Imponente la historia del “Rey del Reguetón”
Daddy Yankee es y seguirá siendo un ícono de la música y la cultura latina, un artista que ha dejado una marca en la historia de la música y que continuará inspirando a las generaciones futuras
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La noticia llegó de sopetón. A través de una publicación en Instagram, Daddy Yankee anunciaba que, luego de más de 30 años de carrera, se despedía del reguetón con su último disco Legendaddy y una gira de salida. Con 46 años, ocho álbumes de estudio y un legado inmensurable, el Big Boss —como se apadrinó por tantos años— apaga su micrófono con un último concierto este mes en donde todo comenzó: San Juan, Puerto Rico.
El sentimiento agridulce de muchos de sus fanáticos amerita la herencia cultural que deja atrás Daddy Yankee, cuyo nombre de pila es Raymond Ayala, y que desde la década de los noventa ha sido figura vital del reguetón. Más allá de “Gasolina” y la inmensa cantidad de hits en los que puso su sello, Ayala salió del residencial Villa Kennedy para cambiar el rumbo de ese género pegajoso y controversial que, para aquel entonce,s no tenía ni nombre y que hoy es el ritmo líder del pop mundial.
Con su retiro, Daddy Yankee, el primer artista del género en anunciar su salida formal, abre un nuevo capítulo en el reguetón. Y solo podemos preguntarnos, ¿qué viene después de El Cangri? “El retiro de Daddy Yankee es un momento de reconocimiento de la lucha que él y sus compañeros lideraron para hacer del reguetón lo que es hoy”, dijo la doctora Petra Rivera-Rideau, autora del libro “Remixing Reggaetón: The Cultural Politics of Race in Puerto Rico”. “Él es de esos pocos artistas cuya carrera ha abarcado la historia entera del género”.
De Barrio Fino
Antes de “Despacito” y mucho antes que “Shaky Shaky”, el liriqueo punzante de Daddy Yankee, el que practicaba en parrandas familiares y sesiones de estudio como adolescente, retrataba la realidad de un chamaco dispuesto a hacer de ese género que aún no tenía nombre —pero que recibía parte de su sonido e inspiración del reggae, rap en español y el hip-hop— uno sólido. Fueron cassettes clandestinos de DJ Playero y DJ Nelson, así como su primer álbum No Mercy, en 1995, que precedieron la creación de su propia disquera El Cartel, en 1997, y más tarde, el álbum El Cangri.com, en 2002.
Sin embargo, el Daddy Yankee que conocemos hoy se solidificó en Barrio Fino, el primer álbum de reguetón en ser nominado a un Latin Grammy y que bateó el primer hit del género en llegar al mainstream mundial, “Gasolina”. Con un ritmo allegado al pasodoble español y un coro pegajoso difícil de eludir, “Gasolina” presentaba al mundo la fórmula de un reguetón que trascendía barreras geográficas y culturales para ser un fenómeno global de los años 2000, que dio paso a que el sonido de otros artistas como Don Omar, Tego Calderón y Wisin & Yandel saliera de la isla. “Son pocas las canciones en español que habían recibido atención de estaciones populares, de MTV o de BET,” explicó Rivera-Rideau. “Gasolina representa ese momento que fuerza a la industria musical a prestar atención”.
Pero, Barrio Fino pedaleó más que “Gasolina”. Canciones como “Dale Caliente”, “Tu Príncipe”, y “El Muro” se hicieron parte de la banda sonora de Puerto Rico, de clubes nocturnos y torneos escolares de voleibol por igual. Por su parte, “Lo que pasó, pasó”, esa canción de desamor con influencia del merengue, se convirtió en un éxito del Caribe y Latinoamérica empaquetando el sonido tradicional del regguetón en uno bailable y comercial —algo parecido a lo que hoy conocemos por el “popetón” — que eventualmente hizo del género un pilar de la radio.
