A través de otros ojos: sus colegas hablan
Don Tommy Muñiz caló en las vidas de muchos famosos por su humanidad y compromiso
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En realidad, y acá entre nos, siempre tuve grandes dudas. Pensaba que estas eran producto de una industria que se podía considerar nueva, en la que personas como yo habíamos empezado sin una base sólida, sin unos estudios sobre la materia.
Así he vivido, p. 173
La vida de Don Tommy Muñiz está llena de peripecias, éxitos, desatinos, frustraciones, esperanzas, tristezas y alegrías, según se desprende de su libro de memorias Así he vivido (2008). Sin embargo, muchas personas que conoció a través de sus cuatro décadas de trabajo reconocen la gran habilidad que tenía el productor, libretista y actor para adaptarse a los cambios, emprender más allá de sus limitaciones, trabajar fuerte y tener éxito.
Algunas de esas personas compartieron sus primeras experiencias con Don Tommy, sus cualidades más destacadas y la importancia de su legado a la cultura popular puertorriqueña.
Víctor Alicea (actor)
“Mi relación con Don Tommy comenzó a través del director Nino Costa. Yo estaba con Teatro del Sesenta y habíamos hecho El pagador de promesas (pieza teatral basada en un filme brasileño del 1962). Idalia (Pérez Garay) nos pidió que creáramos personajes particulares que no tuvieran voz. De ahí surge “Epifanio”. Una vez me llamaron de Los Rayos Gamma y, después de presentarme allí, Nino me hace el contacto con Tommy y de ahí comienza a gestarse El derecho de lavar, una comedia que salía al mediodía por el Canal 7. Había un elenco de muchos actores, pero, con el boom de las telenovelas, se fueron (a trabajar allá). Prácticamente me quedé solo.
Don Tommy me enseñó a escribir libretos, y eso me sirvió más adelante para cuando empecé a trabajar con (Luis) Vigoreaux. Mucha gente piensa que “Guille” nació en los programas de WAPA; allí se hicieron más populares porque era un programa de más audiencia, pero la verdad es que todos fueron apareciendo en las comedias de Don Tommy. Él estaba muy adelantado en su creatividad; el primer programa que se desarrollaba en un condominio –El condominio de Pepín–ya don Tommy lo había desarrollado mucho antes de las otras versiones. El personaje del guardia de seguridad lo hicieron en principio Georgina Borri y luego René Monclova. Una de las cosas que más defendía era los talleres puertorriqueños y prácticamente todos mis personajes nacieron en esos espacios del canal 7, apoyados por guionistas como, por ejemplo, la hija de Velda González (la escritora Mirelsa Modestti). El haber conocido a Don Tommy al principio de mi carrera en televisión fue un gran aprendizaje que me sirvió para todo lo que ocurrió después. No puedo olvidar la experiencia de trabajar en un programa de televisión que se ensayaba en cámara tres y cuatro veces antes de salir al aire, aparte de que él mismo me advirtió sobre el reconocimiento del público: ‘Es un medio bien poderoso porque te metes en la casa de las personas, en su momento más íntimo –a la hora de almorzar o después de la cena. Fueron años muy intensos y de mucho, mucho aprendizaje, por eso le estoy bien agradecido en la confianza que me tuvo para trabajar con él”.
Georgina Borri (actriz)
“Comencé a trabajar en teatro en 1976. En ese proceso, hice también trabajos dramáticos en WIPR Televisión. Ahí fui conociendo a distintas personalidades, entre ellas a Madeleine Willemsen. Fue a través de ella que conocí a Don Tommy; más adelante, hice varios trabajos con él, que no eran fijos. Entonces, me integré a los pasos de comedia que se presentaban en El show de Chucho, producido por Paquito Cordero para el Canal 2. Chucho decidió terminar con Telemundo y Don Tommy le ofreció un espacio en el Canal 7, así que me fui a trabajar con Chucho en su nuevo proyecto de televisión. Ahí seguí trabajando como actriz en las comedias mientras seguía mi trabajo en el teatro.
