La diabetes es una enfermedad crónica que, hasta el momento, no tiene cura. Una epidemia que, según lo estableció una resolución de las Naciones Unidas, se conmemora todos los años -el 14 de noviembre- para, como lo informa la Organización Mundial de la Salud, crear conciencia sobre la enfermedad, su impacto en la salud y el bienestar de las personas y las estrategias eficaces que pueden utilizarse para prevenirla y controlarla.

Así que, su manejo adecuado, requiere que hagas cambios en tu estilo de vida, y, en algunos casos, puede que también comiences a usar algún tipo de medicación.

Por eso, aprende sobre la diabetes, sigue las recomendaciones de tu médico y del nutricionista, y establece tu propio plan de acción, a fin de que la diabetes no te controle a ti, si no a la inversa. Entonces, ¿cómo se vive con la diabetes? Esa es la interrogante que debes responder.

Diariamente puedes tomar decisiones que te hagan más fácil tu vida como diabético, he aquí algunas recomendaciones:

1. Acéptalo

Si ya fuiste diagnosticado, ponte la meta de entender tu enfermedad y conocer los términos médicos más comunes en el argot del diabético. Es momento de actuar y tener una mentalidad positiva. Recuerda que el desarrollo negativo de la condición, en buena medida, dependerá de cuán determinado estés a seguir la disciplina que se requiere para adherirse a un plan que influirá en todos los aspectos de tu vida: desde el momento en que te despiertas, hasta cuando te acuestes a dormir.

2. Inspecciona tu hogar

Según las casas deben convertirse en espacios kid-friendly cuando hay niños y pet-friendly, si tienes mascotas, lo mismo aplica cuando hay un diabético en casa. Revisa cuarto por cuarto que no haya estorbos, escombros, filos, superficies ásperas u objetos que pudieran provocar un accidente. Recuerda que los diabéticos pueden perder la sensación en las extremidades y sufrir de úlceras que no curan fácilmente. Además, decora tu dormitorio con colores que incitan al descanso, coloca cortinas tipo blackout, modula la luz, y desconéctate de los medios electrónicos y las redes sociales. Rocía tu almohada o ropa de cama con aroma de lavanda, pues, si no duermes bien, los niveles de leptina -una hormona que regula el apetito- podrían afectarse. En la cocina, mantén las frutas lavadas y a la vista, y surte la alacena con meriendas saludables. Invoca la Marie Kondo que hay en ti y organiza las meriendas en bolsas plásticas o recipientes transparentes con etiquetas e información nutricional, como cantidad de carbohidratos o los gramos de azúcar, así llevarás un mejor registro de lo que comes. Prepara tus meriendas con anticipación, no “peques” por la prisa. Y cuando vayas de compras, ve con una lista de alimentos aprobados en tu plan. ¡Que no se te vayan los ojos para la vitrina de la repostería! Si todo lo que tienes para comer es de acuerdo a tu dieta, no hay forma de fallar.

3. Un kit para diabéticos listo para llevar

Aparte del cubrebocas y el desinfectante para las manos, prepara una cartera transparente o neverita portátil, con todo lo que pudieras necesitar en caso de que tus niveles de azúcar se alteren, especialmente si vas a viajar. Cuando atravieses un puesto de seguridad en el aeropuerto, ten la receta médica para la insulina, por si te la piden y lleva tu kit en el equipaje de mano. Con todo y snacks, tabletas de glucosa, hasta alcohol, jeringuilla e insulina, si es tu caso. Un bajón o un subidón de azúcar pueden ser peligrosos y debes actuar rápidamente. No esperes a desmayarte.

4. Bota las jeringuillas apropiadamente

Recuerda que los usos dados a las jeringuillas hacen que pertenezcan al grupo de los residuos patogénicos o infecciosos, ya que pueden estar contaminados biológicamente (contener virus, bacterias, hongos y así por el estilo). Entonces, cuando las jeringuillas se utilizan fuera de ámbitos sanitarios, es responsabilidad del usuario deshacerse de estas correctamente. Las jeringas en las que el aplicador y la aguja van unidas -como las que usan generalmente los diabéticos- deben ser depositadas con su protector siempre. Puedes almacenarlas en un recipiente donde no representen un riesgo. Un envase plástico de detergente líquido o blanqueador, te funciona, pues deben ser recipientes resistentes a perforaciones. Comunícate con tu municipio para saber cuál es el plan de desechos de jeringuillas.

5. Practica un deporte que te guste. O si lo tuyo es bailar… ¡Baila!

Lo importante es que la actividad física sea regular y que elijas una rutina con la que puedas comprometerte. Claro, requerirá que hagas el hábito, pero valdrá la pena. Anota esta actividad en tu agenda electrónica, o en una pizarra magnética en la nevera. Hay clases de zumba organizadas en la playa, al aire libre y hasta por Zoom, así que no tienes que ir a un gimnasio, puedes ejercitarte en casa. Deja la ropa para ejercicios lista desde el día anterior, o búscate un partner de rutina. Así te lo pensarás más antes de rajarte.

6. Baja una app para diabéticos en tu teléfono inteligente

Existen. Para iPhone y para Android. Échale un ojo a Fooducate, GluQUO, MySugr, Bant, Glucose Buddy, Diabetes:M, Beat Diabetes y SiDiaryDiabetesManagement. Algunas son gratis y en español, además, todas tienen ratings de más de cuatro puntos. Por ejemplo, Social Diabetes tiene un sistema de gestión en la nube, así que puedes compartir dietas con la comunidad de usuarios, aprender de las experiencias de diabéticos de todo el mundo o invitar a tu médico para seguimiento remoto, en tiempo real, de tu diabetes.