Sin embargo, por más éxitos comerciales que haya obtenido Daddy Yankee, sus años primerizos reflejan un rapero mañoso que experimentaba con su voz y liriqueo, llevando a sus oyentes en un paseo por las comunidades marginadas de donde salió el reguetón. “Lo que conocemos ahora como el reguetón salió de una experiencia urbana puertorriqueña, de este grupo de personas que salieron de lugares como Villa Kennedy”, explica Rivera-Rideau. “[Daddy Yankee] está muy atado a la experiencia de formarse en el underground”. Lo vemos en chanteos acelerados y prosaicos de canciones como “Profecy” junto al rapero neoyorkino Nas, “Corazones” —en la que denuncia la falta de recursos en las escuelas públicas de Puerto Rico— del álbum Barrio Fino y el “Outro” de El Cangri.com. Con este último, entre el uso del cencerro — instrumento clave de varios géneros folclóricos puertorriqueños — y una narrativa que nos lleva por un recorrido a los residenciales públicos de la isla, Daddy Yankee deja claro que su música está hecha desde y para el barrio, pero con miras al mundo entero.
El Cartel Records
Daddy Yankee debutó en la escena con un plan bien claro: ser un artista independiente. Desde 1997, dirige su propia disquera, El Cartel Records, que firmó artistas como Nicky Jam, Tempo, Miguelito y Brytiago. Viendo el éxito comercial de artistas del hip-hop como Jay-Z, quien fue cofundador de la disquera Roc-A-Fella Records en 1994, el puertorriqueño vio el empresarismo como una vía paralela a su carrera musical, que le daría control sobre su catálogo y decisiones artísticas.
Y es que este paso fue el que comenzó a sentar las bases del lado empresarial de Daddy Yankee, quien tenía miras de llevar el reguetón más allá de la música para convertirlo en parte de la cultura popular y el mercado. “El reguetón siempre fue un género oposicional”, dice Verónica Dávila Ellis, profesora de la Universidad de James Madison y miembro de la junta directiva de la organización sin fines de lucro, Hasta ‘Bajo Project. “Pero, Daddy Yankee dice, ‘Queremos ser parte del mainstream, queremos nuestro dinero’ y es una narrativa de progreso capitalista, de cómo comercializar lo marginal”.
Empezó por la moda, un campo que ya el hip-hop había acaparado con marcas como Rocawear y FUBU. En el 2005, Daddy Yankee firmó un acuerdo con la marca Reebok que lo convirtió en el primer artista latino en colaborar con la compañía. “Me siento contento de que Reebok me haya escogido a mí ser la representación latina dentro de la compañía”, dijo el artista a People en Español ese mismo año. La colección incluía un modelo de tenis que llevaba el emblemático estampado militar que caracterizaba la moda de Daddy Yankee en su era de Barrio Fino, así como una gorra con sus iniciales en cursiva. A la colección de Reebok, le siguieron productos como gel de pelo y libretas, que ejemplifican la capacidad comercial de Daddy Yankee más allá de los escenarios.
Luego, le tocó la hora al cine. Talento de barrio, una producción dirigida por el puertorriqueño José Iván Santiago, rompió el récord de ventas de taquilla para una película puertorriqueña (12,000 entradas en catorce teatros de Puerto Rico) con su debut en el 2008. Daddy Yankee se estrenaba como actor, dando vida a Edgar Dinero, un “bichote” que buscaba salir del negocio de tráfico de drogas para convertirse en cantante, junto a otros artistas del género como TNT, Glory, Eddie Dee y Voltio.
Sin embargo, el jaque de Daddy Yankee a la industria musical continúa siendo la fundación de El Cartel Records. A pesar de que el artista firmó contratos de distribución con disqueras como Sony e Interscope, El Cartel Records es una compañía independiente (otras disqueras de hip-hop, como Def Jam Records, por ejemplo, eventualmente fueron adquiridas por corporaciones) y Daddy Yankee es dueño de los másters de sus grabaciones.
Tener su propia disquera también le ha dado libertad a la hora de negociar regalías. Según una entrevista con la revista Rolling Stone, Daddy Yankee pudo obtener un porcentaje mayor de regalías con el remix de “Despacito”, la canción más escuchada de su trayectoria. Siguiendo este modelo, podemos inferir, que es así como fenómenos como Bad Bunny y Karol G han podido cimentar un impacto global sin ser firmados como disqueras corporativas (ambos con parte de Rimas, disquera local dirigida por Noah Assad), al igual que siguen una fórmula testada de cómo mercadear el reguetón, haciendo un crossover que no requiere diluir su identidad cultural.