Don Tommy era una persona muy familiar. Él siempre estaba unido a su familia y, a medida que sus hijos fueron creciendo, se fueron a trabajar con él. De esa misma forma en que se comportaba con su familia lo hacía con las personas que se acercaban a él para pedirles una oportunidad (de colaborar en sus programas). Los artistas eran su familia, y uno se sentía muy bien. Cuando yo me integré a trabajar, él fue quien me pulió para adaptarme a la televisión, porque yo venía del teatro, un medio muy distinto. Fue un gran maestro para mí. Yo diría que él era una persona que unía a las personas, mantener la ecuanimidad en el ambiente de trabajo. Para mí fue un honor, un privilegio, haber sido seleccionada en su mundo artístico y que también me incluyera en algunos momentos privados de su vida familiar”.
Beba García (historiadora de la televisión y amiga de la familia)
“A raíz del primer libro que yo escribí, La magia del vestido negro, que era principalmente de cuentos humorísticos, Rafo (Muñiz) me hizo el acercamiento para que yo escribiera sobre la vida de Don Tommy. Me contactó y le dije que no, porque yo no sabía nada de televisión. Éramos vecinos de toda la vida; desde que llegamos de España, mi familia se instaló en Floral Park. Doña Luzie fue mi líder de (la tropa de) Niñas Escuchas. Los conocía a todos (los de la familia muy bien), pero Don Tommy casi nunca estaba en la casa, sino trabajando en su oficina. Lo vi en contadas ocasiones. Ante la insistencia de Rafo, finalmente accedí, pero supe que tenía que hacer una investigación minuciosa; por eso me tardé tanto en escribir el libro (¡Juan, Juan, Juan: Crónicas de la televisión en tiempos de Don Tommy, publicado en 2009).
Con el trabajo de investigación para el libro, hice cincuenta entrevistas a miembros de la clase artística. Ahí fue que me di cuenta de que casi toda la clase artística de Puerto Rico, en algún momento de su carrera, había colaborado con Don Tommy. Fue un productor de casi cuatro décadas de trabajo. A través de los artistas fue que lo conocí; las entrevistas fueron magníficas porque me ayudaron a conocer al ser humano a través de las anécdotas que ellos me compartieron. Finalmente, cuando pude conocerlo, ratifiqué todo lo que sus colegas y amigos me habían contado. Sin embargo, el encuentro no fue lo que habría deseado, porque en ese tiempo ya él estaba enfermo. Nunca pude entrevistarlo directamente, y eso fue magnífico porque él, por modestia, habría dejado de decir muchas cosas, mientras que todos los demás me las decía, porque él fue genial en todo lo que hizo”.
Millie Gil (periodista y conductora de televisión)
“Comencé en el Canal 7 a trabajar en el noticiero (Cámara 7), que dirigía Carmen Jovet. Venía de WIPM Televisión en Mayagüez, y así comenzó mi relación con Don Tommy. Contrario al ambiente restrictivo que había en otros canales, entrar al Canal 7 era como entrar a la casa de un familiar. Todas éramos jóvenes con niños pequeños, así que nos permitían traer a los niños, porque no había manera de hacer las horas interminables que dedicábamos al noticiario. Éramos muy pocos: primero comenzó Sonia Rosario, luego se integró Cyd Marie Fleming y entre las tres teníamos que realizar las asignaciones para llenar un noticiario de media hora.
