La insuficiencia cardíaca es un síndrome clínico complejo que se identifica por la presencia de síntomas característicos actuales o previos con evidencia de disfunción cardíaca como causa de estos síntomas.

Desde una perspectiva hemodinámica, la insuficiencia cardíaca es un trastorno en el que el corazón no puede bombear sangre al cuerpo a un ritmo acorde con sus necesidades, o puede hacerlo solo a costa de altas presiones de llenado.

Los pacientes pueden tener o no signos físicos asociados como los relacionados con la retención de líquidos. Esto puede ser el resultado de cualquier trastorno cardíaco estructural o funcional que perjudique la capacidad del ventrículo para llenarse o expulsar sangre.

El corazón tiene función sistólica y diastólica. La disfunción sistólica se caracteriza por una disminución de la contractilidad miocárdica, donde hay problemas con el suministro adecuado de sangre a través del cuerpo. La disfunción diastólica se refiere a que la relajación y el llenado del ventrículo izquierdo, al recibir la sangre del sistema pulmonar, es anormal y se acompaña de presiones de llenado elevadas.

Los síntomas (disnea, ortopnea, edema, dolor por congestión hepática y malestar abdominal) se deben a la acumulación excesiva de líquidos, así como los relacionados a una reducción del gasto cardíaco (fatiga, debilidad), que es más pronunciada con esfuerzo.

La insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada es un síndrome clínico en el que los pacientes tienen signos y síntomas como resultado de una presión de llenado del ventrículo izquierdo alta, a pesar de una fracción de eyección normal (≥50 %) o casi normal. En estos casos, los objetivos del tratamiento son reducir los síntomas, aumentar el estado funcional y reducir el riesgo de ingreso hospitalario. No hay evidencia clara de que la terapia farmacológica, la dieta u otras terapias reduzcan el riesgo de mortalidad en esta condición.

La prevalencia de insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada está aumentando y las mujeres superan en número a los hombres en una proporción de 2:1. Esto pudiese ser por alteraciones de estructura y función en el músculo cardíaco observadas en las mujeres, así como diferencias en la función cardiovascular a lo largo de la vida adulta. Estos datos sugieren que las malas adaptaciones específicas del sexo femenino en el músculo cardíaco pueden ser la base de un mayor riesgo para esta condición.

La insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida, también llamada insuficiencia sistólica, definida como una eyección de fracción del ventrículo izquierdo de menos del 40 %, es una condición en la cual el ventrículo izquierdo pierde su capacidad para contraerse normalmente. El corazón no puede bombear con suficiente fuerza para empujar suficiente sangre a la circulación.

Aunque la mayoría de los pacientes con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida responden a la terapia médica óptima, algunos pacientes no mejoran o experimentan recurrencias rápidas y repetitivas de los síntomas. Estos pacientes tienen síntomas en reposo o con un esfuerzo mínimo y, a menudo, requieren hospitalizaciones repetidas y prolongadas para un tratamiento intensivo. Las estrategias especializadas para pacientes con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida refractaria incluyen vasodilatador intravenoso y terapia inotrópica, ultrafiltración, soporte circulatorio mecánico, cirugía que incluye trasplante cardíaco y cuidados paliativos.

El 27 de junio de 1999 se realizó el primer trasplante de corazón en Puerto Rico, en el Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe. Al momento, se han trasplantado 176 corazones de los cuales 43 son mujeres. Entre los diagnósticos de los casos trasplantados en las mujeres se encuentran miocardiopatías dilatadas e isquémicas, casos congénitos, miocardiopatía periparto, cardiopatía asociada a tratamiento con quimioterapia, miocardiopatía hipertrófica, familiar y casos secundarios a enfermedades virales.

El impacto de fallo cardíaco avanzado limita la calidad de vida y socialización de los pacientes, afectando al núcleo familiar completo. Ellos pueden sentir temor a morir, incertidumbre hacia el futuro y pensar que son una carga para su familia. Debido a esto, se aíslan y fallan en su adherencia a los medicamentos. El cuidado de pacientes con insuficiencia cardíaca en etapa terminal debe ser abordado de manera interdisciplinaria. La provisión de cuidado paliativo es limitada por el desconocimiento de especialistas en fallo cardíaco avanzado y, de la misma manera, especialistas que, aunque sí poseen el conocimiento de cuidado paliativo, desconocen el manejo del fallo avanzado. Una colaboración efectiva entre todos estos profesionales es necesaria para cumplir las metas del paciente y mejorar su calidad de vida.

Los resultados de morbilidad entre pacientes con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida o preservada son similares entre hombres y mujeres, incluyendo la tasa y frecuencia de hospitalización. A pesar de una mejor supervivencia y menores tasas de hospitalización que los hombres, las mujeres con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida tienen más signos y síntomas, peor calidad de vida relacionada con la salud y mayor deterioro funcional y psicológico que los hombres. Además, algunas terapias de fallo cardíaco continúan siendo subutilizadas en mujeres.

La autora es especialista en insuficiencia cardíaca avanzada y trasplante de corazón en el Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe. Para información, llama al 754-8500, extensión 1227 o al 787-679-8800.