Todos los días, el ser humano experimenta pensamientos, emociones y sentimientos que lo llevan a reaccionar, a decidir las acciones que realiza y a sentirse placentero o ansioso.

Algunas veces, es el estrés lo que lo mantiene alerta, motivado y preparado ante los retos, por ejemplo, como una entrevista de trabajo.

Otras veces, el estrés permanece por demasiado tiempo en el cuerpo, lo que ocasiona que el estado de ánimo se deteriore, se afecten las relaciones o la salud física y mental.

“El estrés es normal cuando se producen cambios de vida”, explicó la psicóloga perinatal, Liza Román. Sin embargo, “el estrés se convierte en un problema cuando los factores estresantes continúan sin alivio y se está bajo el mismo estrés por un tiempo prolongado sin periodos de relajación”, añadió.

Por su parte, la psicóloga clínica y profesora, doctora Nydia Cappas advirtió que el estrés es una respuesta fisiológica y psicológica que afecta nuestro sistema y que todos experimentamos de una forma u otra. “En cantidades pequeñas no debe ser malo, pero los niveles altos de estrés pueden afectar casi todos los sistemas de nuestro cuerpo”, dijo.

Mientras que, según la Asociación Americana de Psicología, cuando se permanece en un estado de ánimo negativo donde se experimentan sentimientos extremos de tristeza que interfieren con el funcionamiento, se le conoce como depresión.

Según Cappas, entre los factores que pueden contribuir a la depresión están las diversas necesidades del ser humano. “Comenzando con la dificultad de llenar necesidades básicas, como seguridad, hogar y alimentación, la necesidad de conectar de una manera significativa con otros seres humanos y la necesidad de sentir que podemos contribuir en algo. La falta de estas necesidades básicas nos puede llevar a una depresión”, sostuvo Cappas, conductora del podcast Psicología Todo Terreno.

Por su parte, la doctora Román manifestó que la depresión es una enfermedad seria, común y grave que afecta negativamente cómo la persona se siente, piensa y actúa.

“La depresión provoca sentimientos de monotonía y/o pérdida de interés por las actividades que antes disfrutaba. Puede dar lugar a una serie de problemas emocionales y físicos, además de disminuir la capacidad para funcionar en el trabajo, en la casa y en la manera que la persona lleva sus relaciones con la familia”, afirmó.

Entre los factores adicionales, Román mencionó que algunas personas tienen depresión durante una enfermedad grave, los cambios de vida (como una mudanza o la muerte de un ser querido) o por antecedentes familiares de depresión.

“Los cambios de vida, incluso los buenos, como empezar un nuevo trabajo, graduarse, casarse o el nacimiento de un hijo, pueden provocar una depresión. Sin embargo, algo que siempre debemos tener en mente es que la depresión clínica nunca es una respuesta “normal” a los acontecimientos vitales estresantes”, indicó Román.

De acuerdo a la psicóloga, las señales de cambios que se pueden observar cuando una persona está deprimida son: sentirse triste o desesperanzado, molesto, tener poca energía, perder el interés por las actividades que antes disfrutaba, dormir demasiado o muy poco, sentirse ansioso o inquieto y experimentar cambios en el apetito.

Ambas especialistas de la salud mental coincidieron en que si una persona comienza a experimentar u observa cambios en sus seres queridos, busque ayuda inmediata.

“La mejor alternativa es acudir a un profesional de la conducta que diseñe un plan de tratamiento individualizado con una terapia basada en evidencia que le permita obtener estrategias para manejar la situación que está desencadenando la depresión”, recomendó Román.

Incluso, informó que se puede buscar ayuda de forma preventiva cuando se sepa que un cambio grande se avecina y, de esta forma, estar mejor preparado.

Del mismo modo, Cappas manifestó que: “Mientras más temprano buscamos ayuda, más efectivo será el camino a sentirnos mejor. Nuestra mente y cuerpo siempre trabajan en conjunto y, por eso, es importante cuidarlos. Salud mental es salud. Buscar ayuda cuando comienzas a experimentar tristeza, estrés o depresión debe ser tan natural como buscar ayuda si te sube el azúcar o la presión”.

Ciertamente, aunque buscar ayuda es la alternativa por excelencia, en el diario vivir se pueden implementar cambios que aporten a la relajación, como la meditación y la respiración profunda.

“Para el manejo del estrés es importante que las personas puedan tener periodos de descanso, relajación, nutrir el cuerpo adecuadamente, ejercitarse y crear rutinas que den espacio para sentirse un poco más calmados”, aconsejó Román.

Además, hay que aprender a poner límites y decir “no” a las responsabilidades adicionales, cuando se esté demasiado ocupado o estresado.

De igual forma, Román sugirió que se mantenga en contacto con personas que le ayuden a mantener la calma, le hagan feliz, le proporcionen apoyo emocional y le escuchen. También, puede elegir alejarse de personas que añaden más carga y preocupaciones en su vida.

Si tú o alguien que conoces experimenta síntomas de depresión o está bajo mucho estrés, recuerda que hay ayuda disponible. “Si te sientes agobiado, si consumes drogas o alcohol para afrontar la situación o si tienes pensamientos de hacerte daño, llama al 9-8-8″, instó Román.

El sistema de telefonía 9-8-8 está disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana. También, puedes llamar a la Línea PAS a través del teléfono 1-800-981-0023 (1-888-672-7622 para personas con impedimentos audiovisuales) o acceder al portal lineapas.assmca.pr.gov.