Con el paso del tiempo, todo va cambiando; hay una evolución en el pensamiento y en la sociedad, y esto se debe reflejar en la educación.

En la actualidad, la enseñanza enfrenta grandes retos debido a los avances tecnológicos, la era digital y los cambios generacionales, por lo que se hace necesaria una transformación de la educación que vaya acorde a los tiempos.

Según la consejera profesional licenciada Nelissa Domínguez, existen tres aspectos clave que representan los grandes retos para la educación.

“Están el aspecto tecnológico, el aspecto generacional y los recursos digitales. La tecnología representa un gran reto porque en Puerto Rico no estamos atemperados debido a la inestabilidad de servicio de internet y la luz”, estableció la experta.

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Este factor no permite que la educación tenga esa libertad, porque, mientras los estudiantes no puedan tener acceso a servicio energético y conexión al internet, no puede asegurarse que reciban la educación por medio de la tecnología.

Además de este aspecto tecnológico, estamos viendo que uno de los mayores retos que enfrenta la educación actual radica en conocer cómo educar a estas nuevas generaciones, que no son como las anteriores. Estas están expuestas a nuevas tecnologías, nuevos modos de vida y de pensamiento, que quizás no van a tono con la educación tradicional.

“No estamos estudiando a la generación Z y los profesores no pueden impartir la enseñanza de la misma manera que lo hacían hace diez años a esta generación que está entrando ahora. Los profesores necesitan adiestramientos o conferencias para conocer a la nueva generación. Deben ser adiestrados y atemperados a las nuevas tendencias educativas”, sostuvo la profesional en consejería.

De igual forma, las necesidades y metas de esta generación son diferentes a las de las generaciones pasadas, que buscaban carreras universitarias extensas. Ahora se puede ver el interés por las carreras cortas y eso puede presentar grandes retos para las universidades.

“Para nuestra generación, los estudiantes teníamos que hacer las carreras más largas, llegar a lo más alto. Ahora, no es necesariamente así. Para un joven de 17 años que va a entrar a la universidad puede que no sea llamativo hacer una maestría, pero sí es llamativo terminar un curso para comenzar a generar dinero, sentirse más independiente y tener un ingreso”.

“Eso se está viendo cada vez más y las universidades están haciendo cursos de un semestre, de un año y volvieron a traer los grados asociados y las certificaciones”, indicó Domínguez.

Sin duda, otro gran reto de la educación actual es el factor económico, pues los aumentos en los costos de los créditos en las universidades públicas y privadas hacen que la educación pueda ser menos accesible.

“El factor económico es un reto tanto para un estudiante como para la universidad. Si para el estudiante hay otras necesidades, invertir dinero en un bachillerato no necesariamente va a ser la prioridad. Si el estudiante no tiene cómo pagar, pues la universidad no va a aumentar sus fondos y, sin un fondo saludable, la universidad no puede otorgar becas ni puede contratar más profesores u ofrecerle aumentos a la facultad. Así que, definitivamente, la parte económica es un gran reto para ambas partes”, señaló la fundadora de iCounseling.

El reto de las instituciones educativas, además de manejar las finanzas, es capturar la atención de los estudiantes con programas de interés para que puedan tener una mayor matrícula.

“Si no se pueden trabajar las finanzas adecuadamente, con las prioridades que amerita el sistema de educación universitario, pues no se pueden becar a más estudiantes, tener más recursos para los profesores o desarrollar más programas, así que va a ser menos llamativo para ese joven. Están compitiendo entre universidades privadas, universidades pequeñas, universidades de cursos cortos, y hay que tomar decisiones acerca de las prioridades financieras, de reclutamiento y de programas”, señaló.

A pesar de los grandes retos que enfrenta la educación actual, Domínguez destacó los esfuerzos positivos que realizan las instituciones para capturar al estudiantado.

“Están integrando modalidades híbridas y le están dando al estudiante la opción de ir a clases presenciales y otras online. Los he visto más activos a través de las redes sociales, , [lo que] puede ser más llamativo. Ahora también tienen un horario más extenso y flexible para que el estudiante pueda ir a la universidad. Y, están haciendo un poco más de casas abiertas”, resaltó.

No obstante, hay mucho trabajo por hacer, porque los desafíos son grandes. El país necesita que los jóvenes se interesen por formar sus carreras y que se queden en la isla sirviendo a su gente.

“Yo diría que todavía [las universidades] pueden hacer un poco más dirigido al estudiante. Pueden tener programas multidisciplinarios, por ejemplo: a una estudiante a la que le guste la física, pero que sea muy buena en idiomas y en números, vamos, entonces, a trabajar en programas multidisciplinarios que le permitan la flexibilidad de prepararse en más de una materia, en más de un tema porque así puede decidir luego dónde se ve trabajando o si quiere hacer una maestría. Esto, para que se le brinden más oportunidades “, concluyó la consejera profesional.

La autora es periodista colaboradora de Suplementos.