Recuerdo que la primera asignación que me dieron fue entrevistar a (la cantante) Sophy, y yo la hice. Al otro día, cuando llegó al canal, coincidimos en el vestíbulo y me dijo: ‘Mira, te vi ayer haciendo esa entrevista. Tú tienes una voz estupenda. No te pongas con esa changuería de estar falseando la voz. Lo más importante en la televisión es que la gente te perciba tal como eres’. Fue una enseñanza tan crucial en mi vida… Tommy era una figura imprescindible en la historia de la televisión nacional, porque le dio a Puerto Rico un canal puertorriqueño, lo que le produjo grandes pérdidas a nivel económico y personal. Por otra parte, Tommy era un hombre que apreciaba la belleza y el arte en todas sus formas: la buena música, la poesía, la naturaleza, los animales… Tenía un gran poder de convocatoria, y nos integró a su proyecto de trabajo y de vida, al punto que hasta vendimos hamburguesas y pastelillos para pagar el acceso a las encuestas de televisión y demostrar que contábamos con una audiencia muy grande, que apreciaba el contenido de un canal que nos representaba como país”.
Belén Martínez Cabello (periodista de espectáculos)
“En 1985, fui a Teleluz a hacer una entrevista. Tommy me ve por el pasillo y me dice que quiere hablarme de un programa que estaba planificando, En buena compañía. Me dijo, ‘te quiero a ti’ y recalcó, ‘Llega temprano’. Yo estaba muerta de los nervios. Después de grabar un piloto con (el fenecido actor) Ulises Brenes en el desaparecido Café del Puerto, se decidió que el programa iría en vivo desde el Hotel El Convento en Viejo San Juan. Y le añadieron más nerviosismo al que ya tenía. Su esposa, doña Luzie, me recomendó tomar agua de azahar para calmarme; creo que me tomé el pote completo, porque los invitados del primer programa eran nada menos que José Miguel Agrelot y Mario Moreno ‘Cantinflas’... Fue una experiencia inolvidable.
Don Tommy me dio esa primera oportunidad que ni siquiera soñaba. Era un hombre de nunca claudicar por sus convicciones. Tuve el privilegio de ser amiga de su esposa, doña Luzie, visitar su casa en Culebra, y apreciar que entre ellos había una conexión mágica–pienso que ella era su ancla en el hogar para que él pudiera desarrollar sus ideas y sus otros negocios también. En Culebra, Tommy se transformaba: dejaba de ser ese empresario, ese hombre visionario, y se convertía en un hombre de familia, un puertorriqueño común, disfrutando de su casita en el campo”.
Mirelsa Modestti González (escritora, dramaturga y guionista)
“No tengo un primer recuerdo de Tommy. Lo conozco desde que abrí los ojos, pero lo recuerdo seriote porque no le gustaban los niños en medio del trabajo y yo siempre andaba, como un rabito detrás de mi mamá (la fenecida actriz y senadora Velda González), en ensayos y grabaciones. Tuve la bendición de que mi primera oportunidad como guionista me la diera él. Mi madrina, (la escritora de telenovelas) Celia Alcántara, le había dicho que yo escribía y él me mandó a pedir un libreto de prueba de Los García. Se lo llevé y lo leyó frente a mí, sin decir una palabra. Cuando terminó, me miró por encima de los espejuelos y me dijo: ‘No está malo, pero Rafo ya no está en el programa. Si tú lo convences de que venga y lo haga, te lo grabo. Y estás contratá’. Escribir para Los García, además de una inmensa experiencia de aprendizaje, me abrió muchas puertas. Por eso digo que a Don Tommy le debo mi carrera de guionista.
El legado de Tommy trasciende su inmenso catálogo de producciones. Era un visionario. Descubrió grandes talentos y los ayudó a hacer carrera en la televisión. Y más importante, le regaló a los puertorriqueños un espejo en el que mirarse y entretenimiento sano.
No hemos vuelto a tener, ni tendremos, un productor como Tommy en toda la historia de la televisión puertorriqueña”.
Gladys Núñez (bailarina y actriz)
“Fue uno de mis padres en mi carrera artística. Estudié ballet clásico y baile español con Leonor Costanzo, quien me invitó a ser parte de su cuerpo de baile. Participábamos en los programas musicales del canal 4, animados por Tony Chiroldes y Luis Vigoreaux. Yo era una niña, así que siempre iba (al canal) acompañada de mi mamá. Ahí surge la época de La Nueva Ola, que era parte del Show del Mediodía de WAPA-TV que producía Don Tommy Muñiz. (Cuando) se va una de las bailarinas del grupo y, como me veían por los pasillos, me llamaron para trabajar en ese segmento del programa.
