La mamografía salva vidas
Sigue siendo el mejor estudio para la detección temprana de cáncer de seno

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La detección temprana es de suma importancia para disminuir las muertes asociadas al cáncer de seno. El cáncer de seno detectado a tiempo es mucho más fácil de tratar, además de que hay más posibilidades de lograr su cura. Sin embargo, sigue siendo el cáncer más común en la mujer y la causa número uno de muerte por cáncer.
Sabemos que el cáncer de seno no respeta barreras de edad, género, geografía o estrato socioeconómico. Puede tocarle a cualquiera, siendo, la mayoría de los casos, esporádicos, y solo la minoría por factores hereditarios o genéticos (menos del 10 %).
La mamografía digital de cernimiento sigue siendo el mejor estudio para la detección temprana del cáncer de seno. Este estudio detecta cánceres cuando no son palpables y son tan pequeños que se logran ver como pequeños grupos de microcalcificaciones. Cuando hablamos de cernimiento nos referimos a los estudios que se realizan de manera rutinaria, aunque no haya ningún síntoma clínico como una masa palpable. Mientras más temprano sea el diagnóstico, mejor será el pronóstico, y menos probabilidad habrá de que el cáncer migre fuera del seno y amenace la vida de la paciente.
Las mujeres de 40 años o más que tengan un riesgo promedio deben realizarse una mamografía anual. Asimismo, las mujeres de 20 años en adelante deben realizarse un examen clínico de los senos al menos cada tres años.
Cuando se habla de mujeres con riesgo promedio significa que la persona no tiene historial previo de cáncer de seno, historial familiar de cáncer de seno en familiares de primera línea como madre, hermana o hija, no tiene mutaciones genéticas que predispongan a cáncer de seno ni ha tenido tratamiento de radiación directa al pecho antes de los 30 años.
Susan G. Komen está a favor de que toda mujer tenga derecho a su mamografía regular cuando su médico lo crea sea necesario, y que todo plan médico cubra este estudio de rutina.
Es importante saber que los estudios indican que las mujeres entre las edades 50 a 59 años que se hacen la mamografía regularmente, disminuyen su riesgo de morir por cáncer de seno en un 14 %, y las mujeres entre 60 a 69 años lo reducen en un 33 %. A mayor edad, tenemos más probabilidades de padecer la condición, pero también obtenemos mayor beneficio al realizarnos la mamografía, ya que, realizársela con regularidad, ha probado bajar la mortalidad.
Muchas mujeres preguntan: “¿Cuándo sería mi última mamografía?”. La respuesta es que debemos continuar los exámenes de rutina hasta que la paciente tenga una expectativa de vida en salud de diez años o más.
Además de realizarte las pruebas de cernimiento como el examen clínico de los senos y la mamografía, es de suma importancia conocer la apariencia, forma y cómo se sienten tus senos normalmente, para así identificar más fácilmente cualquier cambio que surja. Asimismo, conocer tu riesgo y discutirlo con tu médico te ayudará a que este te recomiende las pruebas indicadas.
Una breve nota sobre exámenes en pacientes de alto riesgo:
Los siguientes factores pueden implicar que una mujer tiene un alto riesgo de padecer cáncer de seno:
- Tener historial familiar de cáncer de seno
- Pruebas genéticas positivas a mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2
- Tener familiares de primera línea (padres, hermano, hermana, hija(o) con mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2
- Haber recibido terapia de radiación en el pecho entre los 10 años y los 30 años
- Tener síndromes como el Li-Fraumeni, Cowden o Bannayan-Riley-Ruvalcaba, o un familiar de primera línea con uno de estos síndromes
Las pacientes que tienen un alto riesgo de padecer cáncer de seno deben efectuarse una resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés) de seno junto con la mamografía de rutina, a partir de los 30 años.
Es importante saber que la resonancia magnética de seno NO reemplaza a la mamografía.
La resonancia magnética no es recomendada para pacientes que tengan menos de 15 % de riesgo de padecer cáncer de seno a lo largo de su vida.
Tampoco es recomendada como prueba de rutina para pacientes que ya tuvieron cáncer de seno, DCIS (ductal carcinoma in situ), LCIS (lobular carcinoma in situ), atipia ductal o lobular, o por senos densos, aunque tu médico puede ordenarla, si es necesario.
La autora es radióloga especialista en imágenes de la mujer y presidenta de la Junta de Directores de Susan G. Komen Puerto Rico.

Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.