“Los pacientes deben escuchar a su corazón”, aconsejó Eugenio Mulero Portela, director del programa de cirugía cardiovascular del Mayagüez Medical Center. Una acción sencilla que es el primer paso para detectar a tiempo la enfermedad de las válvulas cardíacas.

“El corazón emite unos sonidos normales, ese ‘tuc-tuc’ debe ser regular. Cuando deja de tener sonidos regulares y empieza a tener otros sonidos, como soplidos o murmullos, hay que ir más allá”, explicó el cirujano torácico con más de 20 años de experiencia. “La mayoría de esos sonidos se llaman soplos. El soplo no es una condición; es un síntoma de una condición que puede ser congénita o adquirida”.

Ese soplo es uno de los síntomas de la enfermedad de las válvulas cardíacas, que ocurre cuando una o más válvulas del corazón no funcionan de manera adecuada. El corazón tiene cuatro válvulas que se abren y cierran para mantener el flujo de sangre en una sola dirección. “El sonido de soplo es producto de una turbulencia en la sangre, a través de un agujero que no es normal. Puede ser debido a una estenosis, que es cuando el agujero es pequeño; o una insuficiencia, cuando el agujero es grande”, detalló.

Otros síntomas frecuentes son: fatiga, cansancio o falta de aire cuando se está activo o recostado, palpitaciones, latidos irregulares y dolor de pecho. “Pueden sentir mareos al realizar esfuerzo porque la sangre no llega bien al cerebro, lo que también les puede provocar desmayo, pérdida del conocimiento o pérdida de visión temporera”, agregó el galeno.

Mulero Portela indicó que hay personas que nacen con estas condiciones, pero no presentan síntomas hasta llegar a la adultez. Mientras, otros individuos pueden nacer sin estas afecciones y desarrollarlas con la edad, como cuando se va depositando calcio en las válvulas de forma acelerada y las va endureciendo.

Mencionó varios factores que pueden aumentar el riesgo de presentar enfermedad de las válvulas cardíacas, como la diabetes, la edad avanzada, el tabaquismo, tener antecedentes de ciertas infecciones que pueden afectar el corazón (por ejemplo, endocarditis), enfermedades cardíacas congénitas y la falta de ejercicio. Esta última hace que se deposite más calcio en distintas partes del cuerpo, incluyendo las válvulas cardíacas.

De no atenderse a tiempo, las complicaciones de la enfermedad de las válvulas cardíacas pueden ser serias. Según la Clínica Mayo, las complicaciones incluyen: insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, coágulos sanguíneos, anomalías en el ritmo cardíaco y muerte. “Van a desarrollar una fatiga progresiva que no los deja realizar sus funciones en la casa o el trabajo, luego no podrán caminar ni de la cama al baño y después se les hará difícil respirar y quedarán encamados”, describió Mulero Portela.

Para evitar estas complicaciones, es importante que el paciente acuda a tiempo al médico y le informe de sus síntomas. “Una vez se detecta un soplo, al escucharlo con un estetoscopio, se realiza un estudio más preciso, el ecocardiograma, para confirmar qué válvula es la que está presentando problemas, saber si hay una estenosis o una insuficiencia y clasificar su grado de severidad, que puede ser leve, moderada o severa”, detalló el doctor.

Agregó que la válvula aórtica y la mitral son las que más se afectan en pacientes adultos, sobre todo en la población de edad mayor. De hecho, dijo que se estima que un 2 % de la población de 65 años o más presenta estenosis aórtica.

La información del ecocardiograma es vital, ya que el tratamiento depende de la válvula que está afectada y de la severidad. “Si es leve, solo basta con mantenerla bajo observación con un ecocardiograma cada año”, dijo el cirujano torácico.

Para casos severos, una alternativa es realizar una cirugía de reemplazo de válvula aórtica. “Hoy día, tenemos dos opciones. Una es la válvula mecánica para pacientes de 40 y 50 años, que puede durar 50 años, pero el paciente debe tomar anticoagulante (warfarina) el resto de su vida”, indicó Mulero Portela. “En Mayagüez Medical Center, como la mayoría de los pacientes tienen 60 años o más, preferimos usar válvulas bovinas, que duran hasta 30 años y el paciente no tiene que tomar anticoagulante por el resto de su vida”.

Para quienes no son candidatos a cirugía, se puede insertar la válvula a través de un catéter. Sin embargo, la opción principal es la cirugía debido a que suele obtener los mejores resultados. También hay pacientes cuyas válvulas naturales pueden ser reparadas quirúrgicamente, en vez de colocar un reemplazo.

“En Mayagüez Medical Center también ponemos el reemplazo de válvula por catéter. Aquí tenemos todas las herramientas y especialistas necesarios para trabajar con estas condiciones”, aseguró.

“Un 97 % de los pacientes tiene una cirugía exitosa”, resaltó el médico. “La mayoría de los pacientes se van a su casa al quinto día de la operación”.

“Atendidas a tiempo, los pacientes con estas condiciones obtienen buenos resultados y buenas expectativas de mejorar su calidad de vida”, concluyó.