“Cuando eres independiente, eres libre”, dijo Daddy Yankee a Rolling Stone.
La huella del icónico artista puertorriqueño va más allá de la música, ha influido en la moda, el lenguaje y en la identidad cultural
-Edici'on Extraodinaria: El Legado de El Jefe
De la vieja y la nueva
Bad Bunny solo tenía 10 años cuando “Gasolina” le daba la vuelta al mundo. Rauw Alejandro tenía solo 4 años cuando Daddy Yankee ya incorporaba su disquera. Myke Towers tenía 8 años cuando Daddy Yankee soltó El Cangri.com. Sin embargo, hoy se posicionan junto a él como pilares del movimiento urbano en español a nivel global, sentando récords para artistas puertorriqueños y posicionando el reguetón como el nuevo mainstream.
“Este nuevo grupo de artistas se están estableciendo en un género que ya se había solidificado bastante dentro de la industria musical y Daddy Yankee fue parte clave de eso”, explica Rivera-Rideau. “Eso es un legado importantísimo porque así esta nueva generación puede tomar el género y transformarlo de muchísimas maneras”.
Y es que aún con 30 años de carrera, Daddy Yankee ha logrado mantener la relevancia que pocos artistas de su generación mantuvieron, yendo del cassette underground a la viralidad de TikTok, de nombrar el reguetón por primera vez en el cassette Playero 34 a tener el vídeo de música latina con más visitas en YouTube. “Lo que me separó fue, sin duda alguna, ser un estudiante, evolucionar con el mundo”, explicó Daddy Yankee en una entrevista del pódcast dominicano Alofoke.
Es difícil encontrar una fase del reguetón en la que Daddy Yankee no estuviera involucrado más allá de su propia discografía. Desde los álbumes de formato compilación de “Más Flow” y “Los Benjamins” hasta colaboraciones en la era del trap latino con versos en palos como el remix de “Tú no mete cabra” y “Como soy”. Y claro está, el junte con Luis Fonsi que dio paso a “Despacito”, cuyo remix con Justin Bieber se mantuvo en el tope de la lista Billboard Hot 100 por 16 semanas consecutivas.
El constante éxito de Daddy Yankee muestra la habilidad camaleónica del artista, mostrando que para que el reguetón sobreviva en un mundo globalizado necesita no solo adaptarse sino adentrarse. El ejemplo perfecto se ve en las canciones “Shaky Shaky” y “Con calma”, ambas del 2019, que vieron a Daddy Yankee convertirse en un fenómeno de redes sociales, dando paso a tendencias virales como el “Con Calma Challenge”, que al día de hoy suma más 770 millones de visitas en TikTok.
Es, en gran parte, gracias a la popularidad global que ha alcanzado Daddy Yankee, que una nueva escuela se ha adueñado del pop global. Si bien hoy vemos a Bad Bunny rompiendo récords de streaming o a Rauw Alejandro dando un espectáculo en vivo digno de un showman, no es exageración decir que Daddy Yankee lo hizo primero. Y más que abrir puertas a nuevos talentos, se volvió uno de sus colegas. Dávila considera “ese manejo de un mercado internacional” como parte integral del legado de Daddy Yankee a la generación de los años 2020. “Cómo hablar ese idioma y cómo mantener un sentido de autenticidad”, explicó Dávila.
Ya se acerca el momento de decir adiós al Big Boss. El eterno estudiante llega casi a su quinto piso en el tope del género al que dio nombre, junto a una larga lista de colaboradores, colegas y némesis. En su carrera vemos plasmada la historia del reguetón como fenómeno musical y cultural que se regó como la pólvora en barrios de Puerto Rico hasta llegar al mainstream global. Ya Daddy Yankee tuvo su última palabra. Solo toca ver qué se hará con ella.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.