Establecer metas realistas, un balance adecuado y la comunicación son herramientas claves para que los estudiantes se cuiden y protejan de los factores que pueden afectar su salud mental o emocional durante el proceso estudiantil. Los estudios universitarios te exponen a rutinas de largas horas de estudio, noches sin dormir, episodios de estrés, entre otros factores. Para que ese comienzo o retorno sea lo más productivo posible, la psicóloga escolar y directora del Programa de Maestría de Psicología Escolar de la Ponce Health Sciences University, doctora Rebeca López Bobonis, compartió las siguientes recomendaciones:

Comienza el semestre repasando tus metas: Esto ayudará a que mantengas el enfoque de lo que debes hacer para cumplirlas. De igual forma, establecer metas te ayuda a saber qué debes modificar sobre la marcha que entiendas te pueda desviar de ellas.

Sé realista: Si durante el semestre entiendes que el ritmo de estudios es demasiado apresurado y te cuesta tu bienestar emocional, recuerda algo, esto no es una carrera contra el tiempo, sino que lo más importante es que puedas caminar firme, disfrutar tu proceso académico, sacarles el mayor provecho a tus clases y poder llegar.

Balancea el estudio con el autocuidado: Esto significa que, aunque sabemos que la universidad amerita que estés horas largas estudiando durante la semana, los espacios de relajación y desconexión son necesarios para evitar situaciones como el burnout. ¡Recuerda, balance!

Mantén comunicación constante con los profesores: Durante el semestre, ante cualquier dificultad, busca acercarte a los profesores para evaluar las distintas alternativas que hay para ayudarte en el proceso. Recuerda, si no sabemos lo que sucede al final del semestre, quizás ya sea tarde para poder subsanar cualquier deficiencia o dificultad.

Reconoce cuándo buscar ayuda: El estrés es un estado normal del ser humano. Es lo que nos ayuda a movernos en la vida. No obstante, cuando se convierte en un estrés tóxico, que limita, que interfiere con nuestros hábitos de sueño, alimentación o autorregulación emocional, hay que buscar ayuda. Pregúntale a tu consejero las alternativas que te pueda proveer la universidad.

Establece una estructura: Es importante que te organices desde el principio. Haz uso de calendarios para visualizar los trabajos que debes entregar en la semana. ¡No lo dejes para lo último! Esto hará que aumente tu nivel de ansiedad y que, al final, el producto no sea el esperado, afectando tu aprovechamiento académico.

Habla con tu familia y amistades: Déjale saber a tu familia que necesitas su apoyo, ya sea para que no te interrumpan mientras estudias, o con el cuidado de tus hijos (de ser el caso), o con, simplemente, no presionarte. El apoyo de la familia y las amistades es crucial para que mantengas tu enfoque.

Para los estudiantes de escuela superior

De otra parte, para los estudiantes de escuela superior que se graduarán pronto, la también expresidenta de la Asociación de Psicología Escolar de Puerto Rico añadió las siguientes recomendaciones que le ayudarán a obtener claridad y confianza en el proceso:

  • Habla con tu consejero o psicólogo escolar para explorar las alternativas educativas.
  • Entrevista a profesionales que laboren en las áreas de tu interés y hazles preguntas. Puedes incluir aspectos como la naturaleza del trabajo, oportunidades de empleo, salario aproximado, mejores escuelas para prepararte, entre otras.
  • Haz una visualización de tu futuro. De esta manera, puedes establecer metas realistas y, a su vez, programas el tiempo aproximado que te tomaría alcanzarlas.
  • Aprovecha este último semestre para reforzar áreas importantes como redacción, matemáticas (si tu especialidad lo amerita), el idioma inglés, entre otras. La parte de la redacción (estilo APA, ortografía, sintaxis) será crucial para el trabajo universitario.
  • No veas el proceso como algo que “tengo que hacer” obligado, sino que piensa que es parte de lo que quieres hacer el resto (o gran parte) de tu vida. Por tanto, lo que decidas, hazlo por las razones correctas. Es decir, no porque te obliguen sino porque tienes suficiente información para convencerte de que lo que deseas hacer es tu mejor alternativa. Consultarlo con algún adulto de confianza también ayudará.
  • Maneja tus dudas y preocupaciones con el psicólogo escolar o consejero. Si ves que te genera demasiada angustia la selección de universidades, busca ayuda. Así, tendrás más claridad y evaluarás tus posibilidades de manera más clara.

La autora es periodista colaboradora de Suplementos.