En los pasados años, regiones del mundo se han visto abatidas por la crisis climática actual. Puerto Rico no ha estado exento de los efectos de estos fenómenos meteorológicos extremos. Los huracanes Irma y María, que impactaron al archipiélago en el 2017, propiciaron daños que aún siguen latentes y ahora agravados por el huracán Fiona. Por esa razón, resulta esencial que la ciudadanía se prepare, mes a mes, para que, antes del inicio y durante el transcurso de la temporada de huracanes, cuente con las herramientas necesarias para sobrepasar y responder a las posibles emergencias.

Un huracán consiste en un fenómeno atmosférico compuesto de vientos en forma de espiral o círculo, y un centro, conocido como el ojo, que es el punto más distintivo de baja presión, indicó la meteoróloga profesional Fernanda Ramos Garcés.

Estos sistemas tienden a desarrollarse en zonas tropicales y subtropicales. En el caso de Puerto Rico, la mayor parte de las tormentas que llegan nacen en las costas de África.

“Los huracanes son mecanismos naturales de nuestro propio planeta Tierra para poder regular temperaturas y mantener un balance energético”, señaló Ramos Garcés, quien ejerció como meteoróloga pronosticadora del Servicio Nacional de Meteorología (NWS, en inglés).

Mas, aunque se trata de un proceso natural, las personas podrían experimentar efectos negativos, debido a la intensidad de las lluvias, los vientos y las marejadas ciclónicas. Como consecuencia del cambio climático, estos sistemas pudieran dejar unos impactos cada vez mayores, puesto que factores como las altas temperaturas del agua contribuyen a que los huracanes sean más longevos. Ante la evolución de estos sistemas, conoce qué puedes realizar, cada mes, para prepararte, ante la temporada de huracanes, que inició el 1 de junio y culmina el 30 de noviembre.

Enero

Durante este mes, las personas pueden evaluar su presupuesto y situación económica, aconsejó en entrevista Atenas Leandry Morales, quien es educadora del EcoExploratorio: Museo de Ciencias de Puerto Rico. De ese modo, pueden ahorrar dinero para gastos enfocados en la preparación ante un fenómeno atmosférico.

Esos ahorros ayudarán al momento de dividir el presupuesto para la compra de alimentos y otros suministros importantes.

Tal reserva de dinero se puede lograr con la creación de un fondo de emergencias familiar, herramienta financiera que el Programa del Estuario de la Bahía de San Juan recomienda como primer preparativo en su Guía de Preparación Comunitaria para Huracanes.

Febrero

“Las personas pueden ir preparando un plan de emergencia. Este será vital para todas las familias y comunidades porque tiene información de las personas que viven en el hogar y datos importantes”, comunicó Leandry Morales.

Añadió que también se debe determinar si las comunidades están en zonas inundables o si las viviendas tienen algún desperfecto. Asimismo, es el tiempo ideal para desarrollar rutas de emergencia.

Marzo

La educadora del EcoExploratorio sugirió que, en este período, cada individuo puede evaluar si posee los recursos para comprar artículos que operen con energía solar o generadores eléctricos.

Abril

Ante la llegada de un huracán, el factor de la comunidad es importante. Como resultado, los integrantes de una comunidad deben reunirse para evaluar si existen circunstancias que podrían ser perjudiciales. Pueden verificar si las alcantarillas están obstruidas o si las cisternas están funcionando, ejemplificó Leandry Morales. En este proceso de preparación, pueden pedir ayuda. A su vez, pueden asistir a algún vecino a prepararse.

Mayo

Este es el momento para que las personas inicien la preparación de la mochila de emergencia. Según la Cruz Roja Americana, esa mochila debe contener agua, alimentos no perecederos, linternas, radio de batería o manivela, baterías, un botiquín de primeros auxilios, medicamentos, artículos de higiene personal y copias de documentos personales importantes, entre otros.

Junio

Este mes marca el inicio de la temporada de huracanes, por lo tanto, las personas pueden comenzar a almacenar agua en cisternas, aconsejó la educadora del EcoExploratorio. Esa agua puede destinarse para el uso personal y limpieza.

Julio

Si ya la persona comenzó a almacenar alimentos, debe tomarse este tiempo para verificar la fecha de expiración. Así se asegura de contar con suministros consumibles, explicó.

Agosto

Durante este período, la ciudadanía debe mantenerse alerta al Servicio Nacional de Meteorología. Debe informarse, a través de las noticias, para estar al tanto de las condiciones del tiempo y si hay algún disturbio que se esté formando.

Septiembre

Dado que septiembre es el mes pico de los huracanes, las personas deben mantenerse informadas y alertas para estar preparadas, en caso de que exista algún fenómeno en desarrollo. A principios del mes, Leandry Morales alertó que se deben revisar nuevamente los suministros almacenados y el plan de emergencia formulado.

Octubre

De haber ocurrido algún disturbio, las personas pueden ayudar a sus familias, vecinos y comunidad para así sobrepasar la emergencia, abundó. De acuerdo con la Guía de Preparación Comunitaria para Huracanes, tras el paso del huracán, en la medida que sea posible, cada individuo debe intentar continuar con su vida normal.

Noviembre y diciembre

“En estos meses, debemos enfocarnos en lo que sería identificar esas cosas que nos afectaron grandemente y buscar soluciones para poder sobrellevar estas situaciones”, precisó. Si pasó alguno de estos sistemas, las personas pueden verificar, en diciembre, si los artículos que tienen están vigentes y pueden añadir o descartar. Aclaró que estas recomendaciones dependerán de la situación de cada persona.

El plan de emergencias no es estático

Por su parte, la meteoróloga Ramos Garcés destacó que lo importante es que la ciudadanía utilice los meses conocidos como la “época seca de Puerto Rico”, que se extiende desde enero hasta abril, para preparase con anticipación.

“Cuando lo dejas para lo último, el gasto va a ser duro para el bolsillo y, si lo haces de poquito en poquito, pues lo vas a sentir menos”, razonó la también comunicadora científica. Informó que, durante esos meses, las personas deben almacenar comida para 14 días, comprar galones de agua y planificarse, si interesan invertir en placas solares, por ejemplo. Deben, como tarea individual, analizar sus circunstancias familiares y pensar en sus mascotas, a la hora de generar un plan de emergencia, pues son un componente de la familia.

Para asegurar su salud y bienestar, deben asegurarse de contar con un suministro de sus medicamentos rutinarios y para emergencias, añadió. Se trata de crear conversaciones con profesionales de la salud, líderes comunitarios y cualquier persona que pueda ayudar. Ramos Garcés distinguió que las medidas preventivas tomadas cada mes dependen de la situación económica y de las circunstancias específicas de cada persona.

“Cada persona tiene una historia tan diferente que contar [...] los planes de manejo de emergencias son dinámicos, no estáticos”, sostuvo. Expresó que, en Puerto Rico y otros lugares del trópico, se debe crear una cultura de emergencia. “Esa cultura de emergencia incluye el que los diferentes componentes que hacen tu comunidad estén conscientes de que nosotros vivimos con los huracanes y, si vivimos con los huracanes, pues qué es lo que yo tengo que añadir a mi rutina de vida para estar subsistiendo con ellos [...]. Es cuestión de adaptarse”, señaló.

Pese a que estos preparativos sirven como herramientas ante la llegada de huracanes, son medidas útiles para enfrentar otras situaciones de índole atmosférico y geográfico.