La menopausia es un proceso biológico natural en la vida de las mujeres de entre 40 y 50 años. De acuerdo con la Clínica Mayo, este período marca el fin de los ciclos menstruales, al reducir los niveles de estrógeno en el cuerpo.

Problemas para dormir, sofocos, aumento de peso y cambios en el estado de ánimo son algunos de los síntomas más comunes en la menopausia, que suele durar de tres a cinco años. Aunque estos cambios en el cuerpo y las rutinas no son necesariamente nocivos, pueden causar incomodidad.

Según la Oficina para la Salud de la Mujer de Estados Unidos (OWH, por sus siglas en inglés), los cambios hormonales asociados a la menopausia y la edad de las personas que están en esta etapa, pueden aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud como condiciones cardiovasculares y osteoporosis.

En cuanto a las enfermedades del corazón, la OWH explica que las mujeres menores de 55 años tienen menor riesgo de desarrollar condiciones cardíacas porque los niveles de estrógeno ayudan a mantener los vasos sanguíneos relajados.

Asimismo, esta hormona ayuda a conservar un balance en los niveles del colesterol bueno y el malo. Por la falta de estrógeno, las arterias que conducen al corazón y al cerebro pueden comenzar a acumular colesterol y a aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares.

El portal informativo de la OWH abunda, también, en que la menopausia puede asociarse al desarrollo de la osteoporosis, que causa la debilitación de los huesos. Las personas menopáusicas con síntomas como sofocos graves y sudores nocturnos pueden tener mayor pérdida ósea.

“Durante los primeros años después de la menopausia, es posible que pierdas densidad ósea a un ritmo rápido, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis. Las mujeres posmenopáusicas con osteoporosis son especialmente susceptibles a fracturas de columna vertebral, caderas y muñecas”, indica la Clínica Mayo.

Mantener la salud durante y después de la menopausia

Las complicaciones antes mencionadas, también relacionadas con la edad, pueden evitarse o retrasarse, al mantener un estilo de vida saludable, balanceado y de bienestar.

Entre las recomendaciones están una buena alimentación y realizar, al menos, 30 minutos de ejercicios cinco días por semana. “La actividad física contribuye a la salud de tus huesos, tu corazón y a tu buen estado de ánimo. Los ejercicios no tienen por qué ser complicados. Caminar a ritmo y hacer las tareas domésticas habituales son buenos para tu salud”, explica la OWH.

Además, se recomienda dejar de fumar, pues ello deteriora la salud a múltiples niveles, como en la debilitación de los huesos, además de estar asociado al desarrollo de doce tipos de cáncer en mujeres.

Otra de las sugerencias es mantener un diálogo activo con el personal médico sobre los síntomas, para que orienten sobre los suplementos que se pueden ingerir para evitar complicaciones de salud tras la menopausia. Además, es importante llevar una rutina de chequeo de salud, que incluya la mamografía, el Papanicolaou y los exámenes periódicos de sangre y orina.

Dentro del chequeo, es importante incluir pruebas de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Pese a que, al llegar a la menopausia, ya no se puede quedar embarazada, el riesgo de contraer una ETS sigue latente, por lo que también es recomendable, como en todas las etapas de la vida, la práctica del sexo seguro.

De acuerdo con la organización sin fines de lucro que ofrece servicios de salud reproductiva Planned Parenthood, los síntomas pueden comenzar en la perimenopausia, un período previo a la menopausia que puede durar desde meses hasta diez años.

Uno de los tratamientos que se comenta, con frecuencia, para aliviar los síntomas incómodos, como los sofocos y la sequedad vaginal, es la terapia hormonal. Aunque puede ser efectiva para los mencionados propósitos, como efecto secundario, puede elevar las posibilidades de desarrollar coágulos sanguíneos, ciertos tipos de cáncer y condiciones cerebrovasculares, según la OWH.

Atención a la salud mental

Sin duda, la menopausia trae consigo un sinnúmero de alteraciones físicas, pero también conlleva cambios emocionales. Entre ellos, es común que durante esta etapa pueda haber cambios repentinos de humor, que pueden asociarse a la combinación de estas transformaciones con las situaciones cotidianas, de acuerdo con Planned Parenthood.

“Los riesgos que corres de sufrir de depresión y ansiedad son mayores durante el tiempo cerca de la menopausia. Esto puede ocurrir por los cambios hormonales, los síntomas de la menopausia o ambos”, indica la OWH.

El cúmulo de estrés puede causar trastornos de salud mental, que deben ser atendidos por profesionales. Es importante que, dentro de las conversaciones con el personal médico, también se mencionen los cambios en el estado de ánimo para que, en conjunto, se busque una alternativa satisfactoria para subsanar la situación.