Más adelante, me invitaron a participar como parte del elenco de la película La criada malcriada (1965), rodeada de ese elenco de grandes talentos que yo admiraba. Luego, participé en Esto no tiene nombre, uno de sus programas más recordados. Aunque yo seguí mi camino artístico en otros lugares, estoy muy agradecida de Don Tommy y de su familia porque compartí mucho con ellos. Para mí, él es el pilar de la industria de la televisión en Puerto Rico”.
María Odría-Jiménez (cantante y profesora de idiomas)
“Cuando mi mamá (Carmita Jiménez) regresó a Puerto Rico luego de todos los éxitos que cosechó en Centro y Suramérica, llevada de la mano de Gaspar Pumarejo, venía conmigo desde Perú, separada ya de mi papá, dejando todo atrás para comenzar de nuevo. En una entrevista que le hicieron dos meses antes de su fallecimiento (en agosto de 2003), Mami le daba las gracias a Don Tommy Muñiz porque le dio la oportunidad de tener dos espacios en el Show del Mediodía. Allí cantaba, en vivo, junto con la Orquesta Panamericana, dirigida por Don Lito Peña.
Para mí, WAPA era mi casa. Mientras mi mamá grababa, yo paseaba por los pasillos, me metía a los estudios para ver las grabaciones de la telenovela (producida por Don Tommy) y las intervenciones de Cary Oliver en La hora de la aventura. Era la querendona de (la fenecida maquillista) Carmen Andino, los camarógrafos, los técnicos… Allí también hice mis pininos como cantante, de la mano de mi mamá. Cuando recuerdo a Don Tommy, me siento agradecida de él porque sé que ayudó a Mami en uno de sus momentos más difíciles de su vida: siendo ya una estrella, estaba comenzando desde cero… Esa oportunidad le permitió darle tanto amor a ese pueblo que la aplaudió, la acompañó y todavía la recuerda”.
Ángel “Cucco” Peña (director musical, arreglista y compositor)
“Conocí a Don Tommy cuando Producciones Tommy Muñiz contrató a la Orquesta Panamericana para formar parte de los diez programas semanales que producían en Wapa TV. La orquesta dirigida por mi papá, Don Lito Peña, tenía su propio espacio en el Show del Mediodía, (que se llamaba) ‘Compre la Orquesta’, y también acompañaba artistas con espacios fijos como Danny Rivera y Carmita Jiménez, y a artistas invitados, como Marco Antonio Muñiz, que siempre venía a la isla en las navidades. Por las noches, tocábamos en Borinquen Canta, El Show de Tommy, Esto no Tiene Nombre, Jaja Jijí Jojo con Agrelot y Desafiando a los Genios. Era la época de oro de la televisión puertorriqueña, y Don Tommy era una de las estrellas más importantes de ese momento, como libretista, actor y productor.
Don Tommy tenía una personalidad sumamente agradable. Desde mi silla en la orquesta, parecía siempre estar de buen humor, y aprovechaba cualquier oportunidad para hacer comentarios curiosos o simpáticos y hacer sentir bien a todos los músicos, artistas y técnicos.
Años después, conversaba a solas varias horas con él, y pude apreciar el genio detrás de los personajes, los libretos y programas inolvidables. Le hice preguntas serias, de esas para las que los que trabajamos en cualquier rama de las industrias creativas no tenemos respuesta inmediata. Una de esas preguntas (y que curiosamente ahora me hacen a mí) fue, ‘Don Tommy, ¿de donde salen las ideas?’ Él se sonrió tímidamente y, con una sinceridad que te tocaba el alma me dijo, “de la vida misma”... Pienso que Don Tommy nos dejó como legado una mejor visión de nosotros mismos. En sus personajes se destacaba la picardía y el ingenio, pero también la nobleza y la lealtad de los puertorriqueños”.
