Consejos para obtener el óptimo control glucémico
Al monitorear tus niveles glucosa en la sangre, te empoderas de tu salud
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El monitoreo de los niveles de glucosa en la sangre es una herramienta vital, tanto para el paciente como para su médico, ya que permite evaluar las variaciones del azúcar en diferentes momentos del día y hacer los cambios pertinentes para controlar su diabetes. Obtener los valores de azúcar en la sangre permite al paciente conocer cómo se comporta su diabetes, el efecto que tienen los alimentos en sus niveles de azúcar, el efecto de la farmacoterapia que utiliza para manejar su diabetes, así como para reconocer y prevenir niveles bajos de azúcar que requieran atención, entre otros beneficios.
Hay varias formas de monitorear la glucosa en la sangre, siendo la más tradicional el automonitoreo con el glucómetro. El glucómetro es un dispositivo que provee el valor del azúcar en la sangre, mediante el uso de tirillas, donde se coloca una gota de sangre. La sangre se extrae de los dedos de las manos, por lo cual es de suma importancia tener las manos limpias al momento de verificarse para evitar valores erróneos. La cantidad de veces que un paciente debe verificarse va a depender del régimen de farmacoterapia que este utilizando para el manejo de su diabetes. Los pacientes que utilizan insulina para controlar el azúcar en la sangre, en especial quienes utilizan múltiples inyecciones diarias, requieren monitorear sus niveles de glucosa varias veces al día; se recomienda que se haga en ayuno, antes de administrarse insulina y al acostarse. Esto servirá para ajustar la cantidad de insulina a administrarse, ya sea para corregir niveles altos de azúcar fuera del rango establecido como deseado, o para evitar eventos de azúcar baja (hipoglucemias).
Por otra parte, pacientes que solo utilicen insulina al acostarse se deben verificar al menos una vez al día, siendo los niveles de azúcar en ayunas los de mayor importancia. Esta información es necesaria para que el médico pueda hacer los arreglos necesarios a la terapia, con el fin de mejorar el control glucémico y lograr la meta de hemoglobina glucosilada para prevenir complicaciones. Pacientes que solo utilizan medicamentos antihiperglucémicos orales no necesitan verificarse de forma tan continua, a menos que estén descontroladon de su azúcar con una hemoglobina glucosilada fuera de meta o por recomendación de su médico.
Otro método innovador y tecnológico de monitoreo de glucosa en la sangre es a través de un sensor que se coloca en el brazo o abdomen del paciente y que se conoce como monitoreo continuo de glucosa (CGM, por sus siglas en inglés). Este sensor provee una lectura de los niveles de azúcar en la sangre de forma continua, mediante un dispositivo (lector) o una aplicación que se instala en el teléfono inteligente del paciente. Con esta tecnología, el paciente puede verificar los niveles de glucosa solo pasando el dispositivo, o celular, por el sensor. Este le brinda información acerca de las tendencias del azúcar, ya sea que va en aumento o disminuyendo, para que tome acción. Además, cuenta con alarmas que avisan al paciente si su glucosa en la sangre está más baja del límite establecido, ayudando así a detectar y a prevenir hipoglucemias.
Los beneficios adicionales de esta nueva modalidad y tecnología son innumerables, tanto para el paciente como para el médico, ya que crea un reporte de los niveles de glucosa en la sangre que permiten al clínico evaluar, de forma más detallada, los patrones de azúcar en la sangre, para proveer al paciente la mejor opción de terapia y así llegar a las metas de control glucémico.
El monitoreo de niveles de azúcar, ya sea por automonitoreo o con un sensor de monitoreo continuo, es esencial para poder conocer el comportamiento de la diabetes y poder establecer un régimen terapéutico adecuado. El control de la diabetes es un proceso multifactorial que debe integrar la labor y el conocimiento del médico, así como el compromiso del paciente con el monitoreo de los niveles de azúcar en la sangre, en conjunto con la adherencia a su terapia, las modificaciones en el estilo de vida, aumento de actividad física, y buena nutrición.
La autora es endocrinóloga.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.