Enclave de excelencia científica
Desde un edificio de cristal que refleja las múltiples dimensiones de las ciencias, cientos de mentes se unen para crear soluciones innovadoras en la medicina moderna para Puerto Rico y el mundo
PUBLICIDAD
Las ciencias moleculares constituyen un campo multidisciplinario que estudia los procesos biológicos, químicos y físicos —a nivel molecular—, abarcando desde la estructura y función de biomoléculas y moléculas, hasta la comprensión de las complejas interacciones celulares. Estas disciplinas han revolucionado la forma en que se entienden, diagnostican y tratan las distintas enfermedades.
En este contexto, el Centro Molecular emerge como un enclave de excelencia científica desde donde se impulsan investigaciones dirigidas a entender, a nivel fundamental, enfermedades como el mal de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, el cáncer y el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana).
Se trata de un edificio que alberga laboratorios con instrumentación de vanguardia en los que científicos de Puerto Rico y otras jurisdicciones pueden realizar investigaciones en química, neurobiología, bioquímica, genómica, proteómica, biología molecular, farmacogenética y nanotecnología.
“La misión del Centro Molecular es posicionar a Puerto Rico y a la UPR como líderes globales en la investigación y el desarrollo en las ciencias moleculares”, expuso Eduardo Nicolau, director ejecutivo de la institución, que cuenta con 18 empleados y alberga a más de 300 investigadores, entre ellos, profesores, universitarios de pre y posgrado y técnicos. Esto incluye a 42 investigadores científicos de alto nivel, quienes trabajan para la UPR, y conducen sus investigaciones desde los laboratorios del Centro.
“Al Centro lo distingue el acceso a instalaciones de investigación únicas en la cuenca del Caribe. Muchos países de Latinoamérica no tienen la instrumentación que tenemos, y que permite llevar a cabo investigaciones de alto calibre”, dijo el director ejecutivo.
“Otro de nuestros objetivos principales es poder tener alianzas con la empresa privada, en particular empresas pequeñas, a las que proveemos acceso a espacio adecuado e instrumentación científica sofisticada para que se desarrollen y lleguen a un nivel de madurez que les permita seguir sin nosotros”, detalló Nicolau.
El director de Operaciones, Martín Montoya, resaltó: “A estas empresas incipientes les ofrecemos un one-stop-shop, con espacio adecuado y toda la permisología que les permitan avanzar sus esfuerzos de investigación y desarrollo. Esto les ahorra tiempo y esfuerzo”.
Montoya añadió que en el Centro Molecular se puede realizar una investigación desde sus inicios hasta los ensayos preclínicos con modelos in-vivo. Los estudios clínicos, que incluyen pruebas en humanos, se atienden en el Fideicomiso de Ciencias, Tecnología e Investigación de Puerto Rico, ubicado cerca de la antigua Penitenciaría Estatal de Río Piedras (cárcel Oso Blanco), dijo Nicolau.
Contar con espacios adecuados de investigación y estrechar lazos con la academia y el sector privado, promueve el reclutamiento, desarrollo y retención de científicos destacados, lo que ayuda a evitar la fuga de cerebros. “Podemos atraer talento a nivel mundial, particularmente puertorriqueños en la diáspora”, sostuvo Nicolau.
Para Mario Jordi Maura, director de Negocios, el Centro inserta a la isla en las fases de investigación, desarrollo, ensayos preclínicos y clínicos de medicamentos, y otras soluciones, lo que ayuda a impulsar el desarrollo económico más allá de la manufactura. “En Puerto Rico se producen diez de los 20 fármacos más vendidos del mundo. Pero, la mina de oro está en los primeros eslabones de la cadena porque, al generar propiedad intelectual local, la isla podrá participar del licenciamiento de patentes y del ingreso que genere la venta de medicamentos y no solo de los ingresos que genere la manufactura”, expuso.
Autorizado por la Oficina del Contralor Electoral OCE-SA-2024-09139
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.