Silverio Pérez (escritor y músico)
“En 1971, yo cantaba canciones de protesta con mi (primera) esposa Roxana. Se hizo una reseña de este dúo que había participado en el aniversario de la muerte de Antonia Martínez[1]. De la producción de El show de Tommy nos llamaron para una entrevista. Era nuestra primera vez en la televisión y en un programa como ese, que sentó el formato que utilicé para En serio con Silverio (Teleluz/WAPA). Presentamos una canción del ayer, y parece que eso gustó mucho porque, a la semana siguiente, nos invitaron a cantar en otro programa que producía Don Tommy, que se llamaba Borinquen canta (WAPA). La otra semana me volvieron a llamar para que fuera el anfitrión del programa, en sustitución del (fenecido) actor Walter Rodríguez.
Con ese instinto particular que tenía, Don Tommy confió en este neófito que acababa de conocer hacía tres semanas, acabando de graduarse de ingeniería en el Colegio de Mayagüez... De ahí en adelante, conocí a Jacobo (Morales), me conecté con Eddie (López), nacieron Los Rayos Gamma, y el resto es historia. Él tenía esa sensibilidad de saber lo que podía gustarle a la gente o las posibilidades de crecer. Con lo que hizo en todos los ámbitos en los que se movió, (la obra de Don Tommy) era una reafirmación constante de la nacionalidad puertorriqueña”.
Sharon Riley (actriz)
“Mi mamá (Sylvia Rexach) trabajaba con el equipo de escritores de Don Tommy desde que él comenzó a producir programas de radio. Escribía libretos y los ‘jingles’ cantados para la publicidad de aquel tiempo. Después, cuando empezó la televisión, continuó colaborando con él como libretista de sus primeros programas. Muchos de los libretos de ¡Qué familia! –que después se convirtió en Los García los escribió mi mamá. Igualmente, escribía libretos para ¡Qué sirvienta! –que vino antes de La criada malcriada– y el personaje se llamaba ‘Violeta Flores’. Ese personaje estaba basado en una sirvienta que trabajaba con una amiga de mi mamá; la señora era muy curiosa y graciosísima. La actriz que interpretó ese personaje por primera vez se llamaba Alma Rosabal. La relación de trabajo y amistad que desarrollo Don Tommy con mi mamá fue muy productiva; eran muy afines pero peleaban todo el tiempo (ríe). Discutían mucho y por todo, pero eran muy buenos amigos.
La primera telenovela que produjo, Las almas no tienen color, fue un tremendo éxito. Cuando me llaman para leer, a Johanna (Rosaly) la habían escogido para el papel principal. Entonces a mí me audicionaron para hacer de contrafigura y, en un momento dado, me pidieron que leyera las líneas del papel principal. Fue Johanna quien les dijo a los productores, ‘Yo creo que Sharon da más el papel de la protagonista y yo el de la contrafigura’. Hay que respetar su valentía en producir una telenovela, con todo lo que él ya hacía en televisión, porque producir ese tipo de programa requería mucha organización y un equipo de trabajo que ya él había formado. Mantener tantos programas al aire fue una gran gestión titánica, y eso hay que aplaudírselo porque fue un gran ejemplo para otros productores que luego le siguieron los pasos”.
