El poder del voto en la región central
Con el poder del sufragio, los votantes tienen ante sí unas temáticas particulares a nivel regional y en sus respectivas municipalidades que incluyen retos en el desarrollo económico, infraestructura e incertidumbre general
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La zona central habría perdido unos 5,079 habitantes entre el 1 de abril del 2020 al 1 de junio de 2023, de acuerdo con el State Data Center de Puerto Rico (SDC-PR) que, para esa fecha, estimó la población de unos 15 municipios en, aproximadamente, 343,118 ciudadanos.
Esta cifra es comparada con los datos recopilados por la encuesta de la comunidad de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, con relación al Censo Decenal 2020, que registró 348,827 personas.
Además, representa el 26 % de los residentes en el archipiélago borincano, cuyo domicilio ubica en pueblos como Adjuntas, Aguas Buenas, Aibonito, Barranquitas, Cayey, Ciales, Cidra, Comerío, Jayuya, Las Marías, Lares, Maricao, Naranjito, Orocovis y Utuado.
La situación trae consigo grandes desafíos para las personas que aspiran a dirigir las riendas del país en los próximos años y representa un ejercicio de análisis profundo para los electores, de cara a los comicios del 5 de noviembre, pues su voto es esencial para demarcar el panorama futuro de la zona.
Con el poder del sufragio, los votantes tienen ante sí unas temáticas particulares a nivel regional y en sus respectivas municipalidades que incluyen retos en el desarrollo económico, infraestructura e incertidumbre general por el acceso a los servicios esenciales, entre estos, electricidad y agua potable.
Igualmente, se resalta la conservación de los recursos naturales y la identificación de oportunidades laborales que conduzcan a una mejor calidad de vida en el área caracterizada por sus verdes montañas, impresionantes saltos, ríos, cañones y su deliciosa oferta gastronómica.
Rasgos económicos de la región central
Al analizar los datos presentados en la Encuesta sobre la Comunidad de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, en el 2022, la región central contaba con 294,148 personas mayores de 16 años.
A esa fecha, la población civil con empleo mayor de 16 años fue estimada en 101,929 ciudadanos. De estas, 69,048 personas se presentaron como asalariadas en el sector privado, unos 22,287 empleados de gobierno, cerca de 10,446 corresponden a servicios profesionales o negocios no incorporados y otros 148 se identificaron como trabajadores familiares sin paga.
En tanto, la cifra de desempleado era de 15,610 personas. Mientras que otros 176,384 no formaban parte de la fuerza laboral. Cabe destacar que, “esta categoría incluye a las personas jubiladas, los estudiantes, las personas que cuidan a sus hijos u otros miembros de la familia y otras personas que no trabajan ni buscan trabajo”.
Un vistazo a la zona
Para el catedrático jubilado Jorge A. Colón Colón, quien ha laborado para varias instituciones de educación secundaria en el país, “la montaña está tratando de moverse, separado, tal vez, de lo que podría estar aportando el gobierno central”.
“La montaña se comporta un poquito diferente a lo que es el área metropolitana y otras regiones. Otros dicen que es agresivamente diferente, pero tenemos la montaña haciendo movimientos, tratando de sobrevivir a la crisis de financiamiento en la búsqueda de fondos que tienen los municipios”, analizó.
Al comparar la gestión pública en algunos municipios de la zona central, Colón admitió que “algunos municipios están yendo hacia adelante y otros que están un poco atrás”.
A su juicio, “Comerío que tiene que redefinirse; está gastando mucho en nómina gubernamental y tiene que buscar otra forma de hacer que el pueblo se mueva”.
“Por otro lado, tenemos a Aibonito, que es la joya de la corona en la montaña, porque tiene un hospital regional, la planta de pollos (To Ricos); Baxter una industria que se ha redefinido y está creando más de mil empleos; tenemos el área de las comandancias y oficinas regionales que lo definen grandemente”, argumentó.
