Significativo el impacto de los huracanes en los bosques tropicales
La investigadora y profesora María Uriarte conversa sobre los efectos del cambio climático en ecosistemas con El Yunque
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El cambio climático y el calentamiento global son una presencia innegable que tiene repercusiones severas en múltiples aspectos. Uno de ellos es la rápida intensificación de los huracanes, que tal como apuntó la investigadora María Uriarte, no solo se refiere a la velocidad del viento sino también a la cantidad de lluvia.
Recientemente, la Organización Meteorológica Mundial publicó varios datos preocupantes como los niveles récords que alcanzaron las concentraciones de gases de efecto invernadero en 2022 y un aumento continuado en 2023, que el año 2023 fue el más cálido desde que se llevan a cabo los registros observacionales -unos 174 años-, y que el contenido de calor de los océanos alcanzó su nivel más alto el año pasado. De igual forma, las grandes inundaciones y las sequías extremas también hicieron del 2023 un año complicado a nivel mundial.
Así, el efecto de los huracanes en los bosques tropicales es una materia de investigación que aborda múltiples aspectos, como, por ejemplo, la posibilidad de recuperación de los bosques ante la intensificación de los ciclones. En comparación con otros huracanes mayores como Hugo, que azotó a Puerto Rico en 1989, el huracán María -en 2017- causó más daño en los ecosistemas forestales, según Uriarte, también profesora del Departamento de Ecología, Evolución y Biología Ambiental de la Universidad de Columbia.
En el artículo titulado El huracán María triplicó las roturas de troncos y duplicó la mortalidad de los árboles en comparación con otras grandes tormentas, publicado en la revista de libre acceso Nature Communications, Uriarte, junto a los autores Jill Thompson y Jess K. Zimmerman, reveló que el huracán María mató el doble de árboles que el huracán Hugo. Este y otros datos que muestran la severidad de María sobre los bosques en comparación con Hugo y también con el huracán Georges, en 1998 -junto a los inventarios de árboles y un modelo de exposición al viento- han permitido atribuir las diferencias en los impactos a la variación en la velocidad del viento y las precipitaciones de los huracanes, de acuerdo con los autores.
“Es posible que veamos un cambio en la composición de las especies. Esperamos que especies más resistentes, como la palma de sierra, se vuelvan más comunes porque se benefician de los huracanes y no tienen que competir con otras especies”, sostuvo Uriarte.
Además, la entrevistada realiza investigación para entender cómo un bosque que se está recuperando de un huracán reaccionaría ante una sequía.
“Las temperaturas y los patrones de precipitaciones estacionales en Puerto Rico están cambiando, y los modelos climáticos proyectan aumentos en las temperaturas medias y cambios en las precipitaciones, en los que algunos lugares pueden experimentar temporadas secas más largas, y estaciones húmedas más cortas y más húmedas”, publica el Monitor de Sequía de Estados Unidos, herramienta del Sistema Nacional Integrado de Información sobre Sequías.
Igualmente, apunta que Puerto Rico ha experimentado episodios significativos de sequía desde 1950, como la de 2014 a 2016 y la de 2020, en la que se declaró un estado de emergencia por sequía.
“El Yunque se está recuperando muy rápido. Hay muchos más árboles pequeños”, comentó la profesora. “Cuando hay un huracán, se daña el dosel [que se refiere al estrato superior del bosque] y hay mucha luz que entra al suelo, por lo que crecen muchos árboles pequeños y la densidad es más alta, porque muchos árboles altos han caído”, explicó.
De esta manera, árboles como el yagrumo o la palma de sierra son extremadamente susceptibles a la sequía, según Uriarte. “¿Cómo cambia su fisiología? ¿Se podrán adaptar?”, son algunas de las preguntas que plantea la investigadora para comprender los procesos de recuperación.
Actualmente, Uriarte lleva a cabo la investigación en El Yunque, en la que se ha simulado una sequía en pequeñas parcelas del bosque en recuperación para comparar la reacción a diferentes cantidades de privación de agua.
“Tenemos que entender mejor cómo estos efectos del cambio climático se combinan para tener un efecto neto sobre el ecosistema”, puntualizó.
Igualmente, resaltó la importancia de la protección y la apreciación de estos ecosistemas. “Yo soy una fiel creyente de que la naturaleza es resiliente, pero hay un límite. Al final, habrá especies que se podrán adaptar y otras que no”, afirmó.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.