Dagmar Rivera (cantante, actriz y conductora de televisión)
“Mi entrada a los programas de Don Tommy se dio a raíz de mi participación de un grupo musical llamado Norma and The Masterpiece (fundado por Norma Edenhofer, la famosa “Chicola” que, anteriormente, pertenecía al emblemático grupo Las Caribelles). Ella fue a hacer audiciones en el Conservatorio de Música, donde yo estudiaba, y ahí comienzo a ir al canal 4, ya que ella tenía compromisos de aparecer, con el nuevo grupo, en los programas de la estación. Allí conozco a Don Tommy, a (Luis) Vigoreaux padre. Cuando el grupo se disuelve, a mí se me ocurrió la idea de presentarle el personaje (“Dagmarita”) a Don Tommy. Pedí una cita y me la dio, así que fui vestida como el personaje. Me compré un trajecito en New York Department Stores, me hice los dos rabitos (en el pelo) y usé el osito de peluche que me había regalado mi mamá cuando yo era mucho más joven. Cuando me vio, Don Tommy reaccionó con una cara de sorpresa agradable. ‘¿Quién eres tú?’, me preguntó y yo le respondí con la voz de ‘Dagmarita”. Me hizo preguntas, yo le respondí con lo que se me ocurría, y él me dijo, ‘Te voy a dar una oportunidad y te voy a poner en el programa (Esto No Tiene Nombre), que era el número uno… Me dio una emoción muy grande ver en el estudio a aquellos actores que yo veía en el televisor de mi casa: José Miguel Agrelot, Emma Rosa Vincenty, Lolita Berrio, Roberto Rivera Negrón… No lo podía creer.
Además de permitirme cantar en El Show del Mediodía, Don Tommy fue una persona muy importante en mi carrera profesional. Nunca olvidaré que me dio la confianza de participar en uno de sus programas más conocidos, el número uno en su tiempo. Era una persona muy trabajadora, siempre estaba presente y disponible para hablar. Me dejó participar en un especial en el que debutó el grupo Menudo–hice el papel de la maestra. Tenía un corazón bueno, era respetuoso, un caballero, bien trabajador… Su energía era tan fuerte que su grupo de trabajo se entregaba tanto como él lo hacía, porque los inspiraba a dar lo mejor”.
Edgardo Rubio (actor y guionista)
“Yo fui el segundo ‘Junito’ en Los García; el primero fue Liberato Garced, hijo (mi amigo, por cierto). Luego de eso trabajamos juntos en varios episodios de Barrio 4 Calles (WAPA). Eso fue en mayo de 1977; Liberato dejó el programa porque le ofrecieron un papel en Cristina Bazán. Nosotros éramos vecinos; yo vivía en Floral Park –el famoso ‘Parque Florido’ donde ocurría la historia– y yo los conozco a todos (la familia Muñiz) desde que me conozco. Yo era fanático del personaje de ‘Junito’ y le decía a Rafo (Muñiz), ‘Oye, un día yo voy a trabajar con Junito allá en Los García’ porque me gustaba la televisión. Un día Rafo me esperó en la puerta del colegio y fue conmigo a hablar con mi mamá porque íbamos a trabajar. Luego de prometerle a mi mamá que iba a portarme bien y que no iba a bajar las notas, nos fuimos a las oficinas de Tommy en Puerta de Tierra. Allí en el lobby había como cuarenta niños esperando para un casting, y ahí me entero que los niños venían a audicionar para el personaje de ‘Junito’. Rafo me llevó de la mano hasta la oficina de Don Tommy. Me pusieron un libreto en la mano y, aún dentro del nervio (que tenía), cuando empecé a leer me sentí que lo había estado haciendo de toda la vida… Pasaron diez minutos y Don Tommy llamó a recepción para decir que despacharan a los niños porque ya habían encontrado a ‘Junito’. Eso pasó un martes, y el viernes ya estaba en el estudio de grabación. Fue una sensación muy extraña, pero igualmente sentí mucha euforia.
