Compromiso inalterable con los pacientes de cáncer
La fundación Un rayito de sol en tu habitación asiste a los pacientes y sus familiares con el respaldo de voluntarios
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Con tal de servir al prójimo, Yolanda Martínez y Darío Rodríguez hacen lo que sea. Esta pareja del municipio de Río Grande lleva 15 años con su fundación Un rayito sol en tu habitación, organización que se dedica a visitar a los pacientes de cáncer y otras condiciones hospitalizados para brindarles apoyo.
Esta idea nació en diciembre de 2008, en plena época navideña, mientras la familia Rodríguez Martínez atravesaba un momento difícil.
“[Esta fundación] la crearon mis hijos Darío Yadiel y Yolián Rodríguez Martínez, quienes, para ese año, tenían 16 y 11 años. En esa Navidad, papá no tenía ingresos. Entonces, los niños con $20 que les dimos como regalo compraron muñequitas y carritos y decidieron llevarlos a los niños que estaban en el hospital”, explicó Yolanda.
Desde ese momento, la familia comenzó un proyecto de vida que no han abandonado, y que va dirigido a ayudar a las familias que atraviesan la enfermedad de alguno de sus hijos.
“No íbamos dirigidos solo a los pacientes de cáncer. Al principio, visitábamos otros pisos, pero los pacientes de oncología permanecían mucho tiempo y Dios nos puso allí”, mencionó Yolanda, quien dijo que el propósito de servir nace de sus principios cristianos.
“Somos creyentes, somos cristianos y, cuando Dios nos llama a servir, hay que hacerlo. Esa fue una de las cosas que nos hizo impactar a estas personas, por la fe que tenemos de ayudar emocional y espiritualmente a estos pacientes y familiares. Queremos llevar mucha alegría”, expresó Yolanda, quien trabaja en el sector bancario y su esposo en una compañía de arquitectura e ingeniería.
En un principio, la familia visitaba el Hospital San Jorge, pero, desde 2014, su centro de operaciones es el Hospital Pediátrico de Centro Médico, aunque también impactan a pacientes oncológicos de otras instituciones médicas.
“Antes, íbamos toda la familia y les llevábamos meriendas, hacíamos manualidades con ellos, les celebrábamos los cumpleaños. Ahora, después de la pandemia, mayormente vamos mi esposo y yo un domingo sí, un domingo no. También van voluntarios que nos acompañan. Les llevamos pizza, café, chocolate, pan. Vamos ese día porque en la semana va mucha gente, pero los domingos no va nadie”, señaló la directora de la fundación, quien no piensa dejar esta misión porque afirmó que cada vez hay más necesidad.
“Ya no hay vuelta atrás, esto es un llamado de Dios y tenemos que hacerlo. Cada vez siguen llegando más casos, llegamos el domingo pasado y había nueve niños nuevos en oncología. Es impactante”, confesó.
Por su parte, Darío, quien afirmó que no es “de mucho hablar”, sino que se dedica a actuar en favor de los pacientes, también se siente comprometido con los pacientes y sus familiares.
“Después que empezamos, ya no podemos dar vuelta atrás. Se nos unen muchas amistades y familiares, no podemos dejar las riendas sueltas y seguiremos hasta que Dios nos diga”, dijo.
Mientras que Yolián, quién ahora tiene 26 años, reconoció todo el esfuerzo que realizan sus padres para darle continuidad a este proyecto que un buen día nació en el corazón de ella y de su hermano.
“La carga más grande de esto la llevan mami y papi. Ellos trabajan y, una vez terminan su trabajo, siguen con esta misión. Se levantan tempranito a comprar las meriendas, se van a buscar las donaciones. Tenemos voluntarios, pero todas las cosas pasan gracias al trabajo de ellos”, elogió la hija menor.
Es mucho el trabajo que tiene la pareja. Además de las visitas al hospital, donde llevan comida y refrigerios, también trabajan para ayudar a preparar la maleta para pacientes que salen a atenderse en el St. Jude Children’s Research Hospital. También hacen una actividad para el back to school, donde proveen mochilas escolares. Pero, lo más que hace la diferencia, según su experiencia, es brindarles un abrazo y estar ahí en los momentos difíciles.
“A veces, no podemos hablar mucho, con un abrazo es suficiente. Decirle: “Hay una persona que no te conoce, no es parte de tu familia, pero está contigo. Lo más difícil que se nos hace es el fallecimiento de niños cuando estamos de visita. Hemos acudido a ese llamado con esa familia. En ocasiones, nos llaman tarde en la noche y acudimos al hospital a estar con ellos. No importa de qué pueblo, llegamos a la funeraria, tratamos de estar con ellos”, manifestó.
“Es bien fuerte dedicarse a esto, es estar expuesto a las olas; son sentimientos que vienen y van. Un día puedes encontrar un cuarto donde van a tocar la campana porque el cáncer se ha ido y celebramos con ellos; luego salimos y hay otro donde el cáncer volvió”, sostuvo Yolanda, quien se ampara en su fe para manejar todo este mar de emociones.
“La fe que tenemos nos ayuda a estar ahí, fuertes, mostrar nuestra mejor sonrisa y proyectar que nuestra fe es más grande que cualquier situación”, afirmó.
La fundación Un rayito de sol en tu habitación estará celebrando su 15 aniversario el día 17 de diciembre en el Hotel La Concha. Este evento es una tradición y sirve de enlace entre los sobrevivientes, sus familias y los padres de niños fallecidos, además de los voluntarios y auspiciadores de la organización.
Quienes deseen colaborar con esta noble causa, pueden comunicarse a través de su Facebook: Un rayito de Sol en tu Habitación o llamando al 787-396-4666.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.