Una de las complicaciones que afectan la calidad de vida del paciente con diabetes es su sexualidad.

¿Cuáles son los factores que afectan la sexualidad en el varón con diabetes (sin que esto deba interpretarse como que la sexualidad en la mujer es menos importante)?

Tanto la obesidad como la diabetes tipo 2 tienen efectos recíprocos en la producción de las hormonas sexuales. La producción de testosterona en el varón varía con la edad. Pero, en la persona obesa y en la que padece de diabetes se unen mecanismos que afectan esta situación aún más.

Existen estudios en varones que correlacionan la mortalidad y la morbilidad del individuo con sus niveles de testosterona. Es decir, que aquellos que tienen unos niveles más bajos de testosterona, tienen más mortalidad en términos generales cuando se les da seguimiento a través del tiempo.

En el paciente con diabetes, y también en el paciente obeso, se combinan una serie de mecanismos que afectan la producción de hormonas sexuales a nivel del cerebro. No olvidemos que el órgano sexual más importante en el ser humano es su cerebro.

La resistencia a la insulina y la obesidad evitan que se activen los mecanismos para la producción de hormonas sexuales a nivel cerebral. Esto causa que la producción de testosterona a nivel del testículo disminuya (en el caso del varón).

En algunos de mis pacientes que se han sometido a reducción de peso, dieta y ejercicios, he comprobado que sus niveles de testosterona se normalizan, sin que haya que darles reemplazos con esa hormona.

La mujer produce menos testosterona que el hombre a través de su vida (en el ovario y en la glándula adrenal). A pesar del interés que ha cobrado últimamente la función de la testosterona en la mujer, todavía no se tiene información tan robusta como la que tenemos en el hombre sobre sus efectos. Una de las grandes dificultades estriba en que, los métodos de laboratorio disponibles para medir la testosterona en mujeres y niños, no son confiables.

Sabemos que en el hombre adulto se define el “síndrome de testosterona baja”, utilizando criterios clínicos y confirmación de niveles bajos de testosterona, por lo menos, en dos ocasiones.

De acuerdo con las guías publicadas, tienen que confirmarse los niveles de testosterona baja en más de una ocasión y correlacionarse con síntomas como: falta de deseo sexual, disminución en erecciones matutinas e impotencia.

No todos los varones adultos con niveles de testosterona bajos van a tener los síntomas clínicos asociados. No todos los hombres que tienen niveles de testosterona bajos van a necesitar ser tratados.

No debemos confundir la impotencia (incapacidad para tener una erección efectiva) con el síndrome de testosterona baja. La disfunción eréctil es un problema de la circulación que impide que el pene adquiera la rigidez necesaria para completar con éxito una actividad sexual. Puede haber disfunción eréctil con niveles de testosterona normales.

El tema de la testosterona en el hombre y en la mujer es uno que provoca mucho interés y del que todavía faltan piezas en este gran rompecabezas, pero, más que un asunto sexual, se trata de calidad de vida. Espero que este breve resumen te resulte útil. El órgano sexual más importante es el cerebro. Los cambios que causan la obesidad y la diabetes en la sexualidad son extremadamente complicados. Tristemente, se está abusando del uso de tratamientos de testosterona en el hombre y en la mujer, sin que existan criterios claros de las consecuencias de dichos tratamientos. Consulta con el endocrinólogo, una opinión experta puede ayudarte de forma efectiva.

Recientemente, han salido estudios en varones diabéticos tipo 2 con niveles bajos de testosterona, que, al tratarlos con testosterona inyectable, tuvieron una mejoría notable en su diabetes, sin mayores efectos secundarios. Se debe, entonces, esperar a que se realicen más estudios con un mayor número de pacientes de tal manera que se pueda verificar este interesante hallazgo.

El autor es endocrinólogo, y expresidente y miembro del Comité de Educación a la Comunidad de la Sociedad Puertorriqueña de Endocrinología y Diabetología (SPED).