Don Tommy me dio muchos consejos que me ayudaron a adaptarme rápido: cuándo y cómo improvisar, como mantener la naturalidad en la actuación... Siempre me dijo que, no importara lo que pasara –incluyendo que me reconocieran en la calle, que me pasó poco después, en (la tienda de calzado) Thom McAn– siempre fuera yo mismo. Así de bueno como me trataba, también era de exigente: había que llegar temprano, con el libreto aprendido y seguir las instrucciones que me daban. Como yo los conocía de toda la vida, siempre me bromeaban diciendo que yo era ‘el menor de Los Muñiz’... Mi amistad con Rafo sigue vigente y si yo viajo a Puerto Rico o el viene a la Florida, aunque sea media hora, nos reunimos y conversamos. Le debo mucho a esa experiencia porque todo lo que aprendí en esa escuela pude aplicarlo y trabajar con gente como Don Francisco, haciendo comedia en Sábado Gigante… Cuando repiten los programas, hay gente que los graba (de la televisión) y los comparte conmigo en las redes sociales. Todavía los veo y no me puedo creer que eso que tanto deseaba se convirtió en realidad, gracias a la confianza que Don Tommy me ofreció al ser parte del elenco del programa número uno de Puerto Rico”.
Glorimar Seijo-Vidal (escritora y guionista)
“Yo pertenecía a un grupo de teatreros que se había separado de (la compañía) Teatro del Sesenta y Don Tommy nos contrató para producir la comedia del mediodía en el Canal Siete. Así nace El derecho de lavar, donde debutó ‘Epifanio’ el famoso personaje que creó Víctor Alicea, quien también escribía libretos. Víctor estaba bien cansado, porque actuaba y escribía un programa diario y me pidió ayuda. Busqué unas obras de teatro cortas que había escrito en la Universidad, y usamos una de ellas para el programa. Al terminar la transmisión, (el director) Nino Costa abrió la puerta del estudio, apuntó hacia mí y me dijo, ‘Tú, ven conmigo’. Yo me asusté porque el programa tenía público en vivo y se estaban riendo, al igual que los técnicos… Entonces Nino me dijo, ‘Te vas a quedar escribiendo. Y mañana te presentas a la oficina de Don Tommy’.
Al día siguiente, Don Tommy me dio sus críticas sobre los guiones que llevé y me dijo, ‘De mañana en adelante, te vas a reunir conmigo todos los días para escribir’. Cuando le decía que él era mi mentor, me respondía, ‘No, el arte de la escritura lo tienes tú’. Juntos escribimos episodios para El condominio de Pepín, algunos de Los García y, luego –con Elsa López– colaboré en los especiales que produjo para WAPA. Ya esperaba reunirme con él todas las mañanas a las ocho: conversábamos, me daba libros, y cuando lo ajoraba con el libreto, me decía, ‘Eso lo escribes tú y yo te lo corrijo. Ahora esto es un momento de esparcimiento’, y en realidad lo era: intercambiábamos ideas, reflexionábamos sobre la vida… Aunque no le gustara, siempre diré que fue mi mentor”.
Carmen Nydia Velázquez (actriz y cantante)
“Susa ve la luz en Teleluz, porque un señor como Don Tommy Muñiz tuvo la valentía, la osadía de meterse en esa empresa tan increíble (de emprender un canal puertorriqueño). De ahí vino ‘La Alcaldía de Mi Pueblo’ que escribía (la actriz y cantante) Nena Rivera. José Miguel Agrelot era ‘El Alcalde’ y, en aquel entonces, ‘Jesusa’ era uno de los personajes. De eso estaré eternamente agradecida porque, si no hubiera sido por eso, ‘Susa’ no estaría por todo esto.
Don Tommy era una persona muy llana, y con una gran intuición para saber qué es lo que le gusta a la gente, qué es lo que le gusta al pueblo. Eso fue lo que el hizo con todos sus programas de comedia., llegar a toda la gente a través de sus programas de comedia. Ya fuera un barrio, una urbanización, ciudad o campo, dondequiera, (sus programas) llegaban a la fibra, a la sensibilidad de lo que es ser puertorriqueño. Así que, la televisión (hecha para el pueblo) tuvo en Don Tommy a su gestor más grande”.
[1] Antonia Martínez Lagares fue una estudiante que murió por una bala perdida en un encontronazo entre estudiantes de la Universidad de Puerto Rico y la Policía estatal durante una protesta contra la guerra de Vietnam y las reformas educativas del primer centro docente del país.
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