado” y una gran preocupación por situaciones que no han pasado. También, pueden sentirse abrumadas por nuevas responsabilidades tales como la alimentación, los gastos y cómo proveer las necesidades básicas a sus bebés. La depresión es muy común y, dependiendo de cuándo comienzan los síntomas, se le puede llamar “periparto o posparto” e incluye sentirse triste, llanto frecuente, pérdida de interés, poca concentración, sentimientos de culpa, baja autoestima, disminución o aumento en el sueño, agitación, fatiga, irritabilidad, aislamiento social, pobre funcionamiento en el trabajo o en las relaciones interpersonales, pensamientos de muerte, ideas suicidas y, en los peores de los casos, pensamientos de hacerle daño a sus hijos.
Relacionadas
Lee el Plan de acción para combatir la depresión y la ansiedad relacionadas con el embarazo de los Institutos Nacionales de la Salud.
A veces, por el estigma social y cultural, las madres evitan o ignoran estos sentimientos, ya que se espera que estén “sanas, saludables” y disponibles para las demandas naturales y sociales. Muchas madres ocultan sus sentimientos ansiosos, depresivos o sus emociones, los cuales están batallando día a día, sin buscar tratamiento por preocupaciones relacionadas al tratamiento psiquiátrico o psicológico y por el miedo de que si buscan ayuda las verán como menos madres o que están locas.
Las condiciones de salud mental maternal que son evaluadas y tratadas por especialistas de la conducta humana tales como psiquiatras, psicólogos, terapistas y trabajadores sociales demuestran una mejoría significativa de los síntomas, aportando a un incremento en la calidad de vida de la madre y, por ende, siendo de beneficio para la familia, entiéndase los hijos, las hijas y la pareja. Los resultados de no recibir el tratamiento adecuado para los síntomas depresivos y de ansiedad, tanto en el embarazo como después del parto, pueden llevar a partos prematuros, preeclampsia, peso bajo en los infantes, complicaciones después del parto, aumento en el estrés de las actividades diarias, disminución del apoyo social, riesgo o aumento de fumar, abusar del alcohol o de sustancias ilícitas, negligencia, abuso físico o emocional, disminución en la lactancia y suicidio, entre otros.
Dependiendo de los síntomas y la severidad, existen tratamientos disponibles y que han demostrado beneficio en los pacientes. Estos tratamientos incluyen psicoterapia, medicamentos antidepresivos, entre otros los cuales dependen, también, del perfil médico del paciente. Cada persona es única y diferente, no todos los casos se van a tratar igual, por lo cual es importante que, si te identificas con algunos de estos síntomas, no dudes en buscar ayuda y tratamiento con alguno de los expertos mencionados.
Si estás pasando por una crisis emocional no dudes en comunicarte con la línea PAS (Primera Ayuda Psicosocial), llamando al 1-800-981-0023.
La autora es profesora de Psiquiatría y Salud Mental para el programa doctoral de la Universidad Ana G. Méndez.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.