La academia como centro generador de ideas para emprender
Las universidades ayudan a originar conocimientos, prácticas y vínculos que potencian al ecosistema emprendedor
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Aunque, comúnmente, emprender se asocia con el establecimiento de negocios, la realidad es que el concepto, en su origen, plantea ideas, visiones, acciones y estrategias que no se limitan a la creación de una empresa propiamente dicha. Entonces, la academia se convierte en el sostén de prácticas encaminadas a dinamizar el ecosistema emprendedor.
“Es una actitud que nos lleva a identificar necesidades para generar soluciones creativas a problemas del entorno y desarrollar funciones, actividades y acciones para ejecutarlas”, explicó la líder académica en Emprendimiento, de la Universidad del Sagrado Corazón (USC), Sandra Pedraza Torres.
Así, el emprendimiento, además de la producción de bienes y servicios, incluye impulsar nuevas investigaciones, crear una iniciativa social y elaborar respuestas novedosas y reformadoras dentro de una organización, entre otras actividades para ejecutar una idea.
En cuanto al empresarismo, el Informe global 2021/2022: Oportunidad en medio de la disrupción, del Monitor Global de Emprendimiento (GEM, por sus siglas en inglés), señala que el nivel de esta actividad en un país es un indicador relevante del dinamismo de una economía.
“La pandemia del coronavirus ha tenido múltiples impactos en el espíritu empresarial, que van desde ahogar o limitar las intenciones de los empresarios de crear empresas, hasta proporcionar nuevas oportunidades de mercado para aquellos que son lo suficientemente ágiles y creativos para responder rápidamente a las circunstancias cambiantes”, expone el informe del GEM.
Por otro lado, los datos provistos por el GEM sobre Puerto Rico en su informe de 2019 colocan al país en la posición 53 de las 54 economías participantes en el Índice de Contexto de Emprendimiento Nacional, que evalúa el entorno para emprender. La puntuación fue de 3.18 en una escala del 0 al 10.
Tanto las políticas públicas relacionadas con los impuestos y la reglamentación o la burocracia, como la educación para emprender en la escuela primaria y secundaria, y la apertura para que los nuevos emprendimientos puedan entrar a los mercados establecidos fueron las condiciones del entorno en Puerto Rico que obtuvieron las puntuaciones más bajas por las personas expertas encuestadas.
Con relación a la tasa de actividad emprendedora temprana (porcentaje de la población adulta que está en el proceso de iniciar un negocio o es dueña-gerente de un emprendimiento nuevo) en Puerto Rico, la cifra alcanzó el 13.4 % en el 2019.
“Esta tasa es comparable a la de muchas economías, situándonos en el lugar 17 de los 50 países participantes en el GEM este año”, presenta el informe.
De esta manera, las instituciones universitarias tienen una responsabilidad que va más allá de facilitar saberes técnicos y puramente teóricos. Deben sentar las bases para que el proceso educativo y formador impulse la innovación, pensada como la capacidad para crear y desarrollar nuevas soluciones y aportar valor, y promover, también, el ambiente para repensar y reformar el ecosistema emprendedor.
Para Pedraza Torres, el emprendimiento propone, esencialmente, una transformación, desde una responsabilidad de liderazgo.
Entre los conocimientos, las habilidades y las actitudes que requiere el perfil de una persona emprendedora se encuentran: visión estratégica, orientación al cliente, usuario o beneficiario, y planificación. Creatividad, adaptación al cambio, tolerancia al riesgo y capacidad de aprendizaje también son indispensables. La experta resaltó, igualmente, la comunicación y el trabajo colaborativo para facilitar una relación eficaz de la persona con su entorno social.
A partir de la actitud emprendedora, la academia tiene una gran oportunidad para vincular la actividad micro que se produce dentro del recinto con el macrocontexto social. Esa correspondencia entre las dos realidades podría configurarse desde el currículo y las experiencias universitarias, de manera transversal.
Ciertamente, el estudiantado debe implicarse en el diseño y la ejecución de planes de acción encaminados a innovar. Por ejemplo, Pedraza Torres compartió los elementos que la USC ha incorporado para este fin: cursos en emprendimiento en todos los programas académicos, facultad y mentoría comprometida con el impacto social y económico de la actividad de emprender, servicios de apoyo técnico, psicológico y emocional, programas de capital semilla e intercambio de experiencias con la comunidad y las empresas.
Acerca de la tendencia actual del alumnado de proseguir su proyecto de emprendimiento, luego de graduarse, la entrevistada expuso que los resultados preliminares muestran que el 53.8 % sí tiene la intención de hacerlo.
Igualmente, apuntó que ha visto una mayor disposición e interés de estudiantes de primer y segundo año por emprender. Esto, de acuerdo con Pedraza Torres, podría ser resultado de la necesidad inmediata de reinvención que ha provocado la pandemia. La atención a la actividad emprendedora parece estar más presente en estudiantes de las industrias creativas, mientras que, en las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), aún no es tan notable.
“Con los años, las universidades han incorporado prácticas para promover y apoyar las iniciativas empresariales de los estudiantes y algunos casos de éxito han tenido la oportunidad de entrar a programas muy prestigiosos local e internacionalmente”, comentó la líder de emprendimiento.
También, argumentó que es necesario que la conexión entre las universidades y el ecosistema de emprendimiento trascienda las actividades puntuales y sea consistente y sistemática.
En conclusión, es propio de la naturaleza de la academia como ente educativo y formador enlazar el área intelectual de estudio con las dinámicas colectivas, el contexto social y las necesidades del estudiantado, desde un marco amplio de pensamiento, reflexión y acción. Solo así podrá cumplir su objetivo máximo: transformar.
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Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.