Con el fuerte lema “Solidaridad mundial, responsabilidad compartida”, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemorará el 1 de diciembre el Día Mundial del Sida. “En este Día Mundial del Sida, reconozcamos que, para superar la COVID-19 y poner fin al sida, el mundo debe ser solidario y compartir la responsabilidad”, reflexiona el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres en la página web un.org.

El sida es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Es la etapa final de la infección por VIH que ocurre cuando el sistema inmunitario del cuerpo está muy dañado por el virus. No todas las personas con VIH desarrollan sida, explica el sitio web Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. El VIH, por su parte, es el virus de la inmunodeficiencia humana, el causante de la enfermedad del sida.

La doctora Carmen D. Zorrilla, investigadora del Centro de Estudios Materno-Infantil (CEMI) del Recinto de Ciencias Médicas, reconoció que Puerto Rico ha aportado desde diferentes frentes a combatir el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y proponer opciones de calidad de vida a los puertorriqueños que viven con la enfermedad.

“La pandemia del VIH/sida nos ha enseñado mucho. Llevamos tres décadas, pero llevamos tres décadas que han sido de avances científicos, políticos, económicos, donde las naciones se han unido para compartir información, para colaborar”, sostuvo la profesora de Ginecología y Obstetricia.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el VIH ataca el sistema inmunitario y debilita la defensa contra muchas infecciones. A medida que el virus se desarrolla, las personas infectadas van cayendo en una situación de inmunodeficiencia.

La doctora Zorrilla ha sido pieza clave en los logros científicos para salvaguardar la seguridad de las madres, los infantes y las familias en casos de VIH. Su trabajo facilitó que Puerto Rico fuese pionero en el cernimiento del VIH durante el embarazo y eliminar la transmisión del VIH de las madres a sus hijos. Además, ha contribuido a establecer políticas públicas, con fondos federales, para ofrecer tratamiento gratuito para reducir el riesgo de transmisión del VIH en el parto.

El Programa de Vigilancia de SIDA del Departamento de Salud de Puerto Rico registró 50,356 casos acumulativos de VIH/SIDA, en un marco temporal de 1985 hasta el 31 de octubre de 2020. De este total, 37,443 han sido hombres

(74 %) y 12,913 mujeres (26 %). Actualmente, se han registrado 16,878 personas viviendo con VIH/sida en las nueve regiones del Departamento de Salud en Puerto Rico. A lo largo de los años, el porcentaje de fatalidad de casos de VIH en Puerto Rico ha disminuido crucialmente. Hace 20 años, 784 personas de 1,577 (50 %) fallecieron por VIH/sida. Al 31 de octubre de 2020, de 202 casos diagnosticados, solo seis personas (3 %) han muerto de VIH/sida, según el resumen estadístico de vigilancia del Departamento de Salud.

El mensaje poderoso

de salvar vidas

Entre las alternativas para combatir la condición, la doctora Zorrilla señaló que el tratamiento rápido le ha salvado la vida a muchos puertorriqueños. “Llevo 30 años dando tratamiento rápido, porque las embarazadas tan pronto llegan, no importa en qué momento del embarazo están, hay que empezar el tratamiento ese mismo día, porque uno tiene bien poco tiempo para bajarle la carga viral y evitar que ese feto se contagie”, abundó.

La profesora recalcó que el lema de “Indetectable = intransmisible (U = U)” es importante para llevar el mensaje de que el tratamiento efectivo reduce el riesgo de transmisión del VIH a cero. Al mismo tiempo, esta frase ayuda a combatir la estigmatización de la sociedad sobre las personas que viven con VIH. La OMS recalca que es importante compartir que los pacientes que reciben tratamiento antirretrovírico (TAR) y han suprimido la carga viral no transmiten el VIH a sus parejas sexuales. El acceso temprano al TAR y el apoyo para continuar el tratamiento son cruciales para mejorar la salud de las personas que viven con VIH y prevenir la transmisión del virus. Del mismo modo, la doctora Zorrilla insistió que el lenguaje es poderoso. Invitó a utilizar nuevos términos como “parejas magnéticas”, en vez de “pareja discordante” para referirse a casos en los que una persona de la relación sea positivo y otro negativo al virus.

Dos pandemias: VIH y COVID-19

La investigadora reconoció que la emergencia global provocada por el COVID-19 ha impactado grandemente al sector de los infectólogos y laboratorios especializados, que, regularmente, trabajaban con casos de VIH. Muchos de estos laboratorios y centros médicos han tenido que mover su fuerza laboral y recursos para combatir el coronavirus.

“Los laboratorios tuvieron que transformarse porque son la mismas máquinas para hacer los PCR (técnica de laboratorio utilizada para amplificar secuencias de ADN). Así que esa misma máquina que antes usaban para detectar carga viral y otras cosas, ahora, se están usando para pruebas del COVID”, explicó.

A pesar del miedo de contagiarse y empeorar sus condiciones, la doctora Zorrilla reconoció que las personas que viven con VIH han creado comunidad para compartir conocimientos y medicamentos en casos de escasez. Asimismo, destacó que estos pacientes son “personas bien informadas de su condición”, lo que los mantiene alertas.

“Ahora que tenemos la pandemia del COVID-19, tenemos que aprender de las lecciones de la pandemia del VIH para atenderla. Esas lecciones tienen que ver con la comunicación y la integración de todos los sectores de la sociedad. Y esto no solo lo trabajan los científicos, sino que los religiosos, los educadores, los políticos, los deportistas. Todo el mundo tiene un rol para controlar la pandemia”, reflexionó la doctora Zorrilla.