Existen distintas herramientas para prevenir contraer el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) gracias a los avances científicos de los últimos años.

Además de hacerse la prueba cada cierto tiempo, evitar las prácticas sexuales de riesgo, no compartir jeringuillas y utilizar condones de la manera correcta, también se pueden utilizar los medicamentos más recientes como la profilaxis preexposición (PrEp) y la profilaxis posexposición (PEP).

“En las clínicas de prevención, el personal médico toma en cuenta cuáles son tus riesgos en cuestión de conducta sexual y otras cosas. Si ellos entienden que estás en riesgo de contraer VIH, te pueden ofrecer distintas herramientas que puedes utilizar para prevenir esta infección. Entre ellas, está el medicamento que se conoce como PrEp”, explicó Ronald Collazo Pagán, médico internista y especialista en VIH.

Entre los riesgos más frecuentes, están el uso de drogas inyectables, tener relaciones sexuales con múltiples personas sin protección, tener relaciones sexuales con una persona que viva con VIH, no utilizar condones normalmente y praticar sexo anal sin preservativos.

Por consiguiente, la PrEp protege a las personas de esos riesgos. Se toma todos los días y, preferiblemente a la misma hora, para asegurar su eficacia. La mayoría de los planes médicos tanto privados como del gobierno lo cubren.

Según Collazo Pagán, se les receta mayormente a parejas que son serodiscordantes. Es decir, que uno es positivo y el otro negativo. También, a personas que tengan múltiples parejas a la misma vez, a quienes practican sexo anal sin profilácticos y a las mujeres que su pareja sea VIH positivo y estén pensando tener un hijo.

Mientras que el PEP, se utiliza después de un posible evento de exposición con el VIH. “Lo más importante del PEP es el tiempo. Ese medicamento hay que tomárselo en un período bien corto, que son 72 horas. Antes, mejor. Si pasa más tiempo, esa efectividad va disminuyendo”, expresó Collazo Pagán, quien trabaja en Puerto Rico CONCRA, una organización de base comunitaria que ofrece servicios preventivos y de salud especializada en el tratamiento del VIH e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).

Sin embargo, el PEP ningún plan médico lo cubre a menos que sea por violación. Las salas de emergencia cuentan con un protocolo de proveerle este fármaco a las víctimas de agresión sexual. El especialista indicó que su precio ronda entre los $3,000.

Por su parte, Lizbeth Rivera, quien dirige el Programa de Educación y Prevención ITS, VIH y SIDA de ASPIRA Puerto Rico, expresó que “el mayor desafío es que las personas entiendan que pueden estar en riesgo. Yo he escuchado a gente que dice: ‘Yo tengo mis círculos. Yo sé con quién yo me acuesto’. Todavía estamos con esa mentalidad de que el VIH se ve por fuera. De que la persona se va a ver desmejorada. Una persona puede tener el VIH y no saberlo”.

Por esta razón, Rivera recomendó el uso de profilácticos en todo encuentro sexual. Además, conocer cómo utilizarlos de forma apropiada. Así, las personas pueden protegerse de contraer ITS y VIH.

“Hay que normalizar el uso del condón. Y saber que, desde que el hombre tiene la erección, en líquido preseminal también hay virus de VIH. Así que el condón te lo tienes que poner desde el principio hasta el final. No es que empezamos y a mitad me lo pongo”, explicó Rivera.

De igual forma, Rivera enfatizó en que el uso correcto del preservativo tanto externo como interno comienza desde la elección. “Cuando las personas van a comprar condones, primero deben verificar que no estén expirados. En el caso de los externos, se recomienda que sean de látex, si la persona no es alérgica. Los internos, generalmente, están hechos de poliuretano”.

También, la educadora declaró que es bien importante la forma en la que se abre el profiláctico. “Por la prisa o porque estamos en un sitio oscuro, lo abrimos con los dientes o con un objeto punzante. No se supone que se abra así porque lo puedes rasgar. En el envoltorio, ubicamos el condón en la parte de abajo y lo abrimos por la parte de arriba”.

Rivera añadió que si hace falta lubricación, lo mejor es utilizar lubricantes solubles en agua. Los aceites o la vaselina pueden romper el preservativo con la fricción.

Los especialistas en prevención de VIH coincidieron en que realizarse las pruebas de VIH con frecuencia, también disminuye la probabilidad de transmitirle el virus a otra persona.

“Yo recomiendo (la prueba de VIH) una vez al año, pero si están teniendo una conducta más riesgosa, pues una cada tres meses”, indicó Collazo Pagán.

Por su parte, Rivera expresó que “el estigma del VIH afecta que las personas busquen servicios. Piensan que en donde van a ir les van a juzgar. Hay que hablar abiertamente del VIH para ayudar a normalizar el tema. Que no tengan excusa de no hacerse la prueba y de no cuidar su salud”.