La Encuesta Global de Gestión de Riesgos (GRMS) de Aon reveló, recientemente, que el segundo riesgo principal identificado por los líderes ejecutivos para el mercado de Puerto Rico son los desastres naturales o eventos climáticos; el primer riesgo es la escasez de mano de obra. Ante este panorama, se hace importante priorizar la gestión del riesgo climático y la protección de la fuerza laboral como medidas para desarrollar una mayor resiliencia empresarial.

Definitivamente, el clima extremo y el cambio climático son riesgos a los que se enfrentan las empresas en la actualidad, y pueden, incluso, derivar en otros. Por ejemplo, cuatro de los 10 principales riesgos identificados a nivel global (interrupción de negocios, fallas en la cadena de suministro, incapacidad de atraer o retener a los mejores talentos y el daño a la marca o reputación) se ven afectados, de alguna manera, por el riesgo climático.

Entre huracanes, terremotos, sequías y olas de calor, la salud y la seguridad de la fuerza laboral ante el cambio climático es una gran preocupación para los patronos. No hay que olvidar que, en lo que va del año, se han registrado récords de calor consecutivos cada mes; cada uno más caliente, si se compara con el mismo mes del año anterior. De hecho, el mes de agosto volvió a romper récord al revalidar como el mes más caluroso jamás registrado, nuevamente, en 2024. Ante esta realidad, se hace imperativo buscar nuevas formas de proteger a nuestra fuerza laboral. Algunas consideraciones son:

1. Salud y seguridad: El aumento de las temperaturas y las olas de calor puede representar riesgos para la salud y la seguridad de los trabajadores, especialmente, para los trabajadores al aire libre o aquellos en instalaciones sin sistemas de refrigeración adecuados. El estrés por calor puede provocar desmayos, dolores de cabeza, náuseas, deshidratación, disminución de la productividad, mayor riesgo de accidentes y hasta la muerte.

2. Calidad del aire: El cambio climático puede afectar la calidad del aire al aumentar las concentraciones de alérgenos, como el polen, el hongo y el moho, y exacerbar la contaminación del aire que puede infiltrarse hacia los espacios interiores y afectar negativamente la salud, la comodidad y la productividad.

3. Salud mental y bienestar: El cambio climático puede exacerbar los problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión y el estrés, debido a las preocupaciones sobre el medioambiente y la seguridad personal. Esto puede afectar el bienestar, el compromiso y el rendimiento.

Una fuerza laboral protegida es comprometida y resiliente. Para comenzar a evaluar las amenazas climáticas, las empresas deberán acceder a datos y herramientas para comprender mejor su exposición a los peligros climáticos, desarrollar estrategias de mitigación de riesgos y liberar capital.

Por eso, recomendamos a las organizaciones acceder a modelos avanzados de riesgos climáticos como el Climate Risk Monitor de Aon, que, junto a la experiencia previa, pueden ayudarle a evaluar los riesgos asociados al clima en tu empresa. Los datos y análisis mejorados serán clave para la toma de mejores decisiones.

La autora es gerente de Bienestar de Aon Puerto Rico.