De hecho, sostuvo que la nómina del municipio aiboniteño es de, aproximadamente, “cuarenta y pico porciento con respecto a su presupuesto”.
“Barranquitas se está moviendo, últimamente, de una manera agresiva hacia la búsqueda de oportunidades para los pequeños negocios. Por ejemplo, el hotel Barranquitas tiene a alguien que, sin inversión municipal ni estatal, va a desarrollarlo”, reveló.
Mientras que Orocovis “está tratando de revitalizar (la zona urbana) y se ha pegado por el área del turismo”.
“Ahí hay unos cuantos proyectos del área de turismo de servicio y desarrollo de negocios que están levantando al pueblo y protegiendo su industria de la aguja que tiene la capacidad de generar muchos empleos que, aunque son low pay, están ayudando muy bien en este quehacer”, aseveró sobre el pueblo orocoveño.
“Naranjito también está haciendo lo suyo, tratando de absorber el desarrollo económico que tiene Bayamón, seguir trayéndolo hacia acá y eso es bueno. Cidra tuvo un problema serio cuando se le fue la Pepsi que, es una de las industrias que daba más empleos y entre $8 a $9 millones de dólares en aportaciones al municipio”, manifestó.
Asimismo, explicó que, algunos pueblos de la región central están tratando de moverse separados del gobierno central, al tomar el comando de diversas iniciativas de desarrollo y servicio a sus conciudadanos.
El educador puso como ejemplo el Consorcio ABC u Oficina de Permisos de la Montaña; “el primer acuerdo intermunicipal entre Aibonito, Barranquitas y Comerío, que se crea con el propósito de acercar la prestación de servicios a la ciudadanía en el área de permisos”.
“Otra iniciativa es entre Aibonito, Barranquitas, Comerío y Orocovis donde se están haciendo unos estudios de transportación masiva, con la idea de crear un tipo de corredor entre estos municipios, con los conectores naturales como Manatí, Bayamón, Caguas y Cayey para seguir moviendo la gente y atrayendo más inversión hacia acá”, reveló.
En cuanto a los retos que enfrenta la zona central para facilitar el acceso a los servicios gubernamentales, Colón apuntó hacia la descentralización de agencias como el Departamento de Transportación y Obras Públicas, el Departamento de la Familia y el Departamento de Salud, entre otros.
Asimismo, reconoció el empoderamiento comunitario para atajar los problemas con el servicio de agua potable, mediante el desarrollo de acueductos comunitarios que brindan el servicio a miles de familias. No obstante, confesó la preocupación generalizada por la incertidumbre en el servicio de energía eléctrica.
Ante eso, puso como ejemplo el Consorcio Energético de la Montaña, integrado por Vilalba, Barranquitas, Ciales, Morovis y Orocovis que luchan por el traspaso de la central hidroeléctrica Toro Negro, una gestión que, actualmente, parece encontrarse “en el limbo”.
Sin embargo, a pesar de los retos, el educador no ve cambios significativos a nivel electoral en la mayoría de los municipios de la zona central.
“No creo que haya cambios políticos en los municipios de Cayey, Aibonito, Barranquitas, Orocovis, Coamo, Naranjito. En Comerío, hay que ver, porque cuando hay dificultades económicas, los votantes lo piensan, sobre todo, porque el alcalde es candidato al senado por acumulación”, esbozó.
“Yo percibo, desde el punto de vista económico, cuando manejas las arcas municipales correctamente, eso te impacta lo social, la cuestión de los viejitos, la salud, la infraestructura necesaria como son las carreteras, agua y la luz. Igual, estos alcaldes tienen pleno conocimiento de lo que ocurre en sus barrios”, agregó.
Finalmente, expresó que “a pesar del reto que tenemos con la variante económica y lo que pueda estar sucediendo de aquí en adelante, ha sido un efecto político electoral que separó la estructura gubernamental central y legislativa, de